#1632
Jordi Calm
Participante

Un aspecto importante es que estos problemas de fondo últimamente han ido de la mano de unas formas muy poco cuidadas. Algunas actitudes que han mantenido, por ejemplo, ministros como Montoro y Wert (vamos a españolizar a los alumnos catalanes) han sentado especialmente mal a muchos catalanes de a pie, porque han visto que las reclamaciones o propuestas que presentan los políticos que les representan no es sólo que sean desatentidas, si no que son tratadas de forma por lo menos desdeñosa, lo cual, en esencia, choca frontalmente con lo que debería ser el ejercicio de la política.
Estas actitudes provocaron una corriente de comentarios en algunos medios en Cataluña que venían a decir, en tono jocoso pero también certero, que los mayores generadores de votos que tenía Esquerra se podían encontrar en los consejo de ministros. Pero, peor que chanzas y chascarrillos, a resultas de todo esto se ha generado una dinámica de réplicas y contraréplicas en un tema que es delicado, que afecta a muchas sensibilidades, y que exige de todos los políticos una altura de miras que les permita, por ejemplo, en lugar de atizar el fuego para ganar votos, estudiar el tema en profundidad y buscar soluciones de consenso que es, repito, por lo que cobran.

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