#1697
Jordi Sapés de Lema
Superadministrador

Están sucediendo cosas que justifican que volvamos a comentar el “problema catalán”. Os invito a repasar mi primer artículo de esta sección en la que citaba la cuestión de la lengua como fundamento del pueblo. Porque parece ser que se han propuesto terminar con el “problema” acabando con la lengua.

El primer paso fue inventarse una nueva lengua románica: el valenciano. Curiosamente, el diccionario de la Real Academia Española de la lengua define “valenciano” de la siguiente manera: Variedad del catalán que se usa en gran parte del antiguo reino de Valencia y se siente allí comúnmente como lengua propia.
Sin embargo, el Estatuto de la Comunidad Valenciana dice: El idioma valenciano es el oficial en la Comunitat Valenciana, al igual que lo es el castellano, que es el idioma oficial del Estado. Todos tienen derecho a conocerlos y a usarlos y a recibir la enseñanza del, y en, idioma valenciano.

Así que hicieron desaparecer el catalán de la Comunidad Valencia. Aunque se seguía hablando en Baleares y en Aragón, justo en el territorio que limita con Cataluña.

La Presidencia del Gobierno de Aragón legislaba lo siguiente en 2009:
Aragón es una Comunidad Autónoma en la que junto al castellano, lengua mayoritaria y oficial en todo su territorio, se hablan en determinadas zonas otras lenguas, el aragonés y el catalán, las tres con sus modalidades lingüísticas propias de Aragón. Estas lenguas constituyen un rico legado de nuestra Comunidad Autónoma y un hecho singular dentro del panorama de las lenguas históricas de Europa, configuradoras de una historia y cultura propias. Por ello, han de ser especialmente protegidas y fomentadas por la Administración aragonesa. Ambas lenguas necesitan acciones decididas por parte del Gobierno de Aragón para prestigiarlas, dignificarlas y normalizarlas socialmente, facilitando así su protección y promoción. Hay que tener en cuenta que estas lenguas mantienen vivas variedades locales o dialectales históricas y/o territoriales, y que existe una zona de confluencia de ambas lenguas en algunos municipios.

Bien pues, para protegerlas y promocionarlas, han decidido ahora cambiarles el nombre. Ya no se llaman “catalán” y “aragonés”, sino “lapao” y “lapapyp”, acrósticos de Lengua Aragonesa Propia del Aragón Oriental, y Lengua Aragonesa Propia del Aragón Pirenaico y Prepirenaico. Así que ahora sólo se habla catalán en Cataluña y Baleares.

Por poco tiempo, porque ha empezado el acoso y derribo del catalán ¡en la propia Cataluña! Hará un mes, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que no tiene nada que ver con la Generalitat sino que es un organismo judicial del Estado, sentenció que basta con que un solo niño, es decir sus padres, pida en Cataluña recibir una asignatura en castellano para que toda la clase esté obligada a recibirla en esta lengua. Es decir que si en una clase de 30 niños, 29 que quieren ser enseñados en catalán y uno solo desea recibir la materia en castellano, el derecho de este niño pasa por encima del de los otros 29.

Pero la propuesta de Ley de Enseñanza que acaba de presentar el ministro Wert, va más allá. Dice que cualquier niño en Cataluña que quiera ser enseñado exclusivamente en castellano, tendrá derecho a ser matriculado en una escuela privada que, de entrada, pagará el gobierno del Estado. Y a continuación, el gobierno central lo descontará de las transferencias que hace a la Generalitat de Cataluña.

El problema inicial será que no hay en Cataluña ninguna escuela privada que enseñe exclusivamente en lengua castellana. Las hay que enseñan en catalán castellano y una tercera lengua, que puede ser el inglés, el francés o el alemán. También las hay que enseñan en catalán y castellano pero segregando las niñas y los niños. Pero que enseñen exclusivamente en castellano no hay ninguna. Claro que si hay mucha demanda, ya se crearán, porque puede haber muchas familias que aprovechen la bicoca para mandar a sus hijos a estudiar a la escuela privada, que hasta ahora era elitista.

En fin, ya os podéis imaginar que los partidarios de la independencia de Cataluña no saben cómo agradecer tanta colaboración del Partido Popular.

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