Antes pensaba que yo era la que me creaba mi porvenir, tenía que esforzarme, controlarlo y hacerlo todo (y a ser posible bien), para tener un buen resultado o mejor dicho para no tener problemas. Eso era lo que se me enseñaba a hacer.
Sin embargo aparecían cosas inesperadas en mi vida, que respondían a una petición hecha a Dios, yo no era consciente de que le pedía a Dios, pero si que lo pedía desde el corazón. Y esos sucesos me guiaban y me iban enseñando mi camino
Ahora es diferente, confío y creo en Dios, me pongo en sus manos, expresión que tantas veces he escuchado decir. Y ya se, que solo se vive a través de El, siguiendo sus pautas, instrucciones, todo su Proyecto
Jordi, como explicaste tan claro hace unos días, siguiendo el Proyecto, la Voluntad de Dios, como Arquitecto de mi casa.
Pues sino, solo con mi dirección, seguro que me sale una birria (tendré goteras y se me torcerá, aunque puede ser que la pintura sea preciosa). Viviré en una angustia continua, teniéndola que apuntalar para evitar que se me derrumbe