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- 28 de marzo de 2020 a las 18:16 #2430RafaelParticipante
Bravo Jordi, estoy de acuerdo contigo.
Un abrazo.28 de marzo de 2020 a las 19:12 #2431CarlosSuperadministradorEstaba esperando una reflexión de este tipo, más de fondo, separada de las mascarillas, el lavado de manos y la distancia de dos metros.
La radio me resulta de vez en cuando sugerente estos días y hoy escuchaba a alguien decir: «Cuando las cosas vuelvan a su sitio». Escucho en mi trabajo, comentar «cuando esto acabe». Y en general se quiere que todo pase como el que ve un partido de fútbol con su equipo perdiendo, como si fuera algo desagradable pero que en definitiva no va a hacer que nada cambie.
Pues yo creo que no. Que el mundo no va a ser igual. Lo que no sé es la dirección que vaya a tomar, si seremos capaces de avanzar o bien mostraremos una incapacidad histórica para ponernos de acuerdo. Como dice Jordi, nos jugamos nuestro futuro como especie.
Y me pregunto: ¿Cuál es el sitio de las cosas? ¿Vamos a poder hacer el uso irracional con el que malgastamos los objetos cotidianos? ¿Vamos a poder entender que los países y las comunidades podamos vivir ajenas unas de otras y con relaciones carentes de importancia? ¿Vamos a continuar con una conducta mundial en la cual la tierra es para el que se ha sabido aprovechar antes que los demás de su riqueza y lo ha mantenido a base de fuerza y de poder político/militar? ¿Vamos a seguir siendo los pueblos supuestamente desarrollados los más egoístas e insolidarios con el resto de pueblos? ¿Va a seguir valiendo menos la vida de un africano o de Afganistan que la de un europeo o americano? ¿Vamos a ser capaces de renunciar a parte de lo que tenemos, personalmente, cada uno de nosotros, para ponerlo en función de las necesidades de todos (léase carga fiscal o renuncia a la supuesta vida comfortable que llevamos)?
No es un problema de riqueza, ni financiera ni de que nos nos puedad dar el planeta tierra (alimentos, materias primas), es un problema de redistribución. Dinero hay, pero habrá que ver si los que mantenemos el orden social seguimos creyendo que el objetivo es que cada cual acumule todo lo que pueda, sin límites y como en una jungla al grite de: si tú eres pobre, te fastidias.En definitiva, vivimos un momento de cambio, de salto espiritual, que se concrete en justicia y en redistribución. La humanidad entera está comprometida, y cada uno de nosotros como individuos también
Gracias Jordi por este magnífico artículo
28 de marzo de 2020 a las 23:03 #2432Imanol Cueto MendoSuperadministrador[size=100][font=Arial]Totalmente de acuerdo con lo que aportas Jordi, a mi todo esto que comentas me sugiere una palabra “ojalá”. Ojalá la especie humana reaccione como colectivo ante estos acontecimientos,porque si no por puro sentido común crisis tras crisis nos vamos a ir autodestruyendo; no sé… me da que todo lo que no sirve como instrumento de lo Superior está condenado, tarde o temprano, a desaparecer.
[/font][font=Arial]Y ojalá se instaure esa organización social mundial gobernada desde un nivel de conciencia Superior desde el cual se vea claramente que el principio de subsidiariedad redunda en el bien del colectivo y no al revés. [/font][font=Arial]Es imposible promover la dignidad de la persona si no se protege gubernamentalmente a su pueblo, a sus asociaciones culturales, políticas, territoriales… a su idiosincrasia particular que hace posible y efectivo su crecimiento social.
Y digo esto también porque la realidad enseña que a día de hoy hay una presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, que se interroga a sí misma en estos términos: “¿Nos dividirá definitivamente este virus entre ricos y pobres, o nos mantendremos como un continente sólido, como un interlocutor serio en la escena mundial?» Curiosamente esta reflexión dicha a bombo y platillo por la señora presidenta se sustenta en una afirmación previa que contempla de facto una diferencia clasista entre países ricos y pobres. Cosa bien cierta porque la experiencia enseña que ni la crisis financiera de hace una década ni el coronavirus ahora, han logrado derribar el techo de cristal que se levanta entre los países del norte y del sur de Europa, cuyas profundas diferencias político-sociales han vuelto a quedar patentes y más que nunca en estos días, es decir, la desunión europea ha quedado retratada en esta pasada cumbre porque perpetúa una política económica basada en el crecimiento de la riqueza en lugar de la unión de los pueblos y la atención a las personas.
[/font][font=Arial]Y aquí recalco con toda la efusividad que me permite este teclado la falta absoluta de atención a las personas, porque a mi modo de ver un ser humano, lo es con 20 años de la misma manera que con 93 años y con “patologías previas”. Aprovecho para denunciar la absoluta frivolidad con la que se están usando estás dos palabras (patologías previas) parece que esto en una sociedad “aparentemente” avanzada como la nuestra desgraciadamente es un visado para irte al otro barrio, porque no olvidemos que ahora mismo están muriendo nuestros mayores solos y abandonados a su suerte, mientras ciertos colectivos se empeñan en elevar la vibración planetaria para solucionar el asunto: ¡a ver si nos enteramos! lo que hacen falta son mascarillas, guantes, respiradores… cuando los consigamos ya nos agarramos todos juntos la mano y meditamos lo que haga falta.
[/font][font=Arial]Confieso que dentro de mi inocencia tenía esperanzas en la “democracia” de un virus que no atiende a fronteras ni clases sociales, “un virus con conciencia” que ataca por doquier a todo Dios, y lo de todo Dios lo digo con pleno conocimiento de causa. Si no hay pueblos a los que rescatar para hacer negocio, quizá advirtamos que todo Dios estamos con la soga al cuello y veamos la luz que nos haga comprender la necesidad de mirar por el bien común, en lugar de instalarnos en nuestro país particular y ego-aislado financieramente del resto.
[/font][font=Arial]En fin, puede que todavía la soga no apriete lo suficiente, pero el problema es que entre tanto nos vamos muriendo poco a poco en aplausos y gestos solidarios a nuestros héroes anónimos, bien merecidos por supuesto; pero a lo mejor lo que demanda la realidad son patadas en la puerta al estilo “Corcuera”, pero en este caso para entrar en las casas de los ricos y poderosos a sacarlos de sus trincheras económicas.
[/font][font=Arial]Hemos llegado a un punto donde las palabas y los discursos morales sobran; recordemos que lo único que trasforma la realidad es la acción individual y colectiva.
[/font][font=Arial]Gracias por el artículoJordi.[/font][font=Arial]Y un abrazo cibernético a tod@s[/font][font=Georgia] [/font][/size]
28 de marzo de 2020 a las 23:33 #2433CarlosSuperadministradorCompletamente de acuerdo contigo, Imanol, pero no cuentes conmigo para lo de las patadas. No lo veo.
29 de marzo de 2020 a las 00:21 #2434Jordi Sapés de LemaSuperadministradorMe siento orgulloso del artículo de Carlos, aparte de su ejemplo personal está claro que, en lo que a mi me atañe, Oseira ha dado sus frutos en lo que respecta a conectar el Trabajo con la trascendencia. Sin embargo, lo que expresa Imanol en su artículo todavía lo tenemos pendiente. Y me gustaría recordar que Jesús expulsó del templo a los comerciantes a latigazos.
29 de marzo de 2020 a las 04:20 #2435Pedro ZuberogoitiaParticipanteNo me hago ilusiones. Cuando estalló la crisis de 2008 tanto desde las instancias superiores de la UE como desde bastantes gobiernos se habló de «refundar el capitalismo», «atar en corto a los grandes bancos» y cosas similares. Como sabéis, no se hizo nada de eso, el recate a la banca lo pagamos los asalariados y autónomos y, a las primeras de cambio, la burbuja comenzó otra vez a crecer poco a poco. De hecho, esta dramática crisis ha hecho estallar una burbuja que podría reventar por otro motivo más ortodoxo -guerra comercial China-USA, desintegración progresiva de la UE, endeudamiento estatal o combinación de varios factores- los próximos años.
Cuando, poco a poco, volvamos a salir veremos que muchas cosas han cambiado. Esta crisis nos va marcar profundamente y, diría que nosotrxs (Jordi, no te cabrees por la x 😉 somos de lxs mejor preparadxs. Otra gente va a salir más tocada y, sobre todo, mucha gente se va e encontrar con un panorama muuuy oscuro. Viene una crisis que puede dejar pequeña la del 1929. Ojalé me equivoqué pero el modelo capitalista da muestras de agotamiento, los problemas se acumulan -no olvidemos que comenzamos el curso con el movimiento contra el cambio climático y que a las puertas de Europa siguen llegando decenas de miles de refugiadxs- y la extracción de plusvalía, la base del capitalismo, cada vez cuenta con menos margen.
¿Cómo reaccionaran las élites? A corto plazo cerrándose en banda, no es casual el protagonismo que ha cobrado de repente el Ejército en la tv y en las calles. No están para desinfectar o ayudar a abuelitas con la compra, es un primer ensayo por si el malestar social sube muchos enteros este verano/otoño. A medio/largo plazo veo más probable la distopía que menciona Jordi que cualquier otra salida. De hecho, llevamos un par de décadas caminando en esa dirección, la tendencia ya está marcada, aunque, como hemos estado mirando a otras cosas, haciendo viajecitos, etc. no nos hemos enterado.
¿Pesimista? No, me siento con más ganas que nunca de afrontar esta situación. ¿Cómo hacerlo? Como siempre: por una parte, crecimiento interno, intento inflexible de ascender al siguiente nivel de conciencia. Por otra parte, proyecto(s) colectivo(s) de transformación. En el barrio, en el `pueblo, en el trabajo, en todos los espacios de socialización. Formarse para entender mejor lo que pasa, compartirlo con más gente, organizarse.
Vienen décadas duras, muy duras, y -querámoslo o no- habrá patadas en las puertas de las casas de los ricos, desalojos violentos de mercaderes de los templos, tiros contra gente hambrienta y cosas peores. Y estar a las duras será una posición difícil y, al mismo tiempo, muy espiritual, seguramente la más genuina.30 de marzo de 2020 a las 21:02 #2436MargaSuperadministrador[size=100]Gracias Jordi, un artículo ¡impresionante!, claro y certero. Es una radiografía de la situación actual, a la que nos han ido llevando poco a poco, sin que hayamos hecho nada para remediarlo. Por desgracia o por fortuna, ha llegado el momento, de mirar hacia delante, pararnos y reflexionar profundamente para empezar a movilizarnos pronto, porque si no volveremos a lo mismo de antes, ya que los de arriba, lo único que dirán, como mucho, es que se equivocaron; pedirán disculpas y a seguir como siempre, y todo lo que nos está pasando, no habrá servido para nada…Si pienso en alto, mi deseo sería que todas las personas que esperamos un cambio, hagamos llegar, este mensaje, a otras que a su vez hagan lo mismo para que esa inquietud por querer parar este sistema tan injusto y deshumanizado se materialice en protestas que aúnen muchas fuerzas y que todo este pesar, no se quede en los aplausos de las ocho, que tanto nos han conmovido; y aprovechando el significado del verbo conmover (hacer que algo seagite o altere), hagamos que esta frase que completa su significado:«si los sentimientos conmovieran la realidad como los hechos, con el mismo poder con que conmueven nuestro interior, nuestro mundo sería mejor» se haga realidad.[/size]
7 de abril de 2020 a las 02:47 #2437CruzSuperadministrador[size=100][font=Arial]Comparto el final de la homilía del Papa del domingo de Ramos, que resalta el aspecto de AMOR del ser humano:
[/font][i]» … El drama que estamos atravesando nos obliga a tomar en serio lo que cuenta, a no perdernos en cosas insignificantes, a redescubrir, que la vida no sirve, si no se sirve. Porque la vida se mide desde el amor. De este modo, en casa, en estos días santos pongámonos ante el Crucificado, que es la medida del amor que Dios nos tiene. Y ante Dios que nos sirve hasta dar la vida, pidamos la gracia de servir para vivir. Procuremos contactar al que sufre, al que está solo y necesitado. No pensemos tanto en lo que nos falta, sino en el bien que podemos hacer.
Mirad a mi Siervo, a quien sostengo. El Padre que sostuvo a Jesús en la Pasión, también a nosotros nos anima en el servicio. Es cierto que puede costarnos amar, rezar, perdonar, cuidar a los demás, tanto en la familia como en la sociedad; puede parecer un vía crucis, Pero el camino del servicio es el que triunfa, el que nos salvó y nos salva la vida.
Quisiera decirlo de modo particular a los jóvenes, en esta jornada que desde hace 35 años está dedicada a ellos. Queridos amigos: Mirad a los verdaderos héroes que salen a la luz en estos días. No son los que tienen fama, dinero y éxito, sino son los que se dan a si mismo para servir a los demás. Sentíos llamados a jugaros la vida. No tengáis miedo de gastarla por Dios y por los demás: ¡La ganaréis! Porque la vida es un don que se recibe entregándose. Y porque la alegría más grande es decir, sin condiciones, sí al amor. Como lo hizo Jesús por nosotros»[/i]Un gran abrazo.
Cruz[/size]7 de abril de 2020 a las 20:53 #2438JaumeParticipanteHola,
Mucho se habla en los medios de comunicación de lacrisis sanitaria debida al coronavirus y de la gestión que esta llevando a cabo el gobierno para minimizar el numero de afectados. Menos se habla de la crisis económica a nivel individual que ya se está produciendo, que consecuencias tendrá para la vida de millones de personas y como se le va a hacer frente. Creo que no se habla porque crea más incertidumbre y miedo que el propio virus, pero es que esto ya lo tenemos encima. Excepto grandes corporaciones como Amazon, Mercadona, Energéticas, Farmacéuticas, etc., tenemos a una gran mayoría de personas que están siendo víctimas económicas de esta situación, con las penalidades personales que esto conlleva e impagos,…. Aún no sabemos cuánto tiempo estaremos en este estado de alarma que obliga a estar confinado en casa. Pero una vez se pueda empezar a salir, muchas de estas personas no van a conservar su lugar de trabajo, con lo que van a seguir sin ingresar dinero o muy poco. Con esto quiero decir que la mayoría de gente va a sufrir mucho y esto estoy seguro que va a ser un hecho.
En relación a la macroeconomía adjunto una entrevista que puede servir para que al menos tomemos conciencia de por donde podrían ir los tiros. Porque todo apunta a que las cosas van a ir mal, muy mal. Y es que la famosa frase que últimamente usamos, de que o aprendemos por discernimiento o sufrimiento es también de aplicación colectiva, y se prevé que colectivamente ahora toca aprender por
este último método, paso previo y necesario para que posteriormente se produzcan los cambios necesarios para vivir con más consciencia colectiva.[url=https://www.larazon.es/internacional/20200322/ip7bpsjtqvcblmhcchctpt6wby.html]https://www.larazon.es/internacional/20200322/ip7bpsjtqvcblmhcchctpt6wby.html
[/url]
Bien todo esto son conjeturas, porque en realidad se muy poco de nada, pero me sirve para tener una opinión general acertada o no del asunto.Jaume
8 de abril de 2020 a las 13:51 #2439lauraParticipanteSi de algo me está sirviendo todo ésto es para situarme en el punto real en el que está mi conciencia, veo mi ignorancia, mi incertidumbre, el miedo y la tristeza que me producen las noticias que casi nos hablan ya de una única cosa. Nadie sabe nada, o muy poco en realidad, ni siquiera se sabe si el virús en un ser vivo o no. A mi esto me impresiona y mucho. No hay respuestas certeras y hay una resistencia atroz a admitir esto. Yo diría que la incertidumbre es total y colectiva. Ayer hablé con un amigo que me dió la única respuesta que me ha satisfecho hasta ahora: Confianza me dijo y vi que en medio de un caos como yo no he visto antes se abre un camino que no sabemos a donde nos lleva, pero que intuyo necesario. Para mi esta confianza supera cualquier previsión mental, va más allá de cualquier posibilidad que yo me pueda plantear y es ahí donde ahora me siento libre.
8 de abril de 2020 a las 14:44 #2440Jordi Sapés de LemaSuperadministradorEl Sr. Stulin lleva muchos años explicando las conspiraciones del capital y de las grandes familias que se reuneen en Suiza para decidir los destinos de la humanidad. Ahora parece que ha cambiado los protagonistas y la salvación nos ha de venir de manos del Sr. Putin.
Estas predicciones apocalípticas debilitan el espíritu y no hay que darles pabulo. Mejor resaltamos la capacidad de la población para organizarse y trabajar de un modo solidario, una capacidad que habrá que mirar de mantener después de resuelto el problema sanitario.11 de abril de 2020 a las 14:15 #2443JaviParticipanteDelfines en la playa de Caldetes y ciervos que salen a chapotear en las de Doñana, sin miedo. Esa es la respuesta de la naturaleza al confinamiento humano. Comentaba con uno que notaba cierto entusiasmo en determinados ámbitos. Seguramente es un reflejo de mi propio subconsciente, lo que no es óbice para que sea también un sentimiento colectivo. Pero ¿cómo puede ser?, ¿entusiasmo ante un drama humano? Es difícil congeniar ambas cosas: dolor y esperanza, aunque lo cierto es que ahí están. La eterna pregunta que siempre me hago: ¿es necesario un cambio traumático para que el ser humano despierte individual y colectivamente y se auto-determine de una vez por todas? (Imanol, lo expresa claramente cuando dice “…puede que todavía la soga no apriete lo suficiente..”) o ¿puede producirse una transición suave hacia una nueva sociedad? Lo que es en el individuo, es en lo colectivo. La respuesta de Jaspers, que comentaba Jordi: “tomamos conciencia del ser cuando todos nuestros conocimientos, nuestras relaciones y técnicas no pueden evitar que algo suceda.”, ¿es necesariamente así? La historia es tozuda, parece que los grandes saltos de conciencia, la catarsis, han llegado a través de revoluciones que vienen acompañadas de sufrimiento. En este sentido, ADCA emerge como oasis en el desierto, personas con un nivel de conciencia suficiente para, al menos, darse cuenta. A veces me parece muy poco, calidad y cantidad no van a la par, a veces creo que tengo una idea distorsionada del tiempo, la Humanidad es joven dice Blay. Intento ver el futuro. No creo que el golpe del coronavirus, manifestación de Dios también, vaya a ser lo suficientemente fuerte para inducir un cambio, ni lo deseo por las consecuencias negativas a corto plazo. Otra vez la ambivalencia. Ya se entrevé la misma respuesta de nuestros gobiernos que, al final y al cabo, son una muestra de la sociedad: más neoliberalismo, ¿cuándo está ”técnica” será insuficiente?. En fin, está claro que tengo más preguntas que respuesta, me quedo con lo que dice Laura: confianza, y con lo que dice Jordi: trabajar a favor de nuestra capacidad de ser solidarios, de amar, para conseguir lo que dice este párrafo impagable: “Se trata de que una sociedad consciente y bien estructurada asigne a cada uno unas funciones a desempeñar y le asegure el sustento y las necesidades básicas. A partir de aquí, la creatividad científica, tecnológica o estética se producirá como una manifestación libre y gozosa del ser humano, en vez de constituir un modo de acaparar riqueza y privilegios sobre los demás. Cuando se nos permite ejercitar esta humanidad somos capaces de trabajar sin recompensas económicas, incluso arriesgando nuestra propia vida. No necesitamos más privilegio que el de poder participar en una mejora del colectivo, entendiendo por colectivo la humanidad en su conjunto.” Y con lo expresa Pedro: “¿Pesimista? No, me siento con más ganas que nunca de afrontar esta situación. ¿Cómo hacerlo? Como siempre: por una parte, crecimiento interno, intento inflexible de ascender al siguiente nivel de conciencia. Por otra parte, proyecto(s) colectivo(s) de transformación. En el barrio, en el pueblo, en el trabajo, en todos los espacios de socialización. Formarse para entender mejor lo que pasa, compartirlo con más gente, organizarse.”
12 de abril de 2020 a las 01:10 #2447AnónimoInvitadoEstos días tengo en mente a tantas personas que están haciendo que, a pesar de todo, la vida siga adelante y a quienes no puedo hacer otra cosa que agradecer esta tarea de incalculable valor. Todos ellos me recuerdan el aspecto amor del ser humano que crece ante las dificultades: empleados de supermercados, farmacéuticos, personal sanitario, agricultores, repartidores, empresas de alimentación y material médico, cuidadores de personas mayores y discapacitadas, empleados de estaciones de servicio, conductores de ambulancias, técnicos de ascensores, personal de los cuerpos de seguridad, empleados del transporte público, montadores de mobiliario hospitalario, equipos de limpieza, etc. Además de tantas personas anónimas que se están dedicando a elaborar equipos de protección sanitaria, profesionales que ofrecen diferentes servicios de manera gratuita o gente que “simplemente” se presta para escuchar a aquel que lo
necesite.Esto me hace reflexionar sobre nuestra naturaleza social y ver el mundo como una inmensa tela de araña con infinidad de hilos invisibles que vamos tejiendo entre unos y otros. Éste es el más vivo ejemplo de que no existimos como entes aislados sino que lo hacemos como parte de un todo y que, por tanto, nuestra existencia tiene sentido en tanto que miembros de este todo. Un todo perfectamente organizado tanto a nivel micro como macro, a nivel del cosmos, lo que me tranquiliza enormemente porque sé que a este nivel no sucede nada que no deba suceder: no cae una hoja sin que sea voluntad divina. Así que, ¿qué sentido tiene resistirse a esta voluntad? Lo que podemos hacer más bien es preguntarnos qué nos ha llevado hasta aquí y qué podemos hacer para remediarlo.
Al planeta le urgía una limpieza profunda,necesitaba detenerse para oxigenarse porque se estaba asfixiando. Desde hacía tiempo se vaticinaba que llegaría el día en que la Tierra dijera basta y nos diera una buena sacudida y así está siendo. Nosotros, como humanidad, necesitábamos que el estatu quo se tambaleara para darnos la oportunidad de despertar de la hipnosis colectiva en la que estábamos sumidos. Digo la oportunidad porque está claro que habrá quien lo aproveche y quien no.
A nivel personal, la vida es un continuo de situaciones que nos ayudan a actualizar el potencial, ya que la
dificultad se nos presenta como tal en aquellos ámbitos que no tenemos suficientemente ejercitados. Lo mismo ocurre a nivel colectivo, donde las dificultades son señales de alarma que nos dicen que algo hay que atender (como expresa Blay en el artículo de este mes) y, en este caso, el sonido de la sirena es tan fuerte que se escucha sin cesar alrededor del mundo.Parafraseando algo que me dijo Jordi una vez y que se me quedó grabado: esta situación es una desgracia desde el punto de vista del personaje pero una bendición desde el punto de vista del potencial. Y con eso segundo me quedo. No es por ser pesimista pero me cuesta creer en las frases de que esto nos va a hacer dar un cambio de chip como humanidad. Todo cambio que se precie y más si cabe uno de semejante envergadura no se produce de la noche a la mañana, es más, requiere de mucho tiempo para cocerse y elaborarse. Por tanto, no sé si nosotros seremos testigos de este cambio de paradigma a nivel colectivo.
Sin embargo, sí que creo firmemente en el ser humano como demuestran las infinitas redes que estamos
tejiendo entre todos, el esfuerzo de muchas personas que dan a cambio de nada, el trabajo de todos y cada uno de los profesionales que he nombrado al principio que están aportando lo mejor de sí mismos a pesar de las dificultades, etc. Por ello, pienso que de darse un cambio éste vendrá de la mano gente anónima, de que se encienda una luz (por tenue que sea) en la conciencia de algunos que conlleve pequeños gestos y acciones a nivel micro, en su día a día, en sus relaciones, en su manera de ver el mundo y actuar en él.Desde luego, todo ello se verá reflejado a gran escala aunque, como toda transformación, llevará su proceso
que en muchos momentos será duro. Sabemos que las cosas no se consiguen por arte de magia y que el precio que hay pagar para acceder a un nivel superior de conciencia es alto y casi siempre conlleva un sufrimiento previo, como quien muda su anterior piel para dejar paso a la nueva. Eso sí, la vivencia de plenitud posterior bien lo merece. En mi caso, lo he vivido a nivel personal durante los últimos dos años. Es duro pero, como decía Jordi, el ser aparece cuando “no puedes no”, con lo que una vez más Dios nos ha hecho un favor poniéndonos ante esta situación.Me gusta la metáfora de la gota que va empapando el terreno. Aunque este terreno nos parezca reseco e inabarcable, todos sabemos que cada pequeña gota cuenta. Y si la capacidad de propagación del virus ha sobrepasado todas nuestras perspectivas, ¿por qué no puede tener la misma fuerza de expansión la vibración interior que todo esto está despertando en muchas personas? Curiosamente, ahora que estamos más aislados que nunca es cuando más conciencia podemos tomar de ser parte de esa enorme tela de araña que nos hace sentir al otro mucho más cerca y vivir su dolor como el nuestro.
Para terminar, decir que me siento muy afortunada de pertenecer a esta comunidad que es ADCA cuyo papel como plataforma que busca expandir la conciencia veo imprescindible más si cabe en estos tiempos que corren. Hoy más que nunca hemos de intentar que nuestra voz llegue al mayor número de personas posible, pues ésta es la responsabilidad que nos ha sido dada.
12 de abril de 2020 a las 22:33 #2448CarmenParticipanteTodo lo que está sucediendo me hadado la oportunidad de tomar conciencia de lo colectivo, del concepto de
Unidad, de lo conectados que estamos todos, incluso a nivel mundial. A nivel
individual pero también a nivel colectivo la crisis del coronavirus está
representando una oportunidad para despertar, como decía Jordi, y operar desde
un nivel de conciencia más elevado. O sea, que este Coronavirus bien nos puede
estar sirviendo de despertador. Se habla que esta crisis sanitaria dará lugar a otra crisis económica importante, quepuede ser una oportunidad para elcambio, un cambio que deseamos pero que nos da miedo por el sufrimiento que
pueda conllevar. Coincido con Javier. En cualquier caso como comentaba Carlos,
esto es lo que nos ha tocado vivir y hay que vivirlo, con toda la consciencia
posible, con confianza, como comenta Laura y manteniendo la capacidad de
trabajo solidario que estamos demostrando, como comentaba Jordi.13 de abril de 2020 a las 03:52 #2449Pedro ZuberogoitiaParticipanteGabon a tod@s este domingo de Pascua. Antes que nada, aprovecho para saludaros y desearos lo mejor para las próximas semanas. Muxuak eta eutsi goiari!
A veces encontramos por escrito lo que nos ronda la mente de una forma que no podríamos mejorar. Es lo que me acaba de ocurrir así que os invito a leer a Carlos Candel, seguro que compartís mucho de lo que dice:https://www.eldiario.es/historiascoronavirus/quiero-volver-normalidad_6_1014258575.html
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