#2371
Rosa
Participante

Los protagonistas, desde un nivel de conciencia esencial, han tomado la decisión de ayudarse profundamente. La película nos muestra en lo anecdótico la incursión de la muerte. En el trasfondo está la muerte explicitando que el tiempo apremia para experimentar otro nivel de conciencia en la existencia. La vida del matrimonio es monótona. Ella añora su forma intimista de expresarse en la danza porque trasciende la banalización y rigidez de los gestos en la relación. Alguna que otra vez intenta hacerle conectar con la esencia que subyace en esta expresión, pero él no comprende esta faceta suya porque no la vive, y sigue atado en la inmovilidad de una vida rutinaria y convencional. Está muy enfermo. Los dos se aman a su manera. Ella sabe en el fondo de su espíritu, que solo su muerte le hará reaccionar a él, lo desnudará de sus hábitos, y lo llevará de bruces a la esencia. No puede soportar el sufrimiento de no encontrarse profundamente. La tristeza la consume, y decide dar el salto mediante un viaje, para salir de su rutina. Durante este viaje verifican la distancia de sus hijos hacia ellos, y vuelven a encontrarse con su propia soledad. Ella muere inesperadamente. Entonces él se queda sólo frente a sí mismo, teniendo que resolver su existencia sin sentido.
Poco a poco se va abriendo a la vida sólo, porque su hijo no puede acompañarle. Prueba muchas cosas y nada le satisface. Paralelamente y por amor a su mujer, empieza a identificarse con el espíritu sutil de ella, y en el parque de los cerezos en flor descubre una muchacha que danza con ese espíritu. Paulatinamente se va formando en esa nueva conciencia en que el amor se vive y expresa con una gran belleza, dulzura, comprensión y paciente lentitud. Finalmente desde la misma conciencia que expresaba ella, está preparado para unirse con el alma de su mujer. Y en su última danza frente al Monte Fuji realiza la unión con ella y muere.

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