Bien, pues fortalecer la voluntad es tener más ganas de estudiar, no es estudiar a pesar de no tener ganas. Y esto es algo que se puede trabajar: tener más ganas del algo equivale valorarlo más, lo cual requiere un tiempo y un ejercicio.
¿Cómo puedo valorar más algo concreto? Muy sencillo: prestándole atención, manteniéndolo en mi conciencia. Daros cuenta de cuánto valoráis aquel viejo jersey que vuestra pareja siempre os quiere tirar. ¿Por qué tiene tanto valor para vosotros?: porque lleva mucho tiempo a vuestro lado, porque le habéis prestado mucha atención.
Pues lo mismo tenéis que hacer para valorar algo que intelectualmente consideráis importante pero emocionalmente parece que no os gusta demasiado. Por ejemplo: para recuperar la libertad de decidir si queréis fumar o no.
A la gente le resulta difícil dejar de fumar porque quieren hacerlo contradiciendo sus propios deseos: sucede simplemente que las ganas de fumar son más fuertes que las ganas de dejarlo. Y es que, de entrada, el centro emocional no puede ver con buenos ojos que le quitéis algo que le gusta a cambio de nada. No hay que dejar de fumar hay que recuperar la libertad de hacerlo. Eso ya le gustará más al centro emocional.
Pero además, hay que tener verdaderas ganas de ser libre. O sea que, si queréis dejar de fumar, tenéis que estar bastantes días visualizando y sintiendo cómo vais a disfrutar vuestra libertad recuperada y lo bien que os vais a notar. Lo podéis hacer cada día al acostaros y al levantaros. Y durante el día, cada vez que os acordéis. Así iréis contemplando esta imagen una y otra vez; y cada vez os parecerá más interesante. Es decir, vuestra voluntad se hará más grande.
No confundáis voluntad con obcecación o con auto represión; que bastante reprimidos estamos ya por el exterior. La voluntad es ganas de vivir mejor.