#2125
Javi
Participante

Sea consciente o no, siempre me muevo en el seno de Dios. El esfuerzo, padre de todos los esfuerzos, por mantenerme consciente de mi verdadera naturaleza es la revelación progresiva de un destino que va más allá de los momentos de felicidad y de tristeza, más allá de la muerte, más allá del espacio y del tiempo, y que es real aquí y ahora, en este instante único. Cuanto mayor es la comprensión y el sentir de esta gran dimensión, menor es el esfuerzo concreto que hay que realizar en las respuestas cotidianas, porque lo natural en nosotros, el amor, la energía y la inteligencia, fluye en el sentido adecuado, y se convierte en un esfuerzo sin esfuerzo, en un esfuerzo gozoso. Personalmente, creo que nada de lo que hayamos hecho, despiertos o dormidos, ha sido en vano o baldío. Como dice uno, todo tiene su por qué y su para qué, y cualquier vida es una historia de avances. Tampoco creo que yo sea aparte de Dios, lo que resuelve en cierta manera el misterio del libre albedrío. La mejor de las oraciones es llevar al límite las capacidades que somos y confiar, pero una confianza que sea un verdadero sentir.

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