Idea y realidad de Dios

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Uno de los problemas añadidos que tenemos en el Trabajo espiritual es la confusión que generan determinadas palabras relacionadas con lo superior. Una de estas palabras es Dios. Cada uno se ha hecho una idea de Dios y además, a menudo, utilizamos la palabra Dios para hablar de niveles superiores de la realidad, lo cual añade confusión. Blay insiste mucho en esta cuestión; dice:

     «Dios no es ningún concepto. Hay que expresar con la vida, con el amor, con la inteligencia y con la acción ese Dios viviente, pero no hablar «sobre» Dios. Hablar sobre Dios es como hablar sobre la comida sin comer. Tenemos el hábito de convertirlo todo en idea, y convertir a Dios en idea es convertirlo en un objeto. Y convertir en objeto algo que es el centro del sujeto, es desnaturalizarlo.

 

 

     Las personas suelen rechazar a Dios porque asocian a Dios a un concepto que, a su vez, se asocia a otros conceptos y a una estructura. Y Dios no ha de ser un concepto. Dios ha de ser la experiencia viva de la realidad inmanente en mí y en todo. Por lo tanto, desafía a todo concepto. El concepto tiene sentido como señal, como indicador, pero la mente se agarra al concepto como si fuera la cosa, y convierte a Dios en cosa. Y esto es horrible. Dios, que es el sujeto último, queda convertido en objeto al decir la palabra Dios. Y queda totalmente desnaturalizado».

 

[…]

 

      Así que solo debemos anular la mentira del personaje que nos dice que no somos nada ni somos tal como deberíamos. Y tomar conciencia de lo que somos y de cómo somos aquí y ahora. Para contactar con Dios solo tenemos que profundizar en nuestra conciencia para ver lo que hay. Ni tan solo es una cuestión de fe. Dice Blay:  

 

     «El camino para llegar a Dios es ser realmente Yo, lo más auténticamente Yo, lo más libremente Yo, lo más ingenuamente Yo. Dios y Yo son nombres que separan una sola cosa. Cuanto más espontáneos somos, cuanto más sencillos y frescos somos, más cerca estamos de Dios.

 

 

     Leer sobre Dios, hablar sobre Dios, rezar, entregarnos a prácticas religiosas, intentar cumplir las normas morales, procurar ser buenos, etc., todo esto implica querer ser distintos de cómo somos. Y está muy bien, es correcto: mientras permanezcamos en la existencia podemos y debemos mirar de perfeccionar nuestra personalidad constantemente. Pero hemos de impedir que esta tarea nos identifique con la forma que tenemos y nos impida vivir el ser que somos.»

 

     El ser que somos es Dios y está en Dios.

 

     Y durante estos días que nos quedan hasta el Retiro, vamos a intentar tener más presente este ser, procurando que nuestra personalidad no lo encubra, no lo tape.(†)

 

(†) El texto está sacado de la preparación del Retiro. Ahora, que ya es pasado, debiera decir: «Cada día, vamos a intentar tener…» (Nota del transcriptor) 

 

Jordi Sapés de Lema. Extraído de uno de los textos utilizados para la preparación del Retiro en Santa María la Real de Oseira 2022.

Imagen: Pixabay.

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