#2104
Pilar Maria
Participante

Me hubiera gustado contestar antes sobre todo porque se pedía la expresión de personas que no fuésemos catalanas para ver otras perspectivas o cómo estábamos viviendo estos días desde nuestros lugares de residencia…oye cuesta decir desde «España». Soy nacida en un pueblecito llamado Carrión de los Céspedes que tiene unos dos mil habitantes y pertenece a Sevilla. Mi pueblo es muy pequeño, es un pueblo agrícola muy supersticioso y fanático a nivel religioso y muy tradicional en ideas y valores, cualquiera de vosotros lo viviría como tierra hostil y la mayoría de gente con un poco de inquietud personal lo abandona en cuanto puede porque se siente la asfixia. Aquí la gente ve a los catalanes como dementes que no saben las consecuencias que puede tener la independencia para ellos y para el resto. Como he citado en el artículo del Jordi de este mes de octubre he tenido que salir la defensa de catalanes que viven en mi barrio por cuestiones de trabajo y he tenido que discutir acaloradamente con familiares, vecinos y amigos sobre la importancia del respeto a la dignidad humana por encima de cualquier otra consideración, cosa que parece muy básica pero que se ve claramente que no, que no está para nada superado. Como andaluza han pasado tantas culturas por aquí que no puedo tener un sentimiento nacionalista. Si viene un descendiente de los fenicios tengo que recibirlos, si viene un romano ésta es su casa, si vienen los musulmanes…ya ves. En la transición se crea el PA (Partido Andalucista) para reivindicar el reparto justo de los latifundios y que se pudiera libremente asociar uno a un sindicato para poder hacer fuerza y reclamar derechos laborales, sobre todo en el campo. Pero todo esto ha quedado ahogado en cuanto no faltó un plato de comida en la mesa todos los días, unos duros para un chato de vino y un partido de fútbol para embriagar cualquier otra aspiración. Así que no sé lo que se siente ni puedo juzgar a cualquier persona por sentirlo sólo porque yo no lo haya sentido nunca. Pero cuando suena el himno andaluz que pide tierra y libertad me emociono, luego dice: «sea por Andalucía libre, España y la Humanidad». Y cuando pequeña y ahora, lo reconozco, los pelos se me erizan cuando digo Humanidad. Yo creo que el destino del ser humano es integrarse en una Humanidad única que lleve al hombre a otro nivel de existencia. ¿Cuáles son los pasos? Los desconozco. Si ha de ser que cada uno encuentre su identidad para caminar hasta la identidad última…mi voz y mi voto para ello. Y me gustaría acabar con la reflexión de una persona muy sabia con la que traté el tema hace unas semanas. Es un chico de uno de mis talleres que tiene unos 7 años y que decía así:
No entiendo nada señorita. Si odiamos a los catalanes ¿por qué no dejamos que se vayan? y si los queremos mucho ¿por qué no los dejamos hacer lo que quieren? Para mí desde luego incontestable. Un petonet molt fort.

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