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Jordi Sapés de Lema
Superadministrador

2.- Espiritualidad y vida cotidiana.- Boira Editorial

El segundo libro ofrece la visión de lo que supone esta nueva existencia despiertos. Bajo el nombre de ESPIRITUALIDAD Y VIDA COTIDIANA aparecen una serie de indicaciones orientadas a combatir la noción de “crecimiento personal” que tanto daño ha hecho a la verdadera espiritualidad. Esta es una noción directamente relacionada con programa de vida del personaje; un programa que Blay definía con esta frase: hacer, para tener, para llegar a ser.

No es difícil entender que si el personaje vive en el error, cualquier crecimiento no hará más que ampliar la ignorancia en la que se mueve. El confunde el desarrollo con el incremento de lo que ya tiene: más de lo mismo. No puede entender que no está viviendo en la realidad y que sus deseos le alejan cada vez más de ella. Esto se percibe claramente cuando le vemos rechazar y condenar el mundo del que forma parte: cuanto más se crece más lo reprueba. Pero lo reprueba porque no lo entiende, ni participa en él ni sabe moverse por él de forma adecuada. Lo que hace es encerrarse en su presunción e inhibirse de la existencia.

Así que este libro, después de denunciar este presunto crecimiento como algo erróneo, nos invita a todo lo contrario: a conocer la realidad de un modo lo suficientemente extenso y profundo para comprenderla, a esforzarnos para compartirla con todo los seres que nos acompañan y a ejercitar nuestra naturaleza consciente decidiendo la orientación que queremos dar a nuestra existencia y la labor que pretendemos desarrollar en ella.

Esta invitación se basa en una premisa: redescubrir lo que ya somos pero estamos ignorando o considerando irrelevante. El primer paso es despertar y tomar conciencia de nuestra realidad personal: ya somos, no tenemos que llegar a ser; ya valemos, ya podemos. Despertando descubrimos nuestra naturaleza esencial: la capacidad de ver, amar y hacer. Y el paso siguiente es mirar. También como lo definía Blay: mirar, con interés, para ver.

Despertar a nuestra realidad esencial no es el final sino el principio. Sería el final si no estuviéramos en la existencia pero nuestra esencia se está expresando a través de una forma individual que se interrelaciona con otras formas. Esta forma individual no tiene realidad per se: el cuerpo precisa alimentos y aire para mantenerse y la mente necesita las impresiones que le llegan constantemente. El individuo es una entelequia mental, lo único real es la totalidad, las formas individuales tienen cierta autonomía en su seno pero no pueden subsistir por separado.

Así que el famoso conócete a ti mismo va mucho más allá de nuestra piel y de los contenidos actuales de nuestra mente; incluso después de haberla liberado de los errores del personaje.

¿Hacia dónde hemos de mirar para hacernos cargo de nuestra realidad existencial, aquí y ahora, y protagonizarla de un modo consciente? El libro plantea un viaje de ida y vuelta: primero desciende desde el ser esencial a la personalidad individual, pasando por el espíritu, la cultura, el colectivo y la familia, llegando así a la personalidad. Para, desde ella, emprender el regreso al espíritu actualizando el potencial que somos en cada uno de estos niveles existenciales. El viaje de ida nos entrega los materiales que nos construyen y en el viaje de vuelta los restituimos, a poder ser con un plus de luz, afectividad y realidad que nosotros aportamos, de forma personal o participando en los grupos o colectivos propios de cada nivel. Así es como la esencia se expresa en la existencia y realiza su propósito.

Y finalmente, el libro se interesa por la propia esencia, por cómo la experimentamos en este plano y por el significado de esta excursión de ida y vuelta, con un principio y un final. Reclamamos así una atención consciente hacia el espíritu, diferenciada de los aspectos psicológicos y sociológicos del Trabajo espiritual. Aquí abordamos la cuestión de la trascendencia y lo hacemos de la mano de la muerte que es la mensajera más conocida del espíritu.

Este segundo libro lleva por subtítulo: Práctica de Antonio Blay desde lo superior. De hecho la frase es una redundancia porque el Trabajo espiritual se hace siempre desde lo superior, pero a veces resulta difícil atestiguarlo porque lo Superior se nos aparece en forma de esta demanda que nada terrenal puede satisfacer.

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