#1874
Isabel
Participante

Finalizamos este ciclo de la pelícuka Dersu Uzala con unos comentarios sobre su dictor:

Akira Kurosawa (Kyūjitai: 黒澤 明, Shinjitai: 黒沢 明 Kurosawa Akira?) (Shinagawa, 23 de marzo de 1910—Setagaya, 6 de septiembre de 1998) fue uno de los más célebres directores de cine de Japón. Comenzó su carrera con Sugata Sanshiro (La leyenda del gran Judo), dirigió más de 30 películas, entre ellas algunas tan conocidas como Los siete samuráis, Rashōmon[1]o Dersu Uzala. En 1990 recibió un Óscar honorífico por su trayectoria.
Kurosawa tenía una técnica cinematográfica propia, que desarrolló en la década de 1950, y que le dio a sus películas un aspecto único.

Le gustaba emplear lentes de teleobjetivo, por el modo en que aplanaban el encuadre y porque creía que situando las cámaras lejos de los actores se lograban mejores interpretaciones.

También le gustaba usar varias cámaras al mismo tiempo, lo que le permitía filmar un mismo plano desde distintos ángulos.

Otra peculiaridad del estilo de Kurosawa era su empleo habitual de los elementos meteorológicos en sus películas, como la fuerte lluvia en la escena inicial de Rashōmon y en la batalla final de Los siete samuráis, el calor intenso en El perro rabioso, el viento helado en Yojimbo (El mercenario), la lluvia y la nieve en Ikiru (Vivir) o la niebla en Kimonosu-jo (Trono de sangre).

Akira Kurosawa era también conocido como Tenno (literalmente, «El Emperador»), por su estilo como director. Era un perfeccionista que dedicaba enormes cantidades de tiempo y esfuerzo para lograr el efecto visual deseado.

En Rashōmon, por ejemplo, tiñó el agua con tinta negra para lograr el efecto de lluvia intensa, y terminó empleando todo el suministro de agua de la zona para crear una tormenta. En Trono de sangre, en la escena final en la que Toshirō Mifune es alcanzado por las flechas, Kurosawa empleó flechas reales disparadas por arqueros expertos desde cerca, que se clavaron a sólo unos centímetros del cuerpo de Toshiro Mifune. En Ran hizo construir todo un castillo en las laderas del Monte Fuji, sólo para quemarlo hasta los cimientos en la escena clímax de la película.

Kurosawa también pensaba que una música «acabada» no encajaba en el cine. Al elegir una pieza musical para acompañar una escena, solía buscar un solo instrumento (por ejemplo, sólo trompetas). Únicamente al acercarse el final de sus películas se escucha música más «acabada».

Un abrazo

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