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- 20 de febrero de 2018 a las 14:20 #2278susanaParticipante
Si la razón de esta existencia en este mundo y del del objetivo de mis actos y deseos no es Dios y para Dios, en vano hago uso de la energía, amor e inteligencia que soy; en vano vivo, e inevitablemente, la tristeza, vacío y ansiedad me acompañaran en mi camino.
Mantenerme despierta me asegura mantener presente mi presencia en la de Dios, y esta es mi labor en este mundo.
Esta iniciativa y leer todos vuestros comentarios me están ayudando mucho cada día. Me siento agradecida. Gracias a todos!!!20 de febrero de 2018 a las 21:42 #2279Jordi Sapés de LemaSuperadministradorTranscripción de lo que me ha mandado Ana Balado por whatsapps de voz.
El Señor está siempre ahí, presente, dándonos las herramientas que necesitamos para construir la casa: la luz, el amor y la vida que somos. Mejores materiales no podemos tener. Pero somos nosotros los que tenemos que construirla: no lo podemos encargar a los albañiles, no sea que utilicen malos materiales y acabemos construyendo algo muy débil y muy frágil que no sirva para nada. Los albañiles no nos acercan al Señor, no construyen nuestra casa, somos nosotros los que tenemos que levantarla para acercarnos a Él y convertirla en un rincón de la casa de Dios. Cada uno ha de levantar la suya y, entre todos, la ciudad.
Yo mi casa ya la tengo construida, aunque me falta todavía tomar mas conciencia. Lo que veo más importante señalar es que Él siempre está ahí. A veces nos orienta, a veces nos desorienta, pero siempre está ahí.
20 de febrero de 2018 a las 21:48 #2280Imanol Cueto MendoSuperadministradorAmiga Ana, sensacional, escrito con la pluma y tinta que da la sabiduría de saber y constatar quien es uno. Siempre abrazo eterno.
21 de febrero de 2018 a las 01:06 #2281EmiParticipante» No estamos solos,ni trabajamos en una obra exclusivamente nuestra».
Coincido con todos, en la importancia de la presencia interior,en percibir la fuerza que nos empuja a expresar todo nuestro potencial sin malgastar nuestras fuerzas en vano.
Me siento viva asumiendo el papel que me toca, salvaguardada siempre, por la Esencia Divina.Un abrazo,
Emi
22 de febrero de 2018 a las 05:00 #2282CarmenParticipanteLa primera vez que leí la frase me sugirió que los planes de Dios siempre están por encima de todo. Leer vuestros comentarios me ha ayudado a entender mejor la frase y, especialmente, el comentario de Ana me ha llegado al corazón. Muchas gracias a todos!
22 de febrero de 2018 a las 21:33 #2283AnónimoInvitadoTendemos a pensar que nosotros solos podemos, que somos quienes hacemos y deshacemos en la existencia, que ésta es algo que manejamos nosotros mismos. Sin embargo, no nos damos cuenta de que todo está orquestado desde otro plano, que todo funciona siguiendo una melodía cuyas notas se encuentran escritas de antemano y que, obviamente, son ajenas a nuestra voluntad. Eso sí, soy yo quien decide cómo actuar con aquello que se me presenta. Con lo cual, ¿qué puedo hacer sino rendirme a lo que hay actualizando las capacidades que soy en cada momento? ¿Qué sentido tiene empeñarme y esforzarme en tratar de controlar algo que está mucho más allá de mí, que se escapa a la comprensión racional, que forma parte de una obra mucho mayor?
Y es que cualquier obra que no proviene de la materialización de la voluntad superior es baldía, una pérdida de tiempo, pues los cimientos sobre los que se sustenta son frágiles y se vienen abajo ante el más leve contratiempo. Más vale invertir el tiempo y el esfuerzo necesarios en construir nuestra casa bajo las directrices divinas y emplearnos a fondo para que ésta tenga una buena base, ya que será sobre lo que se asiente todo lo demás. En los momentos en que las fuerzas nos flaquean es cuando hemos de vernos más que nunca como albañiles del Señor, que nos ha confiado este importante cometido. De esta manera, comprendemos que es el hecho de hacer su voluntad lo que da sentido a todo y encontramos el gozo en esa construcción consciente, no en el resultado de aquello que construimos. Así es como no solo nos dedicamos a construir nuestra propia casa, sino que vamos preparando el terreno para erigir la ciudad entera en una obra conjunta con los demás.
27 de febrero de 2018 a las 00:41 #2284CarlosSuperadministradorMe ha costado mucho. Me parecía que estaba tan claro el Salmo, que no podía aportar nada. He preferido dejarlo reposar. Y me ha venido muy bien. Leía a una periodista convertida al Islam que el velo le servía para acordarse de Alá en su cotidianidad. A mí me ha bastado con este Salmo.
Lo cantábamos en Misa cuando éramos pequeños. Aunque lo recuerdo algo diferente: «Que el Señor nos construya la casa…» A modo de petición. Pero el Salmo no le pide a Dios, es una afirmación bien rotunda: Si el Señor no construye la casa, ni vigila la ciudad, en vano trabajan los albañiles ni vigilan los centinelas.
La casa es el yo experiencia, la ciudad es el yo social, el yo impersonal. El albañil soy yo haciendo. Los centinelas, no sé quiénes son, puede que todos los que compartimos esta existencia.
Recuerdo, hace unos años, estaba muy agobiado en mi día a día porque quería tenerlo todo bajo control: mi familia, mis pacientes, todo lo que me rodeaba. Como si lo que sucediera a mi alrededor o en mi trabajo dependiera de mí. Eso me conducía al agotamiento y a la desesperación. Entonces me puse en manos de Dios, y qué alivio. En el fondo es egoísta: Ábrete a Dios e irás de su mano por la vida, como los niños pequeños de la mano de su papá, y Él hará.
No somos nosotros los que debemos hacer, sino El Señor a través nuestro. Pero para eso tengo que estar abierto a Él, despierto.27 de febrero de 2018 a las 17:48 #2285IsabelParticipantePor si no me había dado suficiente cuenta de que hay una Realidad que me trasciende, en ocasiones, en mi vida, se me presentan circunstancias en las que es absolutamente evidente que mi personalidad ni las decide, ni las conduce.., sino que me vienen dadas, a veces en forma de regalo y otras en forma de problemas o situaciones que no tengo más remedio que afrontar.
Profundizando en ellas, en las que me gustan y en las que no, percibo sin lugar a dudas, que el Señor, Dios, me está dirigiendo para que se haga su voluntad. Él lo decide todo, lo grande y lo pequeño, con un fin concreto.
Así que el salmo me recuerda esto : “que mi yo personal ni construye mi casa ni guarda mi ciudad, ni maneja el acontecer en mi vida”. De eso, ya se encarga Él. Yo solo puedo reconocerlo e intentar participar de manera consciente utilizando y desarrollando mis potenciales. Y solo así, en sintonía con todo, puedo apreciar la belleza y perfección de las situaciones
1 de marzo de 2018 a las 18:04 #2286Mª Pilar de Moreta FolchSuperadministradorSi nos fijamos, gran parte de nuestra vida nos la pasamos buscando “el sentido de la vida” , intentando construir ese ideal de vida, confort y seguridad. El problema es que lo hacemos desde ese personaje limitado y corto de vista que se cree capacitado y con derecho a ser el motor de la existencia.
La gracia está en descubrir el Gran Plan y este pertenece a Dios. Yo ahora se, que mi vida tiene sentido y supera en mucho la visión limitada del personaje, sé que todo el esfuerzo que hice para labrarme un “futuro” solo tiene sentido desde Dios que, sin yo ser consciente de ello, me ha ido preparando para ser capaz de ver su pequeño Plan en mí.
Él es el Albañil que construye la casa, la ciudad.
Él me da seguridad, protección, sosiego, yo solo soy su instrumento.
Un abrazo.2 de marzo de 2018 a las 03:46 #2287Sergio BlascoSuperadministradorPodemos poner empeño en nuestros proyectos, en nuestra imagen, en nuestra seguridad, podemos estar atentos a las oportunidades que nos brinda la existencia para aprovecharlas, sin embargo, solo si somos consciente de que lo superior actúa a través nuestra, de que Dios es el autentico artífice de la realidad,si dejamos en nadar contra corriente, si aceptamos que en todo lo que nos pasa está Dios, si nos dejamos guiar por él, si dejamos que nos oriente, si confiamos en nuestra existencia, entonces podremos saborear una vida profunda, donde nuestro empeño se compenetra con el deseo de Dios.
2 de marzo de 2018 a las 22:43 #2288CarlosSuperadministradorQué grande, Sergio. Cómo me llegan tus palabras. Gracias.
3 de marzo de 2018 a las 15:40 #2290Jordi Sapés de LemaSuperadministradorEl Señor es el arquitecto que diseña nuestra casa (la personalidad individual) y el urbanista que planifica nuestra ciudad (la personalidad social). Durante la existencia desarrollamos ambas cosas; pero caemos a menudo en la tentación de hacerlo a nuestro modo; quizás porque hemos perdido los planos o quizás porque queremos ahorrarnos los honorarios de los expertos. En definitiva, prescindiendo de lo Superior.
El resultado es que, carentes de la dirección adecuada, estos esfuerzos caen a menudo en saco roto: los albañiles levantan una pared sin fundamentos y, después de mucho trabajo, se cae. O andamos por el mundo compitiendo con los demás y vigilando nuestras posesiones para comprobar un día que la suerte ha cambiado y los que vienen detrás ocupan este lugar privilegiado que habíamos conseguido.
El único desarrollo personal y social que llega a buen puerto es el que se pone al servicio del Potencial y atiende las circunstancias que nos presenta la Voluntad de Dios.
4 de marzo de 2018 a las 03:12 #2291CointaParticipanteSi el Señor no construye la casa
en vano se cansan los albañiles.
Si el Señor no guarda la ciudad
en vano vigilan los centinelas.
Este salmo lo recitaba siempre antes de dormir cuando mi marido se iba a navegar largas temporadas (por trabajo) y yo me quedaba sola en casa. Me hacía sentir segura y confiada porque el Señor me guardaba.
Me preguntaban si no me daba miedo quedarme sola, pero yo me sentía a salvo.
Ahora lo veo también con otros matices, lo recito muchas veces, pero desde otra perspectiva.
En las decisiones difíciles, en las acciones de la vida, yo pongo mi amor, energía e inteligencia, pero miro hacia arriba. Me siento segura en su presencia y ya no me preocupo. Confío que el Señor hará donde yo no llegue.4 de marzo de 2018 a las 21:09 #2292EmiliaParticipanteHe leído varias veces el salmo y no lo comprendía: Si el Señor no construye la casa en vano se cansan los albañiles………..He leído vuestros comentarios y seguía sin comprenderlo así que he hecho trampa y he pedido ayuda al Sr.Google donde encontré el significado: hagamos lo que hagamos si no tiene la bendición divina no sirve para nada. O sea que mis esfuerzos no sirven si no están bendecidos por Dios. ¿Y si no creo en Dios? ¿No basta mi esfuerzo, mi trabajo, el confiar en lo que estoy haciendo y en mí misma?
5 de marzo de 2018 a las 00:03 #2293Jordi Sapés de LemaSuperadministradorNo te preocupes: Dios sí cree en ti.
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