Los conflictos en las relaciones

Otra consecuencia de esto que estoy explicando es que yo no soy solamente yo, sino que también soy la imagen que tengo del otro, la cual para mí es el único otro que conozco. La imagen que tengo de mi mujer es la única que conozco. Ella es ella, pero yo la conozco solo en la medida en que soy consciente de ella y del modo en que soy consciente de ella.

Para mí no hay otra esposa que aquella que está en mi conciencia, aunque al margen de esto, ella es ella; y a veces esto trae muchas sorpresas. Porque resulta que cuando ella tiene unas respuestas que no se corresponden en absoluto con las que hay en mi conciencia, entonces esto produce una sorpresa y un cambio en mi modelo, en mi imagen de ella o en mi valoración de ella. 

Así resulta que nuestras relaciones con lo que llamamos «lo exterior» son, al mismo tiempo, relaciones con otros sectores de nosotros mismos. Cuando yo trato con una persona, no sólo lo hago con la persona, sino que trato con mi sector de conciencia que es la imagen y la valoración que tengo de aquella persona. O sea que, en el fondo, todo trato con el otro es a la vez un trato conmigo mismo.

Resultado de esto es que todo conflicto que tenga con otras personas, cosas o situaciones, será un conflicto que tendré con otras partes de mí mismo. En cambio, toda relación de armonía o de unificación que yo tenga con otras personas, cosas o situaciones, será un proceso de reunificación, de armonización de mí mismo, de ensanchamiento de conciencia de mí mismo. Cuando tengo un conflicto con una persona, cuando rechazo a una persona, o cuando me enfado con ella, estoy produciendo no solamente un enfado con aquella persona, sino también un enfado entre un sector de mi conciencia que llamo yo y otro sector de mi conciencia que llamo fulanito de tal. Rechazo, oposición, contradicción; con eso estoy marginando un sector de mi propia conciencia, un sector que es mío, totalmente mío, aparte de la persona misma. Como yo me relaciono con imágenes y conceptos, es decir con unos sectores de mi conciencia, entonces cuando tengo problemas con las personas, tengo problemas con esos sectores de mi conciencia total. Y todo conflicto es un conflicto entre un sector de mí y mi imagen del otro. El resultado es que el otro se va, pero yo me llevo el conflicto. Por eso los conflictos internos duran tanto, porque yo estoy viviendo lo que me afecta a mí, pero por otro lado atribuyo al otro aspectos que en realidad pertenecen a mi interior; los resentimientos, los odios o los miedos hacia otras personas me los llevo a casa y pueden durar días, semanas o a veces toda la vida.

En cambio cuando soy capaz de comprender profundamente, de aceptar profundamente, no superficialmente, esto significa que un sector de mi conciencia al que llamo «yo» se armoniza con otro sector de mi conciencia al que llamo «el otro». Cuanto más puedo comprender y aceptar al otro, más estoy uniendo dos sectores de mi propia conciencia. Y en la medida en que soy capaz de comprender y armonizarme profundamente con el mundo, estoy consiguiendo mi unidad total de conciencia.

En el fondo, lo que llamo yo y lo que llamo lo otro son dos zonas exactamente de lo mismo. Los otros son yo mismo.

 

Extracto del libro: Despertar y sendero de realización. Antonio Blay Editorial Indigo. 2010

 

2 comentarios en “Los conflictos en las relaciones”

  1. Estas líneas de Blay me recuerdan una pregunta que hace tiempo le hice a un amigo que se dedicaba a la escalada, le interrogaba interesándome porque es lo que le llevaba a dedicar tanto tiempo a una afición tan arriesgada, y me contesto; cuando estoy en la montaña no existen los pensamientos, solo hay concentración y sentirme uno con la naturaleza, sus palabras fueron para mí una gran enseñanza.

  2. Lo que yo puedo decir acerca de éste texto de Blay, es que la satisfacción que yo he sentido al tratar verdaderamente con la persona y no con las ideas que tengo sobre ella, ha sido de gran calibre, y he podido ver algo muy parecido en la otra persona. Ésta es una de las cosas que me llevan a continuar en éste camino, es una comprobación de la fluidez y del alcance inesperado que tiene la existencia cuando el personaje no está por en medio. También digo que es una experiencia que como comenta Rosa en el otro texto se tiene a través de la constancia, y quizás siempre se pueda llevar un poco más lejos. Yo que ésto lo he ejercido mucho con mi madre creo que hay un fondo más auténtico que se ha creado entre las dos y que cuando nos encontramos ahora partimos ya desde otro punto.

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