#2435
Pedro Zuberogoitia
Participante

   No me hago ilusiones. Cuando estalló la crisis de 2008 tanto desde las instancias superiores de la UE como desde bastantes gobiernos se habló de «refundar el capitalismo», «atar en corto a los grandes bancos» y cosas similares. Como sabéis, no se hizo nada de eso, el recate a la banca lo pagamos los asalariados y autónomos y, a las primeras de cambio, la burbuja comenzó otra vez a crecer poco a poco. De hecho, esta dramática crisis ha hecho estallar una burbuja que podría reventar por otro motivo más ortodoxo -guerra comercial China-USA, desintegración progresiva de la UE, endeudamiento estatal o combinación de varios factores- los próximos años.
   Cuando, poco a poco, volvamos a salir veremos que muchas cosas han cambiado. Esta crisis nos va marcar profundamente y, diría que nosotrxs (Jordi, no te cabrees por la x 😉 somos de lxs mejor preparadxs. Otra gente va a salir más tocada y, sobre todo, mucha gente se va e encontrar con un panorama muuuy oscuro. Viene una crisis que puede dejar pequeña la del 1929. Ojalé me equivoqué pero el modelo capitalista da muestras de agotamiento, los problemas se acumulan -no olvidemos que comenzamos el curso con el movimiento contra el cambio climático y que a las puertas de Europa siguen llegando decenas de miles de refugiadxs- y la extracción de plusvalía, la base del capitalismo, cada vez cuenta con menos margen. 
   ¿Cómo reaccionaran las élites? A corto plazo cerrándose en banda, no es casual el protagonismo que ha cobrado de repente el Ejército en la tv y en las calles. No están para desinfectar o ayudar a abuelitas con la compra, es un primer ensayo por si el malestar social sube muchos enteros este verano/otoño. A medio/largo  plazo veo más probable la distopía que menciona Jordi que cualquier otra salida. De hecho, llevamos un par de décadas caminando en esa dirección, la tendencia ya está marcada, aunque, como hemos estado mirando a otras cosas, haciendo viajecitos, etc. no nos hemos enterado. 
   ¿Pesimista? No, me siento con más ganas que nunca de afrontar esta situación. ¿Cómo hacerlo? Como siempre: por una parte, crecimiento interno, intento inflexible de ascender al siguiente nivel de conciencia. Por otra parte, proyecto(s) colectivo(s) de transformación. En el barrio, en el `pueblo, en el trabajo, en todos los espacios de socialización. Formarse para entender mejor lo que pasa, compartirlo con más gente, organizarse.
Vienen décadas duras, muy duras, y -querámoslo o no- habrá patadas en las puertas de las casas de los ricos, desalojos violentos de mercaderes de los templos, tiros contra gente hambrienta y cosas peores. Y estar a las duras será una posición difícil y, al mismo tiempo, muy espiritual, seguramente la más genuina.

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