Me parece de que todo lo que hacemos y por todo lo que nos esforzamos en la vida tiene por fin devolvernos a nuestro origen; volver a ser conscientes de nuestra verdadera Naturaleza Esencial.
Me muevo en las manos del Señor cuando soy plenamente consciente de esta Naturaleza Esencial que comparto con la Creación y entonces todo lo que vivo lo experimento desde la Paz y el Amor.
Entretanto que no siento esta alegría, todo y que ya estoy en sus manos, (porque sí que me doy cuenta de que no mando yo sino algo infinitamente Superior y universal) aún no he acabado de reconocerme en Él.
