Adjunto artículo que he colgado en Facebook sobre los sucesos que están acontediendo en Cataluña.
EL PROBLEMA CATALÁN DESDE EL PUNTO DE VISTA ESPAÑOL. UNA PROPUESTA DE ACTUACIÓN.
Muchas personas están aprovechando la oportunidad que dan las redes sociales para expresarse respecto al, sin duda, serio conflicto que estos días, unos cuantos ya, y los que vienen, está teniendo lugar en Cataluña. Mi intención con este texto es aportar algo nuevo a todo lo leído, quizá obvio pero que, entiendo, puede ser de utilidad.
Empezaré por decir que soy catalán, y como la mayoría de nosotros, he tenido diversos contactos con personas de otras partes del estado español. En mi caso, además de cumplir el servicio militar en San Fernando, provincia de Cádiz, y convivir durante quince meses, entre guardias e instrucciones, con jóvenes de todo el territorio español, años después, y por motivos profesionales, viajé regularmente por buena parte de la geografía española, de forma que tuve la oportunidad de entablar contacto, y una cierta relación estable, con personas de distintas poblaciones. En todas ellas me encontré con un trato hospitalario, en algún caso correctamente aséptico de entrada, que solía dar paso a una abertura franca en la que, incluso en aquellos casos en los que era evidente una disparidad de criterios políticos, el respeto mutuo siempre actúo como telón de fondo, permitiendo no tan solo tan solo una relación comercial profesional, sino también un trato humano agradable y cordial, el cual aprovecho para agradecer y dar fe de mi intención de corresponder a él si nunca tengo la oportunidad de hacerlo.
A estas personas, para quien alguien venido de Cataluña y que se comportaba de forma respetuosa era digno de respeto, y por extensión al resto de españoles que tienen un mismo parecer, va dirigido este texto, en el que no pretendo exponer ningún punto de vista personal ni presentar una lista de hechos para que se tomen en consideración (que siempre sería incompleta dada la cantidad que se genera día sí y día también), sino que mi intención es, sencillamente, pedir que, sobre un tema tan grave como el que está ocurriendo, se trate de tomar, por favor, una opinión fundamentada al respecto. Porque lo que sí que es evidente es que en Cataluña hay un número muy considerable de personas que desde hace ya bastantes años de forma regular, y en las actuales circunstancias con mayor crudeza, están expresando un anhelo, el cual, y eso sí que lo puedo asegurar, va más allá de ser el fruto de la abducción manipuladora de unos cuantos partidos nacionalistas. Hay una demanda de un trato diferente al actual, que surge de una parte significativa del pueblo catalán más allá de siglas, y que pide ser atendida.
Y esta demanda puede ser interpretada de muchas maneras, desde la constatación de un problema territorial mal resuelto en el 78 a través de una constitución hecha con demasiado ruido de sables de fondo, como dicen unos, o como una aspiración que debería ser sublimada por un sentido de pertenencia sin fisuras a un estado español como casa común, como dicen otros. Puede entenderse como algo que está siendo utilizado de forma perversa por parte de un partido catalán burgués que, con diferentes nombres pero el mismo fondo, trata de perpetuarse ocultando su decadencia y sus escándalos, o puede ser consecuencia flagrante de una manera de hacer política centralista, y corrupta, desde Madrid. En cualquier caso, y he expuesto solo cuatro sinópsis de un muy amplio abanico de teorías que estos días se están barajando en los medios de comunicación, esta demanda está ahí, y está ocupando desde hace meses la atención informativa a nivel nacional, y ahora también allende fronteras, generando acontecimientos tan extraños, por decirlo de alguna manera, como guardias civiles cantando fandangos para que les dejen dormir, presidentes que, cual película de espías, cambian de coche en un túnel para despistar a sus perseguidores, o personas a quienes les rompieron los dedos uno por uno el domingo día 1, por dar fe de algunos de los muchos sucesos, “inusuales” que ha sucedido estos días, y que pueden verse en internet.
Ante todo esto, os propongo que toméis una opinión, pero una opinión que sea más el fruto de una investigación que no la confirmación de lo que ya podáis pre-suponer. Os animo a que os nutráis de fuentes diversas, que si usualmente leéis prensa española, aunque sea por estos días echéis un vistazo también a la catalana, o a la europea aquel que tenga facilidad con los idiomas; que si soléis sintonizar informativos de televisión, o radio, de tendencia conservadora, los contrastéis con canales o emisoras más progresistas, y viceversa. O que, si tenéis personas conocidas en Cataluña, o sabéis de alguien que las tenga, tratéis de poneros en contacto con ellas para informaros de cómo están viviendo, in situ, los acontecimientos de estos días, y la situación en general.
Y, en este proceso, que os dotéis de una prudencia que os preserve de tomar nada por verdad absoluta porque no tan solo es que, como podéis suponer, lo que exponga la editorial del ABC poca coincidencia va a tener con lo que se pueda leer en los artículos de La Vanguardia, o de Público, sino que, por poner un ejemplo que se ha producido estos días, un corte de video de 15 segundos emitido en un canal de televisión puede ser refutado por la secuencia entera de este mismo video visto en internet.
Y si fruto de todo este análisis y de esta investigación honesta surge una opinión fundada que os conmina a determinadas actitudes o comportamientos, en el sentido que sea (manifestaciones, cartas al director, futuras votaciones y un muy amplio etc…), no lo aparquéis, porque es algo que está pasando aquí y ahora, y, sobre todo, (y esto es algo de lo que, aunque a algunos os cueste creerlo, ni el más acérrimo de los independentistas reniega), porque estamos demasiado cerca unos de otros, como personas y pueblos, como para ignorarnos.
Muchas gracias.