
P.: Yo siento que hay dos tipos de demanda: una es la demanda tradicional, quizá influida por la formación de buscar a Dios arriba, y otra la que ahora estoy más o menos descubriendo. Es una demanda que, por el hecho de que tú dices que lo superior es arriba, pues parece que me obliga a mirar hacia arriba, pero yo no siento la demanda tan arriba, sino que siento una demanda y en este momento casi me da igual si es de arriba o de abajo o de dónde venga. Lo que tengo es una necesidad de atender a esa demanda y veo que es más de fondo que de arriba ¿Hace falta preocuparse si es de arriba o de dónde?
R.: No. Yo digo que viene de arriba porque… viene de arriba, en primer lugar, y viene de arriba a través de unos canales muy concretos, unas vías muy concretas; a través del sahasrara en su conexión con el anahata. Pero esto que está arriba es arriba en relación con nuestra estructura personal. En sí no está arriba; en sí está en todas partes, es todo. Entonces, esto que está arriba lo está no solamente porque se percibe a través de un canal particular en dirección hacia arriba, sino porque es un nivel de vibración más sutil. Es como si te pusieras en contacto con un aire menos enrarecido, más fino, más sutil, y en eso se distingue específicamente lo que llamamos espiritual, En que es un tipo de energía más sutil. Cuando tú puedes conectar con eso más sutil, ya no hace falta que te sitúes arriba. Es la sintonía de vibración lo que te contacta, lo que te conecta, y entonces ya no es ni arriba ni abajo. Además ocurre que cuando yo, a través de esos contactos en forma de oración o en forma de lo que sea, voy estableciendo esa conexión, se va estableciendo una vía habitual, ya sea a nivel de la felicidad o a nivel del conocimiento, según el trabajo que uno haga. Entonces ya es un campo continuo. Y eso que uno va viviendo más y más adentro tiene que darle expresión en la vida diaria porque es lo que va permitiendo que lo Superior se integre establemente con lo inferior. Al principio esta distinción está ahí y muchos no contactan con lo Superior porque están yendo a lo Superior con una actitud muy densa, muy elemental, muy material: están queriendo vivir lo de siempre, aunque más intenso, pero lo de siempre a fin de cuentas, y eso hace que no sintonicen con esa frecuencia más sutil, más rápida.
Curiosamente eso que es más rápido y que parece más tenue, eso es infinitamente más potente que lo que parece más denso y más fuerte. Es decir que uno va descubriendo esa paradoja que hay de que lo más fino, lo más sutil, es realmente lo más potente y que todo lo denso no es nada más que una densificación de lo sutil y que la realidad está más arriba que abajo, porque lo de arriba siempre está actuando como causa en relación con lo de abajo y lo de abajo es un producto final, es un producto terminal, en cambio lo de arriba es un nivel causal, es un mundo creativo. Es arriba que se produce la creación, abajo solamente hay la cristalización o densificación de lo que arriba se está produciendo.
Lo importante para la práctica es esta característica de atención a lo sutil ya sea en el aspecto del sentir, amor-felicidad, ya sea en el aspecto del conocer. Es atención a lo sutil. Eso es lo fundamental. De modo que es la atención a lo que no se percibe. Es estar atento a lo que está más allá de lo que yo suelo percibir, es estar más allá lo que me permite contactar y traer lo del más allá al más acá.
Antonio Blay Fontcuberta. “SER. Curso de psicología de la autorrealización”. Editorial Sincronía. 2016.
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