Si nos fijamos, gran parte de nuestra vida nos la pasamos buscando “el sentido de la vida” , intentando construir ese ideal de vida, confort y seguridad. El problema es que lo hacemos desde ese personaje limitado y corto de vista que se cree capacitado y con derecho a ser el motor de la existencia.
La gracia está en descubrir el Gran Plan y este pertenece a Dios. Yo ahora se, que mi vida tiene sentido y supera en mucho la visión limitada del personaje, sé que todo el esfuerzo que hice para labrarme un “futuro” solo tiene sentido desde Dios que, sin yo ser consciente de ello, me ha ido preparando para ser capaz de ver su pequeño Plan en mí.
Él es el Albañil que construye la casa, la ciudad.
Él me da seguridad, protección, sosiego, yo solo soy su instrumento.
Un abrazo.