• Este debate tiene 108 respuestas, 20 mensajes y ha sido actualizado por última vez el hace 4 años por Maria jesus.
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  • #1624
    Jordi Calm
    Participante

    Aquí podemos expresar nuestras opiniones acerca del documento EL PROBLEMA CATALÁN que podéis encontrar en la sección Listado de documentos

    #1625
    Emilia
    Participante

    Acabo de leer el texto y me ha parecido muy enriquecedor por los datos que aporta. Es cierto, ya está bien de fustigar, de separar, de dividir, de ver al otro como un enemigo. Yo he sido de las que pensaba igual que refleja JOrdi en el texto, «estos catalanes, qué se habrán creído» Y eso sin haber estado nunca en Cataluña. Por fin fui hace 3 años para ver la montaña de Monserrat, mágico enclave, y descubrí una ciudad, Barcelona que me encantó. La gente simpática, buena comida, y no tuve problemas. Todo el mundo me hablaba en castellano. Considero importante que no se pierda la lengua, que se hable catalán pero también castellano. La enseñanza bilingüe en los centros de enseñanza, dándole la misma importancia a las dos lenguas , considero que es muy importante y enriquecedor . Además desarrolla en el niño la capacidad para aprender otras lenguas.

    #1629
    Rosa
    Participante

    Observamos la falta de transparencia y la manipulación de la información, además de los esquemas simplistas sobre buenos y malos.¿ A quien le interesa que esto funcione así año tras año.? Esta manera de hacer ha ido alimentando el rechazo. Cuando se descubre qué hay detrás de esta historia, nos damos cuenta que el sometimiento no es bueno para nadie. De entrada parece tener ventajas para muchos pero a larga, limita la posibilidades de un crecimiento justo y satisfactorio para todos. Ese fondo de intereses y antipatía se ha encargado de alimentar, la falta de atención, cortesía y cariño para hablar la lengua catalana cuando uno está afincado en Cataluña. La facilidad bilingüe de los que escuchan y hablan, más el conflicto emocional de fondo, herencia de una época desfasada, pero que aun sigue vigente en los mecanismos adquiridos, justifica que muy pocos hagan el esfuerzo de hablar catalán. Así que hay una parte de la población bilingüe porque habla las dos y la otra monolingüe porque sólo habla una. La inmersión es una estrategia para superar diferencias de origen, y para que haya un bilingüismo real, en la generación que nos sigue.

    #1632
    Jordi Calm
    Participante

    Un aspecto importante es que estos problemas de fondo últimamente han ido de la mano de unas formas muy poco cuidadas. Algunas actitudes que han mantenido, por ejemplo, ministros como Montoro y Wert (vamos a españolizar a los alumnos catalanes) han sentado especialmente mal a muchos catalanes de a pie, porque han visto que las reclamaciones o propuestas que presentan los políticos que les representan no es sólo que sean desatentidas, si no que son tratadas de forma por lo menos desdeñosa, lo cual, en esencia, choca frontalmente con lo que debería ser el ejercicio de la política.
    Estas actitudes provocaron una corriente de comentarios en algunos medios en Cataluña que venían a decir, en tono jocoso pero también certero, que los mayores generadores de votos que tenía Esquerra se podían encontrar en los consejo de ministros. Pero, peor que chanzas y chascarrillos, a resultas de todo esto se ha generado una dinámica de réplicas y contraréplicas en un tema que es delicado, que afecta a muchas sensibilidades, y que exige de todos los políticos una altura de miras que les permita, por ejemplo, en lugar de atizar el fuego para ganar votos, estudiar el tema en profundidad y buscar soluciones de consenso que es, repito, por lo que cobran.

    #1639
    Nicolas
    Participante
    #1640
    Nicolas
    Participante

    En primer lugar quisiera agradecer a Jordi la introducción al tema, la cual comparto plenamente.
    Creo entender que como foro virtual que compartimos las diferentes personas que estamos en el Trabajo, y que a su vez es de ámbito estatal, se trata de darnos entre todos un poco de luz, entre los que vivimos la situación en directo y entre los que la viven “en diferido” y con filtros interesados.). También es cierto que los que lo vivimos en directo no todos coincidimos en el diagnostico pero el nivel de mentiras y filtros ya no los pueden utilizar de la misma manera.

    Soy andaluz y vine a este país hace 45 años. Ahora tengo 51 y sigo sintiéndome andaluz aunque frustrado cuando veo al pueblo andaluz entregado a la causa española. La misma que expulsó a nuestros hermanos musulmanes y judíos, que posteriormente se repartieron y expoliaron económica, cultural, política y espiritualmente hasta nuestros días. Convertidos después de siglos de luz y riqueza en una de las zonas más pobres de Europa , Triste cuando los veo haciendo de palmeros del reino y siempre dispuestos, ya sean de derechas o de izquierdas, a enfrentarse a vascos o catalanes, representando a sus propios conquistadores aunque, eso sí, con gracia y desparpajo. Eso que no falte.

    Es desde mi posicionamiento político como independentista andaluz ( mi país de origen) , independentista catalán ( mi país de adopción), Paissos Catalans y de cualquier pueblo oprimido que desee su libertad, que quiero exponer algunas reflexiones:

    – Sobre el título, “El problema catalán”, entiendo el lenguaje coloquial al que se refiere Jordi ,y que es como se conoce históricamente la relación de Catalunya con “España”, pero solo decir que el lenguaje siempre es importante y esta definición es más una definición desde “España” que como nos sentimos aquí en Catalunya. Es decir, aquí no nos sentimos como problema y éste se genera en “España” como reacción y negación de lo que ya somos.

    – Sobre el comentario de Emilia, agradecerle su interés pero quiero hacer algunas apreciaciones, siempre con el ánimo de que crezcamos todos: creo que su mirada desde fuera es la mirada que representa la idea española dominante, aunque no sea esa su intención,
    Los elementos de análisis se basan en tu experiencia pero ¿ qué cambiaria si la experiencia no hubiera sido tan agradable, te hablaran en catalán, y hubieras dado con alguien que no es simpático ?.
    Siempre es mejor caer simpáticos y que quien venga se sienta acogido, pero desde el reconocimiento de la igualdad y no de administrador a administrado.

    Sobre la lengua, varias cosas. Que la gente te hablara en castellano forma parte del que hacer de este país, para bien o para mal. La desgracia la tienen los catalanes que tienen que cambiar de lengua doscientas veces al día en su propio país, verse recriminados de maleducados por gente que a lo mejor lleva 20-30-40 años viviendo aquí, Sobre el famoso bilingüismo, que tanto gusta en “España”, decir que los únicos que son 100% bilingües son los catalanes de lengua materna , cosa que no ocurre con esos famosos defensores del bilingüismo, que normalmente solo hablan castellano. Lo piden para asegurar que su idioma permanezca pero no desde una posición de apertura y reconocimiento de la bondad de saber dos o más idiomas, sino desde la posición de dominio de una lengua sobre otra.
    Un ejerció para verlo claramente: proponer que todo el mundo sea bilingüe significaría que todos los castellano parlantes en Cataluña tendrían que aprender el catalán y en eso nos tiraríamos años y años.

    -Por lo que se refiere a la enseñanza, creo que Jordi lo deja bien claro, la inmersión lingüística en catalán es una experiencia exitosa reconocida internacionalmente y que garantiza la cohesión social. Pero que nadie se preocupe por la desaparición del castellano, porque cualquier niño/a de más de dos años ya habla en castellano aunque en su casa nadie lo haga.

    – Y sobre el comentario de J. Calm, donde habla del desprecio de los medios de comunicación sobre Catalunya y la posible reacción a favor de la causa independentista por parte de gente que tiene alguna duda es cierto, pero si bien el independentismo tiene una parte de “naturaleza reactiva” contra el país colonizador, la gran parte de esa naturaleza se basa en la voluntad de querer ser lo que ya eres y ser dueño de tu propio destino. Por suerte, la voluntad de independencia es muy transversal y va más allá de Artur Mas, aunque desde “España” se hagan los locos diciendo que no ha conseguido la mayoría que pretendía, etc.

    Finalmente quisiera decir que después de siglos, el despreció por Catalunya desde “España” es casi unánime, y los pocos “amigos” que hemos hecho en la historia es desde la idea del sometimiento o de dependencia. Pocos, como Paco Ibáñez que no se vende ni a su madre, y alguno que ya se ha muerto como Santiago Carrillo, se han atrevido a ir más allá para entender lo que significa todo esto.
    Yo me siento cansado de tanto esfuerzo por explicar la situación, y menos desde la óptica para que el otro me dé la bendición y me autorice a ser lo que soy.
    Tampoco entiendo como parte del pueblo catalán y después de tanto desprecio, pueden justificar dicha situación.

    A mi, y a una mayoría a día de hoy, nos gustaría poder decidir por la independencia de este país, y mantener una buena vecindad con la “España” que quiera continuar siéndolo. Tener la oportunidad de crear una sociedad que profundice en la democracia y la justicia social.

    Desde el punto de vista racional no hay argumentos en contra para que los ciudadanos/as de Catalunya no estuvieran a favor de un mayor grado de desarrollo y bienestar , solo desde la parte afectiva es desde donde se utilizarán todos los argumentos en contra. En este caso, solo decir que a nadie le obligarán a sentirse de una manera diferente a como quiera sentirse, cosa que ahora no pasa al revés.

    #1646
    Emilia
    Participante

    En mi primera aportación hablé de los motivos que me impulsaron a visitar Cataluña: visitar la montaña Montserrat y llevarme la sorpresa de encontrarme una ciudad muy viva y mediterránea. No tuve problemas para hablar castellano, al menos eso recuerdo. Y como en todos los sitios tal vez me encontré con gente antipática pero no lo recuerdo. Mi memoria prefiere quedarse con lo mejor. ¿Por qué no fui antes a Barcelona? No me atraía para nada como tampoco conocer El País Vasco, era de rechazo absoluto. Ahí imperaban mis creencias y juicios: catalanes “agarraos”, estos catalanes siempre mirando para sí, victimistas, quejicas, sintiéndose siempre superiores en su diferencia y para mí eso generaba mucho rechazo. Rechazo que fomentó parte de mi familia que emigró a Cataluña, ellos fueron los que me hicieron sentir ese rechazo. Mi familia es andaluza, de Málaga. El sobrino de mi madre y su mujer emigraron a Cataluña, mis primos se fueron a Australia, unos tíos se fueron a Francia, mis padres se quedaron aquí. Cada vez que venía la familia “catalana”, nosotros decíamos, ya vienen los “renegaos”, porque desde que venían hasta que se iban se pasaban todo el tiempo hablando mal de nosotros los andaluces y lo bien que estaban en Cataluña. Siempre lo mismo de lo mismo , las mismas creencias y juicios que tienen muchos sobre los que no son de su “terruño”. Siempre ese desprecio, esa falta de sensibilidad que les conduce a estar siempre juzgando y que nos lleva a sentirnos por encima de los demás. Eso experimentaba yo cuando venían los catalanes, nos veían por encima del hombro, siempre el mismo rollo. Así que nunca fui hasta que conocí en un programa la montaña sagrada, al menos así la vi. Ella me eclipsó y fue la causa de mi viaje, no otro.

    Llevo en el Trabajo un año , ahora estoy trabajando el repaso de los Eventos, leyendo sobre las creencias y juicios y veo en muchos textos que escriben sobre el “problema catalán” muchas creencias y juicios. . El leer que mi aportación es “imperialista” me ha dejado perpleja . Y el constatar los mismos prejuicios de siempre hacia los andaluces: que si somos salerosos, que si los palmeros del reino. Y ¿tan terrible es sentirse español? A mí me da lo mismo lo que los catalanes quieran hablar, si quieren hablar sólo catalán allá ellos, es una forma de encerrarse en sí mismos. Es más lógico y práctico para ellos que aprendan las dos lenguas, así tendrán otra lengua para comunicarse con los españoles, como ellos dicen. El resto no vamos a tener problemas, yo usaré mi lengua para hablar cuando vaya a Cataluña y si no el lenguaje gesticular que se me da muy bien. He viajado mucho y los gestos me han servido para comunicarme. El hablar del bilingüismo , no ha sido desde ningún lado imperialista, sino como algo lógico y más que nada práctico para quien vive ahí , sobre todo cuando se está rodeado de otras comunidades donde no se habla catalán. Las lenguas son un buen vehículo de unión, de comunicación, de crecimiento. Es la razón para aprenderlas. He vivido en Bélgica y sé cómo se usa la lengua ,como espada y como limitación. Tengo una amiga flamenca que sabiendo francés ,cuando se comunica conmigo y le hablo en francés su rechazo es absoluto, ¡no, no , en español! Tuve que dejar de ir a comer a restaurantes flamencos porque no ponían la carta en francés, y no me hablaban en esa lengua aún sabiéndola. Podría citar miles de ejemplos . Para mí esto es la guerra y no conduce a nada.

    Otro problema para Cataluña : mucha gente no quiere ni compra productos catalanes . Yo conozco gente que no compran productos catalanes. No es mi caso, aunque sí hubo una época en la que lo defendía; de hecho acabo de comprarme una bici vasca. El otro día estaba con unas conocidas que decían que no compraban tal marca porque era catalana, yo intervine y dije que estaban equivocadas, que es una guerra que no conduce más que a la desunión.

    Por último , un pueblo que habla dos lenguas , que es bilingüe, es una riqueza, así lo veo yo, y ¡qué envidia! Cuando he estado con catalanes y hablan sin darse cuenta en catalán, luego en castellano, en catalán, y así, lo que yo experimento es un sentimiento de reconocimiento y de valoración por tener esa capacidad de aprendizaje y esa herramienta que le permitirá aprender fácilmente otras lenguas.

    #1647
    Emilia
    Participante

    Esta es la aportación de un compañero que ha vivido con su mujer muchos años en Cataluña.Ellos son de Burgos.

    Emilia

    Dábamos clase en el cinturón rojo de Barcelona en condiciones lamentables mientras que los catalanes mandaban a sus hijos a colegios privados, muchos hijos de emigrantes estaban en barracones habilitados en naves, las clases estaban separadas con paredes de conglomerado, los ayuntamientos no atendían adecuadamente los servicios de limpieza, los barrios no disponían de equipamiento sanitario básico(Ana tuvo un aborto porque no llegamos a tiempo al hospital en Barcelona)

    La burguesía Catalana era la que colaboraba con las autoridades franquistas, hacía negocios inmobiliarios sin respetar las más mínimas normas urbanísticas, tenían a los obreros en sus fábricas en condiciones lamentables. Nosotros vivíamos cerca de la empresa Uralita y todo el mundo sabía que los productos utilizados dañaban los pulmones, pero ellos sólo querían ganar dinero. El alcalde de nuestro pueblo , señor Dausá de Ripollet, nos quito el patio del colegio Tabor, los alumnos tenían el recreo en los pasillos y se producían todos los días accidentes, yo era el director, le montamos una manifestación y me detuvo la guardia civil por alteración de orden público. El patio lo queria para hacer negocios inmobiliarias, Tenían total impunidad.

    El franquismo no respetaba al idioma catalán, ellos, con buen criterio defendieron su idioma en la casa y en los colegios, los catalanes que iban al colegio público en nuestra zona eran muy pobres, nosotros vimos que era aberrante que un niño con una estructura lingüistica catalana aprendiera en castellano ya que, por ejemplo, en su mente tenia la palabra cadira y nosotros le enseñábamos la palabra castellana silla.Los maestros, la mayoría emigrantes bebido a que era una profesíón mal pagada,creíamos que la enseñanza se debería realizar en la lengua materna y aprender poco a poco la otra lengua, siempre en el mismo centro para que los alumnos convivieran sin divisiones por lengua pero eso no era permitido por el franquismo por lo que pedimos la ayuda de asociaciones catalanas para que dieran, de forma clandestina, clases en catalán ( en esa época casi todo era clandestino)

    Cuando llego al poder el FASCISTA JORDI PUJOL, quiso construir una sociedad de pensamiento único e hizo lo mismo que FRANCO pero al revés, impuso el catalán a los emigrantes, llegaron a argumentar que estos no tenían cultura ya que la mayoría no habían recibido instrucción. Realizó una magnífica ingeniería social asociando castellano con franquismo, España con algo retrógrado. los emigrantes compraron su propaganda ya que era de izquierdasy, además, querían que sus hijos progresaran y el modelo eran sus jefes que hablaban catalán. FRACASÓ EN BILIGÜISMO ESCOLAR INTEGRADOR e implantaron la inmersión que perjudica a los más débiles como demuestran todos los estudios pedagógicos.

    Nosotros lo vimos venir y firmamos el manifiesto de los 2300, fuimos perseguidos con la saña propia con la que los fascistas persiguen a aquellos que discrepan ya que no toleran la liberta de expresión y de esos polvos viene estos lodos.Menos mal que vimos a tiempo las tensiones a las que iban a estar sometidos los demócratas y nos vinimos a nuestra Andalucía que nos acogió con los brazos abiertos

    Te mando el manifiesto y si quieres voy al grupo a explicarlo con más detalle

    Barcelona, 25 de enero de 1981.

    Los abajo firmantes, intelectuales y profesionales que viven y trabajan en Cataluña, conscientes de nuestra responsabilidad social, queremos hacer saber a la opinión pública las razones de nuestra profunda preocupación por la situación cultural y lingüística de Cataluña. Llamamos a todos los ciudadanos demócratas para que suscriban, apoyen o difundan este manifiesto, que no busca otro fin que restaurar un ambiente de libertad, tolerancia y respeto entre todos los ciudadanos de Cataluña, contrarrestando la tendencia actual hacia la intransigencia y el enfrentamiento entre comunidades, lo que puede provocar, de no corregirse, un proceso irreversible en el que la democracia y la paz social se vean gravemente amenazadas.

    No nace nuestra preocupación de posiciones o prejuicios anticatalanes, sino del profundo conocimiento de hechos que vienen sucediéndose desde hace unos años, en que derechos tales como los referentes al uso público y oficial del castellano, a recibir la enseñanza en la lengua materna o a no ser discriminado por razones de lengua (derechos reconocidos por el espíritu y la letra de la Constitución y el Estatuto de Autonomía), están siendo despreciados, no sólo por personas o grupos particulares, sino por los mismos poderes públicos sin que el Gobierno central o los partidos políticos parezcan dar importancia a este hecho gravísimamente antidemocrático, por provenir precisamente de instituciones que no tienen otra razón de ser que la de salvaguardar los derechos de los ciudadanos.

    No hay, en efecto, ninguna razón democrática que justifique el manifiesto propósito de convertir el catalán en la única lengua oficial de Cataluña, tal como lo muestran, por ejemplo, los siguientes hechos: presentación de comunicados y documentos de la Generalidad exclusivamente en catalán; uso casi exclusivo del catalán en reuniones oficiales, con desprecio público del uso del castellano, como ha ocurrido en el mismo Parlamento Catalán, en el que un parlamentario abandona ostensiblemente airado la sala en cuanto alguien hablaba en castellano; nuevas rotulaciones públicas exclusivamente en catalán; declaraciones de organismos oficiales y de responsables de cargos públicos que tienden a crear confusión y malestar entre la población castellanohablante, como las recientes del Colegio de Doctores y Licenciados de Cataluña y otras emanadas de responsables de las Consejerías de Cultura y Educación de la Generalidad; proyectos de leyes, como el de «normalización del uso del catalán», tendentes a consagrar la oficialidad exclusiva del catalán a corto o medio plazo, etc.

    Partiendo de una lectura abusiva y parcial del artículo 3 del Estatuto, que habla del catalán como «lengua propia de Cataluña» -afirmación de carácter general y no jurídico-, se quiere invalidar el principio jurídico que el mismo articulado define a renglón seguido al afirmar que el castellano es también lengua oficial de Cataluña. No podemos aceptar su desaparición de la esfera oficial, sencillamente porque la mitad de la población de Cataluña tiene como lengua propia el castellano y se sentiría injustamente discriminada si las instituciones no reconocieran -de hecho- la oficialidad de su lengua. El principio de cooficialidad, pensamos, es jurídicamente muy claro y no supone ninguna lesión del derecho a la oficialidad del catalán, derecho que todos nosotros defendemos hoy igual que hemos defendido en otro tiempo, y acaso con más voluntad que muchos de los personajes públicos que ahora alardean de catalanistas.

    No nos preocupa menos contemplar la situación cultural de Cataluña, abocada cada día más al empobrecimiento, de continuarse aplicando la política actual tendente a proteger casi exclusivamente las manifestaciones culturales hechas en catalán, como lo mostraría una relación de las ayudas económicas otorgadas a instituciones oficiales o particulares, grupos de teatro, revistas, organización de actos públicos, jornadas, conferencias, etc. La cultura en castellano empieza a carecer de medios económicos e institucionales no ya para desarrollarse, sino para sobrevivir. Esta marginación cultural se agrava si pensamos que la mayoría de la población castellanohablante está concentrada en zonas urbanísticamente degradadas, donde no existen las más mínimas condiciones sociales, materiales e institucionales que posibiliten el desarrollo de su cultura.

    Resulta en este sentido sorprendente la idea, de claras connotaciones racistas, que altos cargos de la Generalidad repiten últimamente para justificar el intento de sustitución del castellano por el catalán como lengua escolar de los hijos de los emigrantes. Se dice sin reparo que esto no supone ningún atropello, porque los emigrantes «no tienen cultura» y ganan mucho sus hijos pudiendo acceder a alguna. Sólo una malévola ignorancia puede desconocer que todos los grupos emigrantes de Cataluña proceden de solares históricos cuya tradición cultural en nada, ciertamente, tiene que envidiar a la tradición cultural catalana, si más no, porque durante muchos siglos han caminado juntas construyendo un patrimonio cultural e histórico común.

    Que una desgraciada situación económica y social obligue a ciento de miles de familias a dejar su tierra, es ya lo bastante grave como para que, además, quiera acentuarse su despojo con la pérdida de su identidad cultural. Cuando esta situación se da, cumple a la sociedad el remediar en los hijos la injusticia cometida con sus padres. Nadie, sea cual sea su origen, nace culto, pero todos nacen con el inalienable derecho a heredar y acrecentar la cultura que sus padres tuvieron o debieron tener. Nadie nace con una lengua, pero todos tienen derecho a acceder a la cultura mediante ese vínculo afectivo que une al niño con sus padres y que, además, comporta toda una visión del mundo: su lengua. Que este principio pedagógico elemental tenga que ser hoy reivindicado en Cataluña prueba nuevamente la gravedad de la situación.

    Resulta, por tanto, insostenible la torpe maniobra de pretender que esa inmensa mayoría de emigrantes, que comparte la lengua castellana, no forma una comunidad lingüística y cultural, sino que sólo posee retazos de culturas diversas reducidas a folklore. Que digan esto los mismos y razonables defensores de la unidad idiomática de Cataluña, Valencia y Baleares -unidad si acaso, menor que la de las diversas hablas del castellano- resultaría risible si la intención no fuera disgregar esa conciencia cultural común. ¿Habrá que recordar que pertenecemos a una comunidad lingüística y cultural de cientos de millones de personas y que la lengua de Cervantes, en la actualidad, no es ya el viejo romance castellano, sino el fruto de aportaciones de todos los pueblos hispánicos? ¿En virtud de qué principio puede negarse a los hijos de los emigrantes de cualquier lugar de España el acceso directo a esa lengua y a ese patrimonio cultural? ¿Acaso en nombre del mismo despotismo que pretendió borrar de esta misma tierra una lengua y una cultura milenarias? La historia prueba que esto fracasa.

    No parece, por tanto, que la integración que se busca pretenda otra cosa que la sustitución de una lengua por otra, sustitución que ha de realizarse «de grado o por fuerza», como se empieza a decir, mediante la persuasión, la coacción o la imposición según los casos, procurando, eso sí, que el proceso sea «voluntariamente aceptado» por la mayoría. Se dice que la coexistencia de dos lenguas en un mismo territorio es imposible y que, por tanto, una debe imponerse a la otra; principio éste no sólo contrario a la experiencia cotidiana de la mayoría de los ciudadanos de Cataluña -que aceptan de forma espontánea la coexistencia de las dos lenguas-, sino que, de ser cierto, legitimaría el genocidio cultural de cerca de tres millones de personas.

    Se suele presentar en contra de las afirmaciones dichas hasta aquí, el hecho conocido de que gran parte de los medios de comunicación (cine, televisión, prensa), siguen expresándose en castellano, por lo que esta lengua no corre ningún peligro. No creemos que pueda ser negativo el que existan medios de comunicación que se expresen en castellano; si acaso, sería deseable que su castellano fuera mejor y que no informaran tan poco y tan mal sobre la comunidad de lengua castellana y sus problemas. Lo único negativo sería que no se crearan otros tantos medios, o más, de expresión en catalán.

    Por otra parte, de esta falta de medios de comunicación en catalán no son responsables los castellanohablantes. Póngase remedio a esta situación en sentido positivo, construyendo y desarrollando la lengua y cultura catalanas, y no intentando empobrecer y desprestigiar la lengua castellana. Se evidencia cierta falta de honestidad para afrontar las verdaderas causas lingüísticas, culturales y políticas que puedan impedir el desarrollo de la cultura catalana en este intento de culpabilizar a los castellanohablantes de la situación por la que atraviesa la lengua catalana. Hay, por ejemplo, razones comerciales evidentes a las que nunca se alude y cuya responsabilidad no recae precisamente en los no catalanes.

    No podemos pasar por alto en este análisis la situación de la enseñanza y los enseñantes. El ambiente de malestar creado por los decretos de traspasos de funcionarios ha puesto de manifiesto una problemática a la que ni el Gobierno central ni el Gobierno de la Generalidad quieren dar una respuesta seria y responsable. No se quiere reconocer la existencia de dos lenguas en igualdad de derechos y que, por tanto, la enseñanza ha de organizarse respetando esta realidad social biling|e, mediante la aplicación estricta del derecho inalienable a recibir la enseñanza en la propia lengua materna en todos los niveles. El derecho a recibir la enseñanza en la lengua materna castellana ya empieza hoy a no ser respetado y a ser públicamente contestado, como si no fuera este derecho el mismo que se ha esgrimido durante años para pedir, con toda justicia, una enseñanza en catalán para los catalanoparlantes.

    De llevarse adelante el proyecto de implantar progresivamente la enseñanza sólo en catalán -no del catalán, que indudablemente sí defendemos-, los hijos de los emigrantes se verán gravemente discriminados y en desigualdad de oportunidades con relación a los catalanoparlantes. Esto supondrá, además, y como siempre se ha dicho, un «trauma» cuya consecuencia más inmediata es la pérdida de la fluidez verbal y una menor capacidad de abstracción y comprensión.

    Se intenta defender la enseñanza exclusivamente en catalán con el argumento falaz de que, en caso de que se respetara también la enseñanza en castellano, se fomentaría la existencia de dos comunidades enfrentadas. Falaz es el argumento porque el proyecto de una enseñanza sólo en catalán puede ser acusado -y con mayor razón- de provocar esos enfrentamientos que se dice querer evitar. Se quiere ignorar, por otra parte, que actualmente ya existe esa doble enseñanza en castellano y catalán, para demostrar lo cual bastaría hacer una estadística de los colegios en los que se dan clases exclusivamente en catalán y aquéllos en los que se sigue dando en castellano. Mayor causa de enfrentamientos será, indudablemente, que se respeten los derechos lingüísticos de unos y no los de otros.

    Tampoco podrán achacarse a la coexistencia de las dos lenguas los posibles conflictos nacidos de las diferencias sociales que coinciden en gran parte con las existentes entre catalano y castellanohablantes. Desde esta perspectiva no cabe duda de que la lengua se ha convertido en un excelente instrumento para desviar legítimas reivindicaciones sociales que la burguesía catalana no quiere o no puede satisfacer, aunque la deuda que la sociedad catalana tiene para con la emigración sea inmensa y en justicia merezca mucho mejor trato. Sin embargo, en este momento de crisis el conocimiento del catalán puede ser utilizado – y ya lo está siendo-, como arma discriminatoria y como forma de orientar el paro hacia otras zonas de España. En efecto, el ambiente de presiones y de malestar creado ha originado ya una fuga considerable no sólo de enseñantes e intelectuales, sino también de trabajadores.

    No es menos criticable el acoso propagandístico creado en torno a la necesidad de hablar catalán si se quiere «ser catalán» o simplemente vivir en Cataluña. Se ha pretendido con esta propaganda identificar a la clase obrera con la causa nacionalista, y aunque se ha fracasado en este empeño, la mayoría de los trabajadores se están viendo obligados a aceptar que las expectativas, no ya de promoción social, sino simplemente de que sus hijos prosperen, no pueden pasar por serlo. Se llega así a la degradante situación de avergonzarse de su origen o su lengua ante los propios hijos, a cambiarles el nombre, etc. Esta humillante situación constituye una afrenta a la dignidad humana y es hora ya de denunciarla públicamente.

    Mientras no se reconozca políticamente la realidad social, cultural y lingüísticamente plural de Cataluña y no se legisle pensando en respetar escrupulosamente esta diversidad, difícilmente se podrá intentar la construcción de ninguna identidad colectiva. Cataluña, como España, ha de reconocer su diversidad si quiere organizar democráticamente la convivencia. Es preciso defender una concepción pluralista y democrática, no totalitaria, de la sociedad catalana, sobre la base de la libertad y el respeto mutuo y en la que se pueda ser catalán, vivir enraizado y amar a Cataluña, hablando castellano. Sólo así podrá empezarse a pensar en una Cataluña nueva, una Cataluña que no se vuelque egoísta e insolidariamente hacia sí misma, sino que una su esfuerzo al del resto de los pueblos de España para construir un nuevo Estado democrático que respete todas las diferencias. No queremos otra cosa, en definitiva, para Cataluña y para España, que un proyecto social democrático, común y solidario.

    Firmas: Amando de Miguel, Carlos Sahagún, F.J. Losantos, José Luis Reinoso, Pedro Penalva, Esteban Pinilla de las Heras, José María Vizcay, Jesús Vicente, Santiago Trancón,Alberto Cardín y 2.300 firmas más.

    #1648
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    Que en un tema de debate haya juicios de valor es algo imprescindible. De lo que se trata es de disfrutar de la perspectiva de la realidad que tiene el otro porque suele complementar la que tienes tú. Cuando dos discuten, la verdad está en lo que dice el uno, lo que dice el otro y algunos factores más que ni uno ni otro han tenido en cuenta. En cualquier caso, los que estamos en el Trabajo, no nos sentimos atacados porque alguien discrepe de nosotros y es que no nos tomamos esta discrepancia como algo personal.

    Conocedor de que Emilia tenía unos amigos que estaban un poco rebotados con Cataluña, le propuse que reflejara sus opiniones en este foro. He de decir que tienen mucha razón en los hechos que denuncian; y no me sabe mal pedir perdón en nombre de mi pueblo en tanto que fueron tratados con soberbia y desprecio por algunos que se creyeron superiores por el hecho de ser catalanes. Claro que aparte de la cuestión nacional, aquí se plantea la típica relación de opresión de los inmigrantes, tanto por la burguesía como por las clases menos favorecidas del territorio que contemplan a los recién llegados como una amenaza. Pero esto no es privativo de Cataluña: actualmente lo están sufriendo en todo el Estado los que han venido de África, de Sudamérica y del este de la propia Europa.

    Dejo a los compañeros que se dedican a la educación la respuesta al manifiesto del Sr. Jiménez Losantos en relación con la inmersión lingüística. Sólo decir aquí que los peligros que profetiza, afortunadamente, no se han cumplido. Y también que olvida por completo el hecho de que la lengua catalana estaba en peligro y había que reforzarla.

    En cambio me parece interesante prestar atención al encono que reviste en Bélgica el enfrentamiento entre valones y flamencos; fenómeno que también he vivido muy cerca y es exactamente como cuenta Emilia. A mi entender, sería mucho mejor que el estado belga se dividiera en dos: Flandes y Valonia. De esta manera, cada uno podría ser lo que es sin necesidad de afirmarse en contra del otro.

    El progreso en la sociedad pasa primero por la democracia: que seamos todos iguales, para continuar, en un nivel superior, atendiendo al hecho de que cada uno de nosotros es diferente. Eso vale para las personas y para los pueblos; y reconocerlo enriquece al colectivo; igual que nos enriquecemos con este debate.

    #1650
    Nicolas
    Participante

    Esta nueva aportación al debate, como en la anterior, intentaré responder partiendo de la base de que el foro es espacio donde estamos una serie de gente, con la que me une una de las cosas más importantes de mi existencia, y por lo tanto, a las que quiero y respeto sobre todas las cosas.
    En primer lugar, lamento que la primera intervención que hice en forma de archivo haya sido la guía de lectura, pues posteriormente lo rectifiqué e hice alguna aclaración que podía contextualizar un poco más mis opiniones. Entre ellas, la palabra “imperialista”, y que más adelante comentaré.
    Sobre la primera respuesta, donde comentas la experiencia de unos amigos en el “cinturón rojo” de Barcelona, y que posteriormente firman el “Manifiesto 230 ”:
    Creo que el primer error es identificar Catalunya con el Area Metropolitana de Barcelona, cosa habitual también entre los que vivimos en Barcelona.
    Por otra parte, solo decir: que vivo en ese “cinturón rojo” desde que llegué en los años 60 hasta nuestros días ( 45 años). He vivido durante más de 25 años en uno de los barrios más miserables de la Catalunya de entonces y conviviendo puerta con puerta con uno de los carteles de la droga, población gitana, ….y llevo estudiando y trabajando 30 años más como Educador Social en este mismo entorno.
    Sin querer descalificar a nadie, la descripción que haces esas personas me parece más que matizable por no decir demagógica:
    Efectivamente, en esa época y todavía en ésta debe quedar algún barracón que se utilice como escuela, pero la identificación de los catalanes como sinónimo de burguesía como una totalidad, no puede ser más que demagogia y más proviniendo de gente con una cierta instrucción.
    Que se hayan encontrado con gente impresentable y que sean catalanes, es tan probable como que puedan ser de cualquier otro lugar, pero donde veo el problema es que hacen de esto una categoría y ese es el problema. Por eso creo que es demagógico.
    Por lo que se refiere a la burguesía catalana, está claro que históricamente ha habido ( y todavía hay) sectores colaboracionistas con el franquismo y con quien se pusiera por delante. Estás personas (tus amigos)que dicen esto, a poco que se hubieran interesado por la historia y cultura de este país, se habrían dado cuenta que en esa época como a lo largo de la historia, también había gente de la burguesía apostando su dinero y jugándose el pellejo por proyectos políticos, culturales, científicos, de una calidad reconocida en todo el mundo. Pero parece que en España no se ha hecho mucha difusión, y cuando se hace, lo hacen con tanto interés como el otro día en TVE, que hablaban de los Premios Nadal de Literatura y ponían en pantalla la foto del tenista Nadal. Bromas de estas tenemos a patadas todos los días.
    Si hubo alguna burguesía luchando por la democracia y las libertades, creo que la catalana sería una de las pocas.
    No es casualidad que ahora se siga haciendo lo mismo, intentar que se identifique Artur Mas o CiU con el independentismo, cuando el soporte de las clases trabajadoras se ve y es transversal en casi el 80% de la población. Pero eso no lo explican.
    Y qué pasa con la clase trabajadora catalana, es que esas personas no conocieron a nadie?, ¿ Los trabajadores/as catalanes también enviaban a sus hijos a escuelas privadas?. “Lógicamente” en el área metropolitana la clase trabajadora catalana fue fagocitada por todos los que vinimos y su lengua, cultura, costumbres se quedó para la privacidad.
    Y si recurrimos a la historia, ¿ estas personas en toda su estancia aquí, no llegaron a oír hablar del movimiento obrero desde principios del siglo XX, la CNT, POUM, …de donde eran éstos?.
    Identificar Catalunya y burguesía es un atrevimiento como poco, arriesgado.
    Sobre el Manifiesto 2300, no me pararé porque las personas que lo abanderaron ya las conocemos demasiado, sabemos de su “talante democrático” y a qué intereses respondían y responden. Creo que ni la derecha más civilizada les daría el más mínimo crédito.

    Propongo ir contestando en color azul sobre esta última aportación (color negro)de Emilia, para que quien lo lea no pierda el hilo. Esta manera de hacer, y conocida por todos nosotros, creo que puede ser útil.

    En mi primera aportación hablé de los motivos que me impulsaron a visitar Cataluña: visitar la montaña Montserrat y llevarme la sorpresa de encontrarme una ciudad muy viva y mediterránea. No tuve problemas para hablar castellano, al menos eso recuerdo. Y como en todos los sitios tal vez me encontré con gente antipática pero no lo recuerdo. Mi memoria prefiere quedarse con lo mejor. ¿Por qué no fui antes a Barcelona? No me atraía para nada como tampoco conocer El País Vasco, era de rechazo absoluto. Ahí imperaban mis creencias y juicios: catalanes “agarraos”, estos catalanes siempre mirando para sí, victimistas, quejicas, sintiéndose siempre superiores en su diferencia y para mí eso generaba mucho rechazo. Rechazo que fomentó parte de mi familia que emigró a Cataluña, ellos fueron los que me hicieron sentir ese rechazo. Mi familia es andaluza, de Málaga. El sobrino de mi madre y su mujer emigraron a Cataluña, mis primos se fueron a Australia, unos tíos se fueron a Francia, mis padres se quedaron aquí. Cada vez que venía la familia “catalana”, nosotros decíamos, ya vienen los “renegaos”, porque desde que venían hasta que se iban se pasaban todo el tiempo hablando mal de nosotros los andaluces y lo bien que estaban en Cataluña. Siempre lo mismo de lo mismo , las mismas creencias y juicios que tienen muchos sobre los que no son de su “terruño”. Siempre ese desprecio, esa falta de sensibilidad que les conduce a estar siempre juzgando y que nos lleva a sentirnos por encima de los demás. Eso experimentaba yo cuando venían los catalanes, nos veían por encima del hombro, siempre el mismo rollo. Así que nunca fui hasta que conocí en un programa la montaña sagrada, al menos así la vi. Ella me eclipsó y fue la causa de mi viaje, no otro.
    Todo esto lo vivo en primera persona cada vez que voy a Andalucía.
    El desprecio y desconocimiento de lo que pasa aquí es impresionante.
    De todas formas, a poco veas los medios de comunicación no me extraña. El desprecio que veo en Andalucía es proporcional al deslumbramiento que tienen por Madrid, ( para mí, la metrópoli).

    Llevo en el Trabajo un año , ahora estoy trabajando el repaso de los Eventos, leyendo sobre las creencias y juicios y veo en muchos textos que escriben sobre el “problema catalán” muchas creencias y juicios. . El leer que mi aportación es “imperialista” me ha dejado perpleja . Me refería, como digo en la rectificación, a la idea dominante (dominante y dominadora) en España. Yo considero Catalunya un país dominado y desde esa lógica entiendo el comentario. El problema puede venir al entender que ser español es algo natural y por lo tanto no se entienda este concepto. Y el constatar los mismos prejuicios de siempre hacia los andaluces: que si somos salerosos, que si los palmeros del reino. En mi rectificación también dejo claro mi origen y sentimiento andaluz, y creo que más que hablar del famoso carácter andaluz hablo del posicionamiento de autoridades y pueblo andaluz en general respecto al tema que nos ocupa. Y ¿tan terrible es sentirse español? No es terrible, pero la pregunta es ¿si se entiende que unos cuantos millones no nos sintamos? A mí me da lo mismo lo que los catalanes quieran hablar, si quieren hablar sólo catalán allá ellos, es una forma de encerrarse en sí mismos. Es más lógico y práctico para ellos que aprendan las dos lenguas, así tendrán otra lengua para comunicarse con los españoles, como ellos dicen. El resto no vamos a tener problemas, yo usaré mi lengua para hablar cuando vaya a Cataluña y si no el lenguaje gesticular que se me da muy bien. Si el 100% de los catalanoparlantes hablan dos lenguas como mínimo y los otros no, quién es el que se encierra?. Aquí en Catalunya, si viene algun espanyol difícilment encontraràs a alguien que se niegue a hablar en castellano. Aquí si vienes de fuera se te pedirá que respetes el catalán y si haces por aprenderlo mejor para ti y para todos; pero te hablarán en castellano. A los que llevamos años aquí, qué menos que nos pidan que nos esforcemos lo mismo que han hecho los catalanes con una lengua que no es la suya. ( Una cosa es la lengua propia y otra la lengua común). He viajado mucho y los gestos me han servido para comunicarme. El hablar del bilingüismo , no ha sido desde ningún lado imperialista, sino como algo lógico y más que nada práctico para quien vive ahí , sobre todo cuando se está rodeado de otras comunidades donde no se habla catalán. Las lenguas son un buen vehículo de unión, de comunicación, de crecimiento. Es la razón para aprenderlas. Si las lenguas tienen tantas bondades, y una parte del país habla los dos idiomas y la otra parte uno solo ¿ Quién tiene que hacer el esfuerzo?. He vivido en Bélgica y sé cómo se usa la lengua ,como espada y como limitación. Tengo una amiga flamenca que sabiendo francés ,cuando se comunica conmigo y le hablo en francés su rechazo es absoluto, ¡no, no , en español! Tuve que dejar de ir a comer a restaurantes flamencos porque no ponían la carta en francés, y no me hablaban en esa lengua aún sabiéndola. Podría citar miles de ejemplos . Para mí esto es la guerra y no conduce a nada.

    Otro problema para Cataluña : mucha gente no quiere ni compra productos catalanes . Yo conozco gente que no compran productos catalanes. No es mi caso, aunque sí hubo una época en la que lo defendía; de hecho acabo de comprarme una bici vasca. El otro día estaba con unas conocidas que decían que no compraban tal marca porque era catalana, yo intervine y dije que estaban equivocadas, que es una guerra que no conduce más que a la desunión. Sobre el boicot aquí nos deja perplejos. Aquí, pese a saberlo y verlo por TV, alucinamos. A nadie, ni al más radical, he oído nunca decir de hacer boicot a productos españoles. De todas formas, aquí, desde hace años la tendencia es exportar más a Europa que a España.
    Sobre lo de la desunión, a millones de nosotros nos gustaría optar por una buena vecindad entre países y hermanos con todo el mundo.
    Y lo de la bici vasca,….

    Por último , un pueblo que habla dos lenguas , que es bilingüe, es una riqueza, así lo veo yo, y ¡qué envidia! Cuando he estado con catalanes y hablan sin darse cuenta en catalán, luego en castellano, en catalán, y así, lo que yo experimento es un sentimiento de reconocimiento y de valoración por tener esa capacidad de aprendizaje y esa herramienta que le permitirá aprender fácilmente otras lenguas.

    Finalmente decir, que probablemente los catalanes os conozcan más que vosotros a ellos y que esta opinión, por rara que os parezca, es bastante más generalizada de lo que se explica.

    Un abrazo Emilia.

    #1651
    Anónimo
    Invitado

    Hola a todo@s. Nací en Galicia y tengo 48 años. Así que las primeras palabras que escuché nada más nacer probablemente fueron ¨que meniña máis bonitiña!¨. Todos hablaban en gallego; la familia, los vecinos, los otros niños…
    Con la escolarización la cosa cambió, la profesora hablaba el castellano y reñía y ridiculizaban a los niños que no se expresaran bien en este idioma. No hace falta decir que en clase procuraba estar calladita. Dios mío, si estábamos aprendiendo! Solo escuchaba castellano cuando encendían la televisión o ponían la radio! En el cole, jamás recibí clases en gallego. Desde este momento se me obligó a hablar en castellano y entendí (me lo dijeron mi padre y mis tías…) que hablar en gallego era de gente de la aldea, sin clase ni cultura.
    A los 20 años empecé (por las compañías) a prestarle atención al idioma mater. Lo vi hermoso, sensible y dulce; con historia. Empecé a hablarlo aúnque se rieran de mí. Era el idioma de mis abuelos, de la gente que yo quería, el primero que había escuchado y me di cuenta de que era mío, de que me pertenecía y que el castellano fue impuesto.
    A los 21, se me ocurrió que podía terminar COU. La asignatura nueva era gallego y no me asustó porque lo hablaba. Primer trimestre y libro de Ramón Cabanillas para leer y comentar. Recuerdo amargamente que empecé a leer y no entendía gran cosa; aún así insistí. 97 páginas (acabo de mirarlo) y no me enteré; rompí a llorar, no sabía lo que decía, no entendía. Tenía un problema: no sabía ni leer ni escribir en gallego. Por supuesto que la profesora fue comprensiva con mi situación y un amigo se prestó y me leyó el libro en voz alta.
    Unos años más tarde me apunté a los cursos, primero de iniciación y después perfeccionamiento y aprendí además de recordar vocabulario, la gramática.
    Hablo siempre en gallego, es el idioma que amo en primer lugar que me honra y honro. También hablo castellano, sin problema y aún recuerdo el francés. De vacaciones en el país vasco había indicadores que estaban en dos idiomas así que facilitaba aprender. Mi hijo mayor, en cuestión de días se aprendió, nos aprendimos una canción de guardería en euskera que cantaba la hija de mi amiga. Si tengo interés aprendo.
    Lo que cuento no es algo puntual, era la norma por ¨cojones¨.
    Actualmente los niños aprenden gallego en el colegio aunque hay gente que lo rechaza, creen que es mejor aprender el inglés además del castellano.
    He aprendido que cuando amo y respeto lo propio estoy preparada para amar y respetar lo otro por comprensión. No se puede amar por imposición y mucho menos cuando tratan de convencerme de que mi lengua que es mi cultura e identidad no está a la altura de cualquier otra.
    Bueno, no es lo mismo nacer en una dictadura que en una democracia. El gallego y el castellano conviven sin problemas que el Conselleiro de Educación imponga las matemáticas en castellano, ya me direis!
    Bueno compañer@s, esto en cuanto a la cuestión linguistica.

    #1652
    Rosa
    Participante

    Te comprendo muy bien Ana . También pasé por un rechazo similar. Con lo hermosa que es la musicalidad de una lengua! Incluso me encantan los cambios de acento que hacen distintas personas que se atreven a hablar cualquier lengua que no dominan. Soy una enamorada de la musicalidad de tu lengua en particular, y celebro el esfuerzo que hicimos en su momento para aprender la gramática que siempre es la parte más dura del asunto. Gracias por compartir tu experiencia.

    #1653
    Isabel
    Participante

    Me ha parecido muy interesante el debate que se ha originado propiciando la expresión de diversas opiniones.
    Me gustaría aportar mi experiencia como maestra de Primaria en centros públicos del cinturón de Barcelona, donde vengo impartiendo, desde hace más de 20 años, las asignaturas en catalán a niños entre 7-12 años.

    Antetodo explicaré que soy barcelonesa (catalana), aunque mi procedencia es murciana. Mis padres se casaron en Calasparra, su pueblo natal, para iniciar en Barcelona su nueva vida juntos, concretamente en el barrio del Carmelo, donde yo nací en una de sus “barracas”. Mi padre empezó a trabajar picando a mano en la construcción de una línea de metro en Barcelona y posteriormente en un par de fábricas, como obrero.. y mi madre “a servir” en una casa de la burguesía catalana, dónde en la intimidad hablaban Catalán y socialmente Castellano porque era lo que se llevaba. De muy pequeña, para mí los catalanes eran los “ricos”, ya que el Carmelo era un verdadero “gueto” de inmigración castellanoparlante.
    Asistí a la escuela pública “Ruiz de Alda” hasta los 12 años. Después nos trasladamos al Vallés (comarca a las afueras de Barcelona) donde conocí que también había personas “de a pie”, trabajadoras, que eran catalanas y hablaban en su lengua.
    Quisiera decir que entonces tuve la impresión de que lo que realmente nos separaba no era la lengua que hablábamos sino que unos eramos de la clase “pobres” y otros de la clase “ricos”; unos procedíamos básicamente de los perdedores y otros de los ganadores de una guerra.
    Hasta los 18 años no tuve necesidad de hablar catalán, y fué instada por mis “jefes” catalanes de la empresa donde trabajaba.
    Mas tarde, después de estudiar en nocturno, y dominar ambas lenguas, me incorporé como maestra en plena inmersión lingüística.
    Por entonces me relacionaba con un grupo de maestros de Salamanca y Segovia. Todos ellos recibieron “reciclaje de catalán” en horas lectivas durante varios años para poder incorporarse a la nueva Ley de Educación. Actualmente, la mayoría de ellos están afincados en el pueblo, Mollet, y otros.. por diversas razones, regresaron a “su tierra”.

    Actualmente en las escuelas se imparten las asignaturas en Catalán, exceptuando, claro está, Castellano e Inglés. Muchos de los niños ahora escolarizados ya proceden de padres que recibieron la educación en esta lengua.
    En el aula se da la circunstancia de que toda la comunicación escrita y oral entre alumnos y profesores se vehiculiza en Catalán, pero con mucha frecuencia la oral entre alumnos, tanto a la hora del patio como en clase, se produce en Castellano porque hay una tendencia a “pasarse de lengua” cuando hay presente algún castellanoparlante. Por lo menos es lo que ocurre en el cinturón de Barcelona, según he observado en las diversas escuelas en las que he trabajado.
    Mi experiencia es que esta situación no supone ningún impedimento para el currículum del alumno. Cuando ciertos alumnos muestran dificultades, acostumbra a detectarse algún problema a nivel de aprendizaje en general.

    Los inmigrantes que hemos estado recibiendo (hoy en día todavía puede ir viniendo alguno por temas de reagrupación familiar) son principalmente de origen latinoamericano y marroquí.. aunque también africanos, rusos y chinos. Para ellos hay establecido un sistema “de acogida” por el que se les introduce, tutorizados a nivel individual, en la nueva lengua a lo largo de dos años, durante los cuales están exentos de “evaluación”. Lógicamente los latinoamericanos parten con ventaja porque ya conocen el Castellano, pero el resto lo aprenden rápido en la calle por un tema de subsistencia.
    Para calificar el grado de éxito en cuanto a integración, currículum y posterior inserción en la sociedad, creo que hay que tener en cuenta otras variables diferentes de una lengua no materna, como son principalmente:
    – la situación familiar, en cuanto a nivel socio-económico y cultural de la família, así su estructura interna.
    – el lugar de procedencia, en cuanto al tiempo que han estado escolarizados o no y el nivel de competencias que han adquirido

    Dependiendo de estas variables, hay alumnos que en unos meses van conociendo el idioma y se integran relativamente pronto a la dinámica de la clase y hay otros a quienes hay que ir “acompañándolos” más individualmente en el conjunto de las asignaturas, adaptándoles los contenidos para que, partiendo de su nivel, vayan progresando.

    Nuevamente, esto me hace pensar que lo que nos separa no es tanto una lengua u otra, si no las circunstancias que hacen que las personas estén en situaciones más o menos desfavorecidas y me parece más coherente poner la mirada en esta dirección para procurar que todos recibiéramos atención según las necesidades.

    Últimamente he conocido ejemplos de famílias que han optado, aprovechando situaciones laborales propicias, por estar un año o dos en el extranjero (Alemania, Australia, EEUU..) y no han dudado en escolarizar a sus hijos en centros con un idioma diferente a la suyo, seguros de que la nueva experiencia será enriquecedora para ellos

    #1654
    Nicolas
    Participante

    Esta nueva aportación al debate, como en la anterior, parto de la base de que el foro es espacio donde estamos una serie de gente, con la que me une una de las cosas más importantes de mi existencia, y por lo tanto, a las que quiero y respeto sobre todas las cosas.
    Por ello, tomaré la aportación de Emilia más como como guía de mis comentarios, que como réplica de la misma.
    En primer lugar, lamento que la primera intervención que hice en forma de archivo haya sido la guía de lectura, pues posteriormente lo rectifiqué e hice alguna aclaración que podía contextualizar un poco más mis opiniones. Entre ellas, la palabra “imperialista”, y que más adelante comentaré.
    Sobre la primera respuesta, donde comentas la experiencia de unos amigos en el “cinturón rojo” de Barcelona, y que posteriormente firman el “Manifiesto 2300 ”, decir:
    Creo que no es muy correcto identificar Catalunya con el Area Metropolitana de Barcelona, cosa habitual también entre los que vivimos en Barcelona.
    Por otra parte, solo decir: que vivo en ese “cinturón rojo” desde que llegué en los años 60 hasta nuestros días ( 45 años). He vivido durante más de 25 años en uno de los barrios más miserables de la Catalunya de entonces y conviviendo puerta con puerta con uno de los carteles de la droga, población gitana, ….y llevo estudiando y trabajando 30 años más, como Educador Social en este mismo entorno.
    En aquellos momentos, la inmigración que llegábamos de otras zonas, impactamos de forma severa en el paisaje y universo de los catalanes ya residentes. Los que veníamos también estábamos impactados por el solo hecho de tener que dejar nuestra tierra. Lo tengo perfectamente grabado.
    Yo recuerdo familias que inicialmente no dejaban a sus hijos catalanes juntarse conmigo por mi aspecto agitanado y por vivir donde vivía. Después pasé a ser como un hijo. Conozco perfectamente las casuísticas en este sentido.
    Los catalanes en general nos veían como los pobres de solemnidad que éramos. Muchos de ellos sentían sobre nosotros el mismo rechazo, que buena parte de los que emigramos sentimos en estos momentos con la población inmigrante pobre.
    Hago ese matiz porque en general, no tenemos problemas con los jeques árabes ricos o con la población comunitaria con recursos.
    Volviendo al comentario de tus amigos, efectivamente, en esa época y todavía en ésta, debe quedar algún barracón que se utilice como escuela, pero la identificación de los catalanes como sinónimo de burguesía como una totalidad, no me parece acertada.
    Que se hayan encontrado con gente impresentable y que sean catalanes, es tan probable como que puedan ser de cualquier otro lugar, pero donde veo el problema es que hacen de esto una categoría .
    Por lo que se refiere a la burguesía catalana, está claro que históricamente ha habido (y todavía hay) sectores colaboracionistas con el franquismo y con quien se pusiera por delante; pero no podemos ignorar que a lo largo de la historia, también había gente de la burguesía apostando su dinero y jugándose el pellejo por proyectos políticos, culturales, científicos, de una calidad reconocida en todo el mundo. También soy consciente que en España no se ha hecho mucha difusión, y cuando se hace, lo hacen con tanto interés como el otro día en TVE; que hablaban de los Premios Nadal de Literatura y ponían en pantalla la foto del tenista Nadal. Bromas de estas tenemos a patadas todos los días.
    Si hubo alguna burguesía luchando por la democracia y las libertades, creo que la catalana sería una de las pocas.
    No es casualidad que ahora se siga haciendo lo mismo, intentar que se identifique Artur Mas o CiU con el independentismo. Solo hay que ver que más de un 80% de la sociedad catalana actualmente está por el derecho a decidir, y creo que no tenemos un porcentaje tan alto de burgueses. .
    Sobre si los catalanes enviaban a los niños/as a escuelas privadas mientras los de los emigrantes iban a escuelas en situaciones lamentables creo que el problema es de clase social: la burguesía catalana y la no catalana, enviaban a sus hijos a escuelas privadas. Los hijos de la clase trabajadora catalana iban a las mismas escuelas que nosotros y padecían las mismas penurias que nosotros. Creo que en el área metropolitana la clase trabajadora catalana fue fagocitada por todos los que vinimos y su lengua, cultura, costumbres se quedó para la privacidad. De ahí que parezca invisible antes y ahora.
    Identificar Catalunya y burguesía es como poco, arriesgado. La historia del movimiento obrero y Catalunya es bastante clara en esta sentido.
    Sobre el Manifiesto 2300, no me pararé porque las personas que lo abanderaron ya las conocemos demasiado, sabemos de su “talante democrático” y a qué intereses respondían y responden. Creo que ni la derecha más civilizada les daría el más mínimo crédito.

    Sobre si considerava “imperialista” tu intervención me refería, como digo en la rectificación, a la idea dominante (dominante y dominadora) en España. Yo considero Catalunya un país dominado y desde esa lógica entiendo el comentario. El problema puede venir al entender que ser español es algo natural y por lo tanto no se entienda este concepto.
    En mi rectificación también dejo claro mi origen y sentimiento andaluz, y creo que más que hablar del famoso carácter andaluz hablo del posicionamiento de autoridades y pueblo andaluz en general, respecto al tema que nos ocupa.
    “Y ¿tan terrible es sentirse español?” No es terrible, pero la pregunta es ¿si se entiende que unos cuantos millones no nos sintamos?

    Sobre si en Catalunya nos cerramos con el tema de la lengua, creo que si el 100% de los catalanoparlantes hablan dos lenguas como mínimo y los otros no, quién es el que se encierra?. Aquí en Catalunya, si viene algun espanyol difícilment encontraràs a alguien que se niegue a hablar en castellano. Si vienes de fuera se te pedirá que respetes el catalán y si haces por aprenderlo mejor para ti y para todos; pero te hablarán en castellano. A los que llevamos años aquí, qué menos que nos pidan que nos esforcemos lo mismo que han hecho los catalanes con una lengua que no es la suya. ( Una cosa es la lengua propia y otra la lengua común).

    . Sobre el boicot a los productos catalanes es un tema que nos deja perplejos. Aquí, pese a saberlo y verlo por TV, alucinamos. A nadie, ni al más radical, he oído nunca decir de hacer boicot a productos españoles. De todas formas, aquí, desde hace años la tendencia es exportar más a Europa que a España.

    #1655
    Emilia
    Participante

    Gracias Nico por tu aportación y a los demás también. Aportaciones que me están ayudando a comprender una realidad que desconocía y que me está enriqueciendo. Seguiré con interés lo que escribáis .

    Leyendo el texto de Ana me vino a la memoria algo que me ocurrió visitando un museo etnológico en Galicia, no recuerdo dónde.Fue hace 15 años más o menos. Me encanta visitar estos museos y cuál fue mi sorpresa y la de mis amigos que todo estaba en gallego. Pensaba que un museo público tendría las dos lenguas.

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