31 de enero de 2018 a las 21:04
#2243
Sergio Blasco
Superadministrador
Cuando alabo a Dios de corazón, cuando me abro a Él, cuando lo tengo presente, cuando me presento ante Él limpio de corazón, con una sana y profunda humildad, cuando nos mostramos ante Él cómo siervos de corazón y no como solo como necesitados, solo entonces el camino se me allana.
Alabar a Dios no debe consistir en ensanzarlo para que nos limpie el camino de obstáculos, alabar a Dios es tenerlo presente y sentir que nuestra vida es una expresión de lo superior, esa es la auténtica alabanza a Dios