#2171
laura
Participante

Me atrevería a decir que estas dos maneras de tener a lo Superior presente se han manifestado en mi vida. Y que ese sentimiento benéfico de carencia (porque sé que aún no he alcanzado su plenitud) me engrandece el corazón y la produce Dios mismo, cuando soy consciente de que Él siempre está allí.
Sin embargo, cuando dejo de percibir a Dios como algo vivo en mi, y sutilmente se vuelve a transformar en una idea dentro de la mente, se produce esa pelea interna, producto del camino que he emprendido, y del que temporalmente me he olvidado. Ésto creo que es inevitable, y aunque hay que intentar evitarlo, no es necesario fustigarse.
Yo sé que el sentimiento sincero de querer volver a Dios me lleva hacia Él siempre, y estar en el Trabajo me ha dado herramientas para suavizar y acelerar la mudanza, pero esto no se hace en un día. Alegrémonos de haber emprendido un camino lleno de luz, belleza y potencia.

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