#1805
Jordi Sapés de Lema
Superadministrador

Sermón del Papa Francisco ayer:
Pienso en muchos cristianos, muchos católicos que sí, son católicos, pero sin entusiasmo ¡incluso amargados! Sí, la vida es así, pero la Iglesia… voy a misa todos los domingos, pero mejor no mezclarse. Cada uno a su casa, con su vida tranquila “porque tú haces algo y después te reprenden: no, es mejor así, no arriesgar…” Es la enfermedad de la pereza, de la pereza de los cristianos. Este comportamiento que paraliza el celo apostólico, que hace de los cristianos personas quietas, tranquilas, pero no en el buen sentido de la palabra: ¡que no se preocupan de salir para anunciar el Evangelio! Personas anestesiadas. Y la anestesia, es una experiencia negativa. Ese no mezclarse se convierte en pereza espiritual. Y la pereza es una tristeza; esos cristianos son tristes, son personas no luminosas, personas negativas. Y esta es una enfermedad de los cristianos. Vamos a misa todos los domingos, pero por favor no molestar. Estos cristianos sin celo apostólico no sirven, no hacen bien a la Iglesia. Y muchos cristianos son así: egoístas, cristianos solo para sí mismos.

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