#1978
Jordi Sapés de Lema
Superadministrador

Gurdjieff prosigue su búsqueda y enfrenta nuevas situaciones. En la primera, en la persona de Soloviev, presta atención y ayuda a los aspectos de la personalidad más incorrectos que suelen aparecer como socialmente reprobables. Y en la segunda se coloca en un nivel de conciencia que está por encima de las tormentas y es invulnerable a los deseos y frustraciones de la personalidad. Sin embargo, incluso cuando ha pasado el peligro, tanto el temor como la ilusión se revelan igualmente nefastos: Soloviev no consigue alcanzar su equilibrio interno y perece de la manera más absurda. Entonces Gurdjieff renuncia definitivamente a la búsqueda del conocimiento por sí mismo y contempla buscar de nuevo la guía y consejo de la persona que le ha hecho ver que estaba equivocado: el derviche Boga-Eddin. Ahí se produce un abandono definitivo de una etapa de su vida. Gurdjieff se separa del mundo en el que ha vivido durante tantos años y se entrega a lo Superior sin pretender manipularlo o administrarlo.

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