#2097
Carlos
Superadministrador

Nada que añadir a estas reflexiones. Tan solo una experiencia personal. Este verano, intentando comprender qué había pasado entre los nazis y cómo había sido posible el holocausto, comencé a leer una novela escrita por un militar nazi que pretende precisamente eso, dar explicación de lo que sucedió desde su punto de vista, la de los malos.
La novela está muy bien escrita y me dio miedo que fuera tan clara en la exposición de sus argumentos. Hasta el extremo de que no me atreví a concluir su lectura. Mi miedo era el de enfrentarme a lo mismo que se enfrentaban los que leían los artículos de Hanna: a comprender.
Este es un extracto de los que más me asustaron,…y dejé de leer:
«Creo que puedo afirmar como hecho que ha dejado establecido la historia moderna que todo el mundo, o casi, en un conjunto de circunstancias determinado, hace lo que le dicen; y habréis de
perdonarme, pero hay pocas probabilidades de que vosotros fuerais la
excepción, como tampoco lo fui yo. Si habéis nacido en un país y en una
época en que no sólo nadie viene a mataros a la mujer y a los hijos sino
que, además, nadie viene a pediros que matéis a la mujer y a los hijos de
otros, dadle gracias a Dios e id en paz. Pero no descartéis nunca el
pensamiento de que a lo mejor tuvisteis más suerte que yo, pero que no
sois mejores. Pues si tenéis la arrogancia de creer que lo sois, ahí
empieza el peligro»

Jonatan Littel «Las benévolas»

Mi conclusión es que hay que estar despiertos para vivir conscientes, y desde esa consciencia, ser valientes, para mirar donde algunos no quieren, e intentar ver. Sería el caso, por ejemplo, de intentar comprender, que no es lo mismo que perdonar, a los maltratadores, o a los que defienden la opinión de las minorías.

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