#2162
Carmen
Participante

Me siento muy identificada con el comentario de Cointa. Para mí, ese sentimiento de carencia del corazón era de mí misma y la necesidad que sentía era de conectar con el fondo de mi ser donde, además, conecto con lo Superior. Y es que no puedo amar a Dios sin amarme a mí. Yo soy parte de él y él es parte de mí. El ser consciente de esa carencia hizo despertar un sentimiento de violencia, como comenta Cointa: «hacia mí misma al minusvalorarme y reprocharme por no alcanzar lo que considero perfección».

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