#1789
Jordi Sapés de Lema
Superadministrador

Este es el problema que tiene el ministro: que se prescinde de los intermediarios financieros y los particulares pueden invertir su dinero directamente en algún proyecto que sea de su interés. De esta manera, el dinero pierde su carácter de capital y se vincula a un objetivo concreto.
Miquel destaca que ha recurrido al crowdfounding porque en estos momentos no hay otra manera de financiarse dado que la banca no concede préstamos. Pero esta situación de escasez de crédito ha dado lugar a una nueva manera de poner en contacto a ahorradores y emprendedores que podría mantenerse cuando los bancos recuperen su nivel operativo habitual. Precisamente por eso los poderes públicos al servicio del capital, se han apresurado a poner límites a esta canal financiero. Y la intención que tienen de impedirlo se pone de relieve en las cantidades que marcan este límite: 3000 euros por proyecto y 6000 de inversión al año. Esto no es regular, es impedir de facto que esta nueva modalidad pueda ir más allá de recoger dinero para hacerle un regalo al abuelo el día de su cumpleaños.
Claro, tened en cuenta que los intermediarios financieros de toda la vida, no solo sirven para financiar determinados proyectos sino para hundirlos negándoles el crédito cuando suponen algún problema para el poder económico y político establecido.
En el sistema económico capitalista, el crédito es la vida que alimenta a las empresas; y también el medio de hacer abortar cualquier proyecto que no le convenga al poder o que sencillamente pueda molestar a los monopolios.

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