La descomposición y degradación del sistema, es el cultivo de un nuevo fermento: los colectivos emergentes que renacen como centros energéticos portadores de vida, frente a la degradación del sistema portador de destrucción. De un aspecto sale el otro en una espiral de transformación y renovación. Es inevitable, porque es la misma vida que con su inteligencia, amor y energía se despliega sin pausa en un todo.
Necesitamos organizarnos para defendernos puntualmente primero. Pero el sustrato de esta defensa indica una dirección, y esta es la de los que se unen para lograr algo. Ahí está la clave. Por ejemplo la comunidad Avaaz gracias a millones de sus miembros que se organizan por internet y en las calles han obtenido el logro de prohibir pesticidas que matan a las abejas, las cuales polinizan dos tercios de nuestra comida. La victoria hubiera sido imposible sin la concienciación de la comunidad de científicos, especialistas, funcionarios afines y organizaciones colaboradoras.
Hay que organizarse con el conocimiento de las leyes, la presión de los ciudadanos, la conciencia de los científicos y la colaboración de todas las organizaciones que persigan el mismo fin. Aunque el capital se nos esté zampando vivos, no debemos amedrentarnos, y si unirnos operativamente para plantar cara a este monstruo anónimo que aparentemente tiene la sartén por el mango y juega a porfiar cómo gana más, quitando más a los que no saben y no pueden defenderse. Increíble. El monstruo lo hemos fabricado con la ignorancia. Le hemos dado todo lo que pedía y más, y ahora, devora despiadado al mundo para convertirse en su amo y señor. Los que podrían parar el engranaje no quieren, porque están identificados con sus intereses y los argumentos que los apoyan. Otros tienen miedo a perder lo poco que tienen. He escuchado a algunos intelectuales defender los argumentos con una racionalidad fría y realista, pero totalmente identificados con esto es lo que hay. Confunden la verdad relativa con la verdad única. En la historia de la humanidad no ha sido nunca fácil pasar de un sistema a otro. Siempre el sistema emergente conlleva pautas de progreso para todos, que se acaban imponiendo con la fuerza de la conciencia y el coraje para llevarlo a cabo.