6 de diciembre de 2017 a las 17:59
#2156

Participante
Ese sentimiento benéfico y apacible me hace sentir como «hambre» de Dios, sentirme unida y confiada en lo Superior para encontrarlo y dejar que se manifieste en mí. Intuyo que el violento y peligroso está tanto en la violencia hacia mí misma al minusvalorarme y reprocharme por no alcanzar lo que considero perfección, como hacia los demás, juzgándolos según mi criterio de cómo deberían ser.