El Trabajo en la convivencia

Cuando trabajaba en la enseñanza, concretamente en educación visual y plástica, tenía los conceptos que debía transmitir a los alumnos muy claros. Uno de ellos era el de la diversidad del conjunto mediante la expresión única de cada uno de ellos. Este concepto era coherente con la manera de estimular, corregir y evaluar.  Los alumnos confirmaban que lo experimentaban tanto en su obra como en sus comentarios. 

Sin embargo, al relacionarme con la pareja yo extrañaba que no supiera aplicarlo con la misma eficacia. Y es que la convivencia implica muchos factores de la personalidad y luchas de poder del personaje, con proyecciones la mayoría de las veces inconscientes.

Todo esto es difícil de manejar, pero con la ayuda del Trabajo he podido observar que la idea que tenia de cómo debían comportarse los demás, implicaba unas expectativas idealizadas y ego-centradas.

La vida me ha  ayudado a experimentar que un amor más completo no se basa sólo en la coincidencia de gustos, intereses, necesidades y proyectos. Esto es afinidad, y es una experiencia de amor limitada. Tenía  esta idea de afinidad  grabada con mucha fuerza, debido a que había puesto la atención en mí persona, y deseaba que el universo la reconociera. Necesitaba fundirme en lo que creía era mi  identidad. Pero esta identidad no es la real. Sólo es un instrumento para que apliquemos nuestras capacidades verdaderas. Para actualizarlas necesitamos ir más allá de nuestra persona. En la capacidad de comprender surgen sucesivos grados de amor, en los que la perspectiva de lo otro se va ampliando y el abrazo se va agrandando hasta integrarlo, incluido el lado oscuro del sentir.

La realidad me ha mostrado que las coordenadas que primero nos unieron, habían surgido  del plano espiritual. Si bien en su momento me di cuenta de ello, ignoraba cómo se concretaba en el plano existencial y cómo esta concreción podía implicar un reto espiritual: había que lidiar con la resistencia que imponía la interacción de los personajes y las fuerzas inconscientes que conllevan, así como los intereses contrapuestos de las personalidades. Estar presente, observar con absoluta sinceridad y reconocimiento del otro. Pacientemente y escuchando sin pretensiones, la interacción en la relación ha ido cambiando con el paso de los años. Y es que lo existencial, es variable y efímero por naturaleza. Ahora veo que todos los cambios eran necesarios para lograr el desarrollo que sólo la vida sabe.  Pero lo importante es que el esfuerzo en el trabajo ha incidido substancialmente en la relación, y por extensión en las demás  relaciones.

El trabajo ha consistido en superar paulatinamente el nivel de conciencia existencial  tal como lo experimenta el personaje y percibir que sus dificultades son un cuento absurdo y aburrido. En el intento de superarlo desarrollo las capacidades en las que ando más floja. Entonces las resistencias y crispaciones se van soltando y voy experimentado la paz de lo real. No es que me haya librado de bajar de nivel de conciencia, pero me es mucho más fácil volver al referente que ya tengo experimentado como estado de conciencia más despierto.

En el nivel existencial sigo teniendo mis propios intereses y he ganado en libertad para afirmarlos y realizarlos. He podido cortar la codependencia que me ataba al esquema  histórico familiar y socio cultural que tenía de la relación de pareja. Lo que la vida me trae lo tomo como un estímulo, un reto para investigar, comprender e integrar, y puedo observar que mis intereses se han establecido en un arco de preferencias mucho más amplio, que puedo sustituir sin alterarme.

Ahora amo sin exigir determinadas respuestas que no corresponden al modo de expresarse del otro. Vivo en profundidad al ser único con el que me relaciono con sus peculiaridades, historia y modos. No niego al otro y tampoco me niego yo. Observo, comprendo. Expreso mi  vivencia y punto de vista desde la serenidad. La observación la he ejercitado  con continuidad, atribuyéndome la responsabilidad en las actitudes y reacciones. La experiencia actual  es gozosa y sin residuos con un sentimiento de frescura e inocencia, experiencia que puedo extender al resto de mis relaciones. Al reconocer y amar al ser que nos une, he podido trascender el nivel de encuentro y realizarlo en un plano más profundo.

 

1 comentario en “El Trabajo en la convivencia”

  1. La claridad con que lo expones, es un tesoro.
    Después queda el trabajo personal de cada uno, para llegar a un reconocimiento en profundidad y procurar el deseado cambio.

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