#1947
María
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PAPA FRANCISCO
DOMINGO 27 DE SEPTIEMBRE 2015

El papa Francisco, Cuba y Estados Unidos: balance de una gira histórica
Por: Gabriela Esquivada

«Durante el papado de Juan Pablo II se cayeron los muros; Francisco está construyendo puentes», evaluó un diplomático de origen latino que representó a EEUU ante el Vaticano. «Esperemos que su voz profética ante el Congreso estadounidense pueda traer la reforma migratoria»

Para el teólogo Miguel Díaz, ex embajador estadounidense ante la Santa Sede, el mensaje del papa Francisco durante su gira –una agenda recargada tanto en Cuba y como en Washington, Nueva York y Filadelfia– tuvo tres elementos centrales. «El primero: el rechazo a la indiferencia humana. El segundo: la opción preferencial por los pobres y los marginados. El tercero: la Tierra que sufre, la Tierra empobrecida», enumeró.
El mensaje triple resonó distinto, aunque su contenido fue idéntico, en las dos orillas que retoman el diálogo tras cincuenta años sin relaciones: «Los conceptos son similares pero se aplican de modo distinto según la situación sociohistórica concreta», dijo a Infobae el titular de la cátedra John Courtney Murray de Servicio Público en el Departamento de Teología de la Universidad Loyola en Chicago.
Los tres puntos tienen en común la práctica de la misericordia, interpretó. «La invitación central del papa Francisco es al diálogo, al encuentro con el ser humano: por eso su discurso ante el Congreso de los Estados Unidos se enfocó en la famosa Regla de Oro, ‘Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes’ (Mateo, 7:12). ¿Tiene eso implicancias políticas? Desde luego que las tiene.»
–¿Cuáles son las principales?
–No se puede actuar con justicia si se es indiferente al vecino. No se puede gobernar de un modo inclusivo si no se elige a los pobres, los marginados y la tierra empobrecida. Y no se puede gobernar con éxito sin misericordia, sin una cultura de encuentro, de diálogo, en vez de este tipo de polarización que, si bien también existe en muchos gobiernos y muchas sociedades, hoy es parte de nuestra realidad sociocultural en los Estados Unidos. Eso es algo que él ha rechazado de modo claro y su mensaje es para la derecha, la izquierda, los demócratas y los republicanos, nadie se queda fuera.
–¿Qué impacto puede tener su mensaje en el plano global, tal como habló ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York?
–Todos recibimos el desafío de su mensaje, que consiste en la ética de la ecología integral: un concepto que se refiere a la interdependencia de todas las formas de vida, la conexión del ser humano con el resto de las criaturas y con la Tierra. Si no se cuida la Tierra, los seres humanos y especialmente los pobres sufrirán. En comparación con otros papas, Francisco ha puesto una marca social, un enfoque especial a esa dimensión ecológica: ve esta crisis como una crisis esencial que tenemos que confrontar todos como familia humana

Los soñadores estadounidenses y los latinoamericanos
Mientras que esa marca social se destacó en la exposición ante la asamblea de la ONU, en la cual Francisco «abordó el derecho a la dimensión material y espiritual del humano, que incluye la libertad, la educación, el trabajo, la Tierra donde convivir», según destacó el embajador Díaz, el discurso ante el Congreso fue «clásico», con la alusión a cuatro figuras –»cuatro soñadores estadounidenses»– destacadas: Abraham Lincoln, Martin Luther King Jr., Dorothy Day and Thomas Merton.
–¿Qué le pareció esa selección?
–Cada uno de ellos es un símbolo, dos católicos y dos que no lo fueron, de quienes se celebran aniversarios. Son personas que han contribuido, como él dijo, a la libertad, como Lincoln; o la inclusión de los afroamericanos, la lucha por los derechos civiles, como Martin Luther King Jr. En el caso de Dorothy Day se trata de una figura central del movimiento católico del trabajo, que trató de integrar las casas de hospitalidad para los desamparados, en especial de mujeres (así comenzó su servicio, con mujeres sin hogar), por su gran interés en la doctrina social de la iglesia y los derechos humanos. Finalmente el místico Thomas Merton es un símbolo de la hospitalidad, la comunidad, esa dimensión de unión de los seres humanos, de acogida al otro. Como latino tal vez habría añadido una quinta figura.
–¿Quién?
–Tal vez César Chávez u otro símbolo del pueblo hispanoamericano. Chávez representa el trabajo, la Guadalupana y los derechos de los campesinos: es un símbolo del pueblo latino en los Estados Unidos.

El teólogo Díaz, cuyo trabajo académico sumará en breve el libro Building Bridges: God, Diplomacy, and the Common Good (Tender puentes: Dios, la diplomacia y el bien común), mencionó a un soñador latino: el fundador de la National Farm Workers Association, nacido en los Estados Unidos de padres mexicanos, es una imagen poderosa para los inmigrantes. Once millones de ellos esperan una reforma migratoria, que el presidente Barack Obama prometió en sus dos campañas electorales y no logró que el Congreso la votara.
«Estuve presente en la Casa Blanca cuando el Presidente le dio la bienvenida al Papa y habló sobre sus palabras con respecto a los inmigrantes y los refugiados», dijo el ex embajador de los Estados Unidos ante el Vaticano. «En ese sentido, este Papa ha sido fenomenal: el primer viaje que Francisco hizo fuera de Ciudad Vaticano fue a Lampedusa, la isla que es una suerte de Ellis Island, la isla que recibe a los desamparados. En varios momentos él ha recalcado la dimensión ética, la obligación moral que tenemos como individuos y como naciones, de acoger y cuidar a aquellas personas que básicamente buscan vida».
«ALGUNOS DICEN QUE DURANTE EL PAPADO DE JUAN PABLO II SE CAYERON LOS MUROS, Y QUE FRANCISCO ESTÁ CONSTRUYENDO PUENTES»

En opinión del profesor de la Universidad Loyola en Chicago, quien en 2013 recibió el Premio Virgilio Elizondo de la Academia de Teólogos Católicos Hispanos de los Estados Unidos, el Papa quedará en la historia por ese compromiso: «Algunos dicen que durante el papado de Juan Pablo II se cayeron los muros, y que Francisco está construyendo puentes. Como pontifex maximus, él nos ha invitado a realizar una acción comprensiva y justa sobre nuestro sistema migratorio, que todos sabemos que está en una situación caótica y necesita una reforma. Esperemos que su voz profética ante el Congreso estadounidense pueda traerla, abrir corazones y mentes con respecto a esta cuestión social».

Cuba y los Estados Unidos
En la publicación católica América, el embajador Díaz anticipó la gira papal con el artículo Un cuento de dos países, en el cual se refirió al impacto personal de la visita de Francisco a Cuba y los Estados Unidos al describir su identidad «unida con guión, el modo Americano-Cubano de ser humano».
Díaz vivió en Cuba hasta los nueve años, cuando su familia se exilió en España, y de allí se mudó a los Estados Unidos. «La experiencia del destierro abrió camino para la misericordia en mi vida», escribió. «El papa Francisco viene a los Estados Unidos y a Cuba preparado para introducir una primavera nueva de relaciones humanas dentro de y entre estos dos países que han estado separados por más de las 90 millas».

–¿Qué evaluación hace de la visita papal a su país de origen?
–Francisco presentó diferentes desafíos en Cuba. En su primer discurso habló de la libertad del espacio y los medios para proclamar la buena nueva, e invitó a la sociedad cubana a seguir el camino del encuentro con el otro. Citó a otro soñador, uno cubano: José Martí. El gran soñador que habló de nuestra América para aludir a su deseo de afirmar la rica complejidad y la convivencia pacífica de los latinoamericanos, y por extensión de todo el continente. Un sueño que todavía queda pendiente de realización. Pero para mí hubo dos momentos claves en Cuba.
–¿Cuáles?
–Uno sucedió en el encuentro con los jóvenes, cuando uno de ellos le dijo que deseaba una nueva Cuba, una Cuba totalmente abierta a sus hijos e hijas al interior y a sus hijos e hijas en todo el mundo, y el Papa invitó a los jóvenes a soñar abierta e inclusivamente. El otro fue al final, esa homilía simbólica en el lugar de la Virgen de la Caridad del Cobre, siempre vinculada a la comunidad, a la independencia y a la diversidad cubana, porque la devoción de la Virgen mambisa comienza con dos amerindios y un afrocubano. Ahí el Papa dijo que la revolución de la iglesia es una revolución de misericordia, una revolución de compasión, de paz; yo diría que se manifestó contra quien trate de utilizar la ideología, de cualquier tipo que sea, para maltratar al ser humano. Así habló de la dignidad en Cuba: una revolución que traiga el encuentro humano y la apertura, una sociedad mucho más inclusiva y compasiva.

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