#2504
Rosa
Participante

Desde su Identidad Dios permite, que participemos en un proceso de Autoconocimiento y Creación con la inteligencia, el amor y la energía infinitas, fuentes de la substancia con la que dota el continuo movimiento operativo y relacional.
La desapropiación es consubstancial al ser que ya es, y por esa misma condición no necesita tener o apropiarse de nada.
La identificación que establecemos con la forma egocéntrica, es un desacierto, porque confunde el tener con el ser. El tener es efímero e insubstancial. El ser es permanente y substancial. Pero la forma identificada con el tener, vive desde la carencia, y se apropia de posesiones intelectuales, sentimentales, materiales y espirituales, no habitadas por el yo profundo. El acopio de dichas posesiones es para sentirse ser. Pero hay un error de base, que no permite llegar a la identidad. Si no somos conscientes del equívoco, no podemos soltar estas apropiaciones, porque en ello nos va la vida que los propios patrones históricos y los del sistema han forjado. Desprovistos de orientación veraz, se incrustan en los circuitos neuronales, que pueden aniquilar la verdadera vida, al impedir tomar consciencia del intrusismo y la alienación de la posesión.
“Quien mire de conservar la vida, la perderá, y quien la pierda vivirá”, nos dice Jesucristo (Lucas 17, v.33). Con esta frase, creo se refería a la confusión inherente a la desconexión.
Una vez que soltamos el yo egocéntrico, nos ponemos conscientemente en manos de Algo más grande que nos conduce al encuentro esencial. Estar abierto a estas energías, propicia la transformación precisa, que requiere el proceso, para conocer desde lo diferenciado lo idéntico.
Si participamos en la creación desde el ser en el espacio- tiempo o proceso, estamos invitados al banquete que alimenta la conciencia de totalidad desde la diversidad a la unicidad del ser.
Dios nos ama porque nos da el ser, sin expectativas de ser reconocido. Pero cuando le amamos nos reconoce, nos responde con su Gracia, y entonces somos conscientes de la reciprocidad substancial.

Scroll al inicio