Nire esperientzia – Mi experiencia

Hace un par de meses Jordi Sapés nos envió una encuesta para medir la evolución de las personas que hemos recorrido parte del camino de autotransformación propuesto por él (el Trabajo). Completé sin problemas el test y curiosamente constaté  que en mí no se había dado una evolución muy significativa. Sin embargo, no me llamo a engaño: como le dije a Jordi, si en la encuesta se hubieran incluido preguntas sobre miedos y obsesiones otro gallo cantaría. Esta anécdota de la encuesta refleja bastante bien cual es mi posición actual. Ahora demos un salto atrás para situar mejor el camino recorrido.

Crecí en el seno de una familia vasca tradicional, con una madre ferviente católica y defensora de hacer el bien y de empatizar con los más castigados y de mantener la moral cristiana por encima de todo. Desde crío la primera de las ideas-fuerza de ama caló hondo en mí; no ocurrió lo mismo con la segunda y después de una infancia marcada por el cumplimiento de los rituales (primera comunión, misa dominical, etc.) en la adolescencia comencé a rechazar todo lo que venía de la Iglesia. En ese tiempo conocí el significado de la palabra agnóstico y me dije, “eso es, es un misterio demasiado grande, no sé de dónde surge toda la Vida, no tengo respuesta”.

La adolescencia no fue fácil para mí. Tenía la impresión de que en mi primera infancia algo se había roto en mi interior pero no acertaba a adivinar qué era exactamente. La cuestión es que una insatisfacción de fondo me acompañaba constantemente y a ella debemos sumarle la desorientación habitual de ese período vital. Luego estaba el ambiente de la época. La generación que nos precedía había probado el lado salvaje de la vida y esa apuesta resultó atractiva para bastantes de mis coetáneos y, claro está, también para mí. Vinieron años convulsos: poca comunicación con aita y ama, problemas de disciplina en el instituto, cambio de amigos, muchos experimentos con muchas drogas… Por suerte, me gustaba estudiar y la historia me apasionaba. Comencé la carrera con entusiasmo y la acabé sin grandes problemas. Por fin una alegría para mis padres, ya hacía falta.
Doy un pequeño salto, quiero ir al grano. Coincidiendo con el cambio de siglo contraje una especie de tuberculosis que me obligó a replantearme algunas cosas. Comencé a llevar una vida un poco menos tóxica y por fin me animé a dar paso a una demanda que sentía desde hacía tiempo: me apunté a yoga. Las primeras clases me costaba respirar de forma plena. Cuando lo logré hubo momentos antológicos, la felicidad me hacía llorar. Empecé a experimentar el aquí y el ahora, el fluir. Instantes de plenitud a cualquier hora del día. Pero sabía que había que cavar más hondo. Unos años más tarde, en un momento complicado, decidí solicitar ayuda profesional. Una sicóloga me ayudó en esa labor de trabajar la negrura y lo escondido. También me facilitó dos caminos que me iban a cambiar de verdad: Eneagrama y Antonio Blay, en concreto me dio la referencia del libro Creatividad  y Plenitud de vida.
Semanas después, lo estoy pasando mal (ansiedad, dependencia, insomnio). He descubierto cosas, estoy avanzando pero no es suficiente. Cojo Creatividad y Plenitud de vida, llego a la parte donde se habla de las resistencias del subconsciente. Hago el ejercicio de autosugestión y siento una marea de fuerza vital  crecer en mí. Difícil de explicar, extraña resonancia interna.  Lloro de felicidad. Bajo a la calle y paso la mejor noche de fiesta de mi vida. Estoy presente, ágil, atento, etc. La onda se mantiene los siguientes días. Sin embargo. tres semanas después vuelvo a caer: el impulso murió, los fantasmas rondan de nuevo.  Es sábado por la tarde, estoy en casa leyendo a Blay con extrema intensidad. Leyendo un pasaje que ahora no recuerdo tengo una vivencia de ESO, una percepción de —- que me arranca un llanto seguido de una carcajada suave, la más rica de mi vida. Sé una cosa: NO ESTOY SOLO. Nunca he dormido tan bien y todavía cuando despierto por la mañana soy feliz, muy feliz. Luego, durante los siguientes días esta constatación se va diluyendo pero algo ha cambiado en lo más profundo de mí.


Algo cambió, de eso no tenía duda,  y me puse a leer todo lo que podía de la obra de Blay. Aprendía cosas pero me faltaba un plan. Un día se me encendió la bombilla y entré en gugel. Bingo, hay un hombre (Jordi Sapés) que trabaja la línea Blay por internet! Era verano y en septiembre nos pusimos a trabajar. Los primeros años fueron muy intensos, con avances y descubrimientos. No todo salía como estaba previsto, el descubrimiento del personaje, por ejemplo, lo había hecho en parte los dos años anteriores con el Eneagrama y no resultó una sorpresa. Otros ejercicios sí que eran nuevos: el centramiento, con su potente comienzo y su difícil progresión; los meses liado en la maraña de las fuerzas 3 y 7; las dudas ante casi todo pero, al mismo tiempo, la seguridad de que la premisa básica (somos Amor-Inteligencia-Energía) es cierta y no debemos olvidarla nunca.
Luego vinieron los talleres de limpieza del inconsciente y el trabajo con el Yo Experiencia. Con este experimenté claramente como incidimos en nuestros círculos más cercanos y qué capacidad tenemos de modificar la realidad. Ya lo sabía pero me hizo más consciente de ello. En resumen, todo un mundo, ya lo sabéis. Para acabar con este capítulo, he de remarcar que el trabajo con el Yo Experiencia también fue decisivo para afianzar la relación con Patri. Jordi me ayudó a entender que el Amor al actualizarse en el marco de la relación de pareja va construyendo algo que abarca más que la simple unión de dos personas. Intuyo que en este campo también seguiremos creciendo y aprendiendo las próximas décadas.
Más adelante llegó el trabajo con el niño interno y ahí el avance se hizo lento. Por otro lado, en el centramiento me costaba mucho profundizar, a menudo se me iban los minutos acallando el parloteo. En ese tiempo nació Izadi y me puse a preparar las oposiciones y mi implicación en el Trabajo se resintió. También coincidió con las primeras visitas a Oseira y con la profundización en los Evangelios de la mano de la lúcida interpretación que Jordi hace de ellos.
En esa época una tendencia que ya veía en mí se hizo más evidente: como tenía más capacidad de incidir en mis entornos inmediatos me involucraba (y me involucraban) con más intensidad en proyectos que modifican la realidad del colectivo pero, al mismo tiempo, percibía que esto me restaba tiempo para mí. Todo se va aprendiendo y cuando te dejas dirigir por quien ya sabe (el único Sujeto y Autor) se aprende con más facilidad a decir que no. El problema, como siempre, es el discernimiento, saber cúando la respuesta que te ha llegado es genuina porque procede de lo Superior y cuando hay parte de distorsión egótica.  El camino se hace andando y en ello sigo, intentando no perder la conexión con ese Fondo que actúa como sostén y como guía en todos nuestros embrollos diarios.

7 comentarios en “Nire esperientzia – Mi experiencia”

  1. Qué interesante la propuesta de ADCA de hacernos llegar experiencias personales. Me encanta escucharte, Pedro, porque descubro en tí una personas cercana, con las idas y venidas propias, mostrando que el camino que recorremos mientras hacemos el Trabajo no es llano, sino con piedras. Me ha llegado muy adentro cuando descubriste «no estoy solo». Porque ese descubrimiento nos hace ir de la mano del «único Sujeto y Autor» . De esta manera podemos transformar las piedras del camino en yo experiencia, para vivir más plenamente, aportando lo que somos en esta realidad que es nuestra existencia. Gracias

  2. Gracias Pedro por compartir tu experiencia, és hermoso leer como se va desarrollando el camino hacia el despertar y entender que pasa. Me ayuda como bien dices en los embrollos y en las resistencias que aun tengo.
    Te amndo un fuerte abrazo!!!

  3. Se agradece la honestidad que desprende el artículo. A veces no es fácil desnudarse ante los demás y mostrarnos tal cual somos, con las luces y sombras de la existencia. Y es que al fin y al cabo todos hemos pasado por baches similares gracias a los cuales hemos encontrado este maravilloso camino de crecimiento interior. La sinceridad al compartirlo con los demás, como haces aquí, ayuda a aumentar el sentimiento de unidad, a darnos cuenta de que todos somos lo mismo. Mila esker Pedro eta besarkada haundi bat.

  4. Pedro, me satisface enormemente leerte porque se intuye una gran sinceridad en tus palabras al explicarnos sin ningún tipo de adorno tu experiencia en este caminar. Efectivamente yo también a través de este artículo te conozco un poquito mejor. Nos vemos en nada.

    Mila esker

  5. Al principio de nuestra andadura no es fácil gestionar el Trabajo. Si uno está atento, y brega sinceramente, las ayudas aparecen en el punto de incidencia adecuado a lo largo del camino. Tu recorrido me es familiar. Con el tiempo y el ejercicio de conexión con el espíritu cada vez más frecuente, aprendemos a conocer la respuesta genuina que viene de lo superior, por la experiencia de evidencia, gozo y paz.

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