La obra del famoso filósofo Emmanuel Kant se divide en dos grandes partes, una teórica y otra práctica. En la teórica el filósofo niega que sea posible demostrar la existencia de Dios y en la práctica afirma que la dignidad del hombre reside en actuar de la manera más ejemplar posible, superando su inclinación al egoísmo. Pero al final, confiesa que no hay más remedio que suponer la existencia de otra vida porque en esta, la citada actitud ejemplar no recibe premio alguno.
Desde luego, no es muy agradable contemplar lo que está ocurriendo y constatar que va en sentido totalmente contrario a lo que nosotros defendemos: Lo que vence es la mentira, el egoísmo y la violencia; y además vence democráticamente; ni tan solo tenemos el consuelo de pensar que alguien nos lo impone. Es evidente que existe una admiración por la gente capaz de lucrarse personalmente con el dinero público, de utilizar la policía y la fiscalía para calumniar a los opositores políticos y de conectar con las emociones más bajas de la gente azuzándola en contra de los extranjeros o de los catalanes. La homofobia y el machismo continúan siendo la ideología imperante en los Institutos, ante la aparente dimisión o inoperancia de los profesores y las drogas se puede comprar en la esquina ante la inoperancia de la policía; al igual que las armas en EEUU ante la inoperancia de los legisladores. Y encima, la única oposición real a este estado de cosas parece ser el Estado Islámico dispuesto a castigar con la muerte, por sorpresa, a todos los infieles. Si pudieran, nos regarían a todos con gasolina y nos prenderían fuego con una cerilla.
Sólo falta que Donald Trump gane la presidencia de EEUU; esto parece estar alcanzando dimensiones apocalípticas, y da pábulo a toda clase de teorías de la conspiración, porque es lógico preguntarse si alguien maneja los hilos sembrando tanta impotencia y desorientación y despreciando las más elementales nociones del sentido común.
Pero en vez de leerlo como el fin de la especie humana lo podemos interpretar como una expresión del fin del sistema, como la fase previa a un punto de inflexión que ha de suponer un cambio radical en la humanidad. Quizá sea utópico pensar de esta manera pero, como dice Don Juan: el guerrero no cree en nada pero debe creer. Debemos creer en el ser humano porque no hay otra opción posible ni una mejor forma de existir. Esta es la otra vida que Kant buscaba después de la muerte; y el premio es mantener despierto nuestro espíritu, aquí y ahora, por encima de toda esta porquería mental y emocional.
Reflexiono en voz alta para llamar vuestra atención y abrir un poco de discusión al respecto: Defender la dignidad del ser humano ¿es incompatible con imponer la disciplina en los institutos, reprimir el gamberrismo y asegurar que en nuestras calles se respetan los derechos humanos? ¿Debemos admitir costumbres que conculcan libertades que hemos conquistado con la lucha de siglos? Si se prohíbe la ablación del clítoris, ¿por qué no se ha de prohibir el burka o sancionar que las mujeres anden por la calle tres pasos por detrás del marido? Si se prohíben las corridas de toros, ¿por qué no se han de prohibir los corre bous?
Lo que planteo con estas preguntas es la necesidad de un rearme moral que tenga una trascendencia social. No veo que tengamos que hacer dejación del orden y la responsabilidad social y permitir que sean movimientos reaccionarios lo que alcen esta bandera.
Tenéis que saber que el radicalismo islámico, que es un movimiento fascista, no nos ataca por ser cristianos, nos ataca con el argumento de que no creemos en nada. Este es el discurso que oyen los jóvenes de los barrios marginales por boca de los salafistas: no creen en nada, solo están interesados en hacer lo que les da la gana, no respetan nada: los hijos no respetan a sus padres, las mujeres no respetan a sus maridos, los alumnos no respetan a sus maestros; se están quedando sin alma. Así es como el fascismo cuestiona la libertad.
Pero claro, ¿libertad para qué? decía Lenin. Lo decía porque las libertades burguesas eran pura teoría para una mayoría de la población que ni tan solo alcanzaba a comer. Ahora tendremos que reformularnos la pregunta atendiendo a que la mayor parte de esta población ni tan solo alcanza a pensar. Y en algo debe haber influido que primero se haya quitado la religión de las escuelas, después la educación para la ciudadanía y ahora se pretenda eliminar la filosofía de los planes de estudio. Siempre en nombre de la libertad porque, claro, no debemos adoctrinar a los jóvenes; ya los adoctrinará el mercado a través de los anuncios de la televisión; o los salafistas.
Así que, para defender esta libertad, tenemos que dotarla de contenido: libertad para desarrollar el potencial, libertad y tiempo para vivir como seres espirituales que somos. Esto no implica ser creyentes de ninguna religión pero exige la conciencia de lo que somos y el compromiso de actuar, al servicio de la humanidad, de una manera acorde con esto que somos. Deberá ser, como decía Karl Rahner, una libertad ascética; que, para el creyente, implica una relación personal e inmediata con Dios, y para el no creyente un compromiso indestructible con el ser.
Sólo podremos agarrarnos al ser, así que vayámonos preparando y teniendo claro que deberemos asumir la responsabilidad de educar a nuestros hijos más allá de lo que se les exige en la escuela. No podemos continuar haciendo ver que no pasa nada porque, si no les ofrecemos algo de una calidad superior, se negarán simplemente a seguir. Y harán bien.
A mí personalmente, me ha afectado mucho el resultado de estas elecciones, lo he vivido como tú dices como el fín de la especie humana, como un asentamiento cada vez más estendido de la falta de principios y aspiración natural al bien común en el ser humano, donde priman los intereses personales cada vez más alejados de nuestro Ser esencial. Y el Vivir comprometido con lo que sabemos que es la Verdad y el sentido de nuestra existencia, expresándolo en cada circunstancia de la vida se me hace cada vez más dificil, imposible si no estoy despierta, pues parecen infructuosos los esfuerzos por manifestar lo conveniente, es tanta maquinaria la que está funcionando en contra, tan naturalmente asumida y aceptada como lo normal, por ser lo más común, que a veces dan ganas de perder la esperanza, de unirse a la crítica y negatividad aunque sea por un ratito, de tratar de no salir perjudicado con comportamientos ejemplares y de dejar de estar comprometido con el bien común…..; suena muy mal pero para ser sincera es lo que me pedía el personaje tras el resultado de las elecciones.
Por suerte al despertar ves que no, que mantenerse despierto es la única decisión a tomar, la única salvación y el único camino, que la única esperanza es gente despierta, impartiendo clases en los institutos, atendiendo a las personas, tomando decisiones importantes …..
No se me ocurre qué otra cosa se podría hacer…
Cuando supe el resultado de las elecciones yo queria pensar que hay tongo por alguna parte de los interesados. No me cabe que haya tanta gente que vote para que salgan estas personas y no dar una oportunidad a los partidos emergentes. Hay personas que hacen el bien, que trabajan por canviar cosas y miran por los derechos de la humanidad, son como gotas de agua en un barrizal. Me encantó una charla del doctor Mario Alonso, dijo: No sé hacia donde va el mundo, pero lo que sí sé, es que hemos de ir cooperando unos con otros.
Yo opino que no habría que imponer nada si quien tuviera el poder de gestionar estuviera en sus cabales. El respeto y el interés por el estudio podría bien ser cosa de gusto, y no de rechazo. La gestión se puede hacer desde casa por los padres, desde el instituto por los profesores, y desde el gobierno por los políticos. Desde multitud de ámbitos se puede ejercer esa referencia, pero esas tres que indico creo que son las más importantes para que haya un desarrollo en condiciones. Creo que a una autoridad que realmente lo es se la sigue, sin represiones y sin vacilaciones. De momento esto no lo vemos por ningún lado.
También es cierto que fue hace sólo 5 años que se generó el movimiento del 15M, y que nadie hubiera imaginado que al menos habría una opción política que saldría de allí.
Esto significa que a nostros esta situación nos favorece porque nso ayuda a despertar.Y que los criterios que hacen que una personas tenga autoridad a los ojos de los demás habrá que buscarlos en otros puntos de referencai qu eno sean el dinero o el poder.
Jordi eres como los fuegos artificiales de mi ciudad (Tarragona) cuando se encienden el momento siguiente es cada vez más apoteósico.
A nivel político las estructuras piramidales internas y la separación en grupos enfrentados propicia el juego sucio para poder tener voz y defender sus intereses. Funcionan con la máxima; el fin justifica los medios. Medios que no gustan pero se toleran, por ejemplo: manipular, mentir, usar la violencia, etcétera. ¿Poder estar en política y ser libre? No sé hasta que punto, ni que sea fácil, pero sí que veo recorrido en expresarse cada vez más libremente.
A nivel social a mi parecer para que haya disciplina es necesario que haya un mínimo sentimiento de comunidad, con las personas cercanas, vecindario, trabajo, etcétera.
Según mí punto de vista algunos aspectos clave, pero no los únicos, están en una vida familiar más comprometida y afectiva, una educación que fomente el sentimiento y responsabilidad grupal, y la protección efectiva (mediante leyes) del pequeño comercio familiar de proximidad.
En relación a aspectos culturales llegados mediante la inmigración. La ablación del clítoris, está prohibida en España, aunque siguen yéndose de vacaciones a su país para llevarla a cabo. El burka ha dado mucho que hablar, a mí personalmente no me gusta, no entiendo porque una mujer no puede mostrar su rostro, y que vaya tres pasos detrás del marido ya me parece muy mal. Lo entiendo como un signo de la pérdida de iniciativa que se le impone. Son temas culturales de otros países donde el hombre para mantener su dominio ha impuesto a la mujer. Por tanto no estoy en contra de la cultura de los otros países mientras no vaya en detenimiento del desarrollo de las personas. Ahora las interesadas también han de dar la voz, deben implicarse en esos cambios.
Sobre los toros y corre bous a mi no me gusta para nada. De hecho me da cierto asco, y no es el aspecto cultural, ya que a mí las fiestas me gustan. Es el cómo se pueden estar riendo de un animal de esa manera mientras lo están humillando y torturando.
El tema del radicalismo islámico, nos achacan falta de respeto a todo y falta de fe. Buscan de imponerse mediante las herramientas del autoritarismo; violencia y miedo. Como hemos analizado, es cierto que la sociedad puede ser mucho más respetuosa y va faltadilla de fe. Pero no por ello una dictadura aportará la solución, ¿no es mejor un estado donde se potencie la razón, la afectividad, la acción? y si uno siente la necesidad, ¿por qué no plena libertad en el aspecto espiritual?
A mí particularmente en este artículo me parece clave el concepto libertad, pero como bien señalas ¿libertad para qué? Porque actualmente en nombre de esta palabra se están cometiendo la mayor parte de los improperios y atrocidades que coronan las primeras portadas de los periódicos y televisiones. Pues, tal como comentas Jordi, libertad para que cada cual independientemente de su raza, sexo, credo, religión, estrato social, ideología… tengan las mismas oportunidades de actualizar el potencial esencial que todos somos, y creo que esto es lo que tendría que ponerse en primer lugar a la hora de legislar y administrar cualquier sociedad o colectivo. Ahora bien supongo que este cambio de sistema debería estar abanderado por aquellos individuos que hayan alcanzado un cierto grado de desarrollo de conciencia esencial, algo que ha día de hoy parece estar demasiado alejado de la realidad, probablemente en este punto es donde se hace más palpable la diferencia existente entre el desarrollo espiritual individual y el del ser humano como especie. Y aquí especialmente es donde tengo mis mayores reservas, porque viendo el panorama existente observo un mercantilismo espiritual que lejos de remitir parece que va en aumento, es algo así como unas olimpiadas del Ser, donde cada cual compite por ver quién es el más original o quien es el que tiene más discípulos o quien es el que habla con más propiedad de los asuntos trascendentes, y en ultimo termino la batalla de las batallas, quien es el que está más autorrealizado. He llegado a un cierto grado de hartazgo, un empacho en todo regla que no permite tragar más frases de quita y pon, de esas que se ponen con la mejor de las intenciones en la puerta del frigorífico; “amate a ti mismo”, “quiérete a ti mismo”, “confía en ti mismo”… y llega un momento en el que uno se da cuenta que son tantas las notas superpuestas en la puerta del refrigerador que apenas permiten vislumbrar donde está el asa que da acceso al tan ansiado alimento esencial, en fin que seguro que no es bueno generalizar y que como dice el refrán; de todo hay en la viña del Señor, pero me da la impresión que lejos de incentivar y aligerar el equipaje que uno, desde su personaje ya trae consigo, parece todo lo contrario. Quizá por eso me atrajo la línea de Blay y el Trabajo porque va directamente a la esencia de lo que somos consiguiendo eliminar esa barrera ficticia entre lo que “yo soy” y lo que es “el otro”, y a mí a día de hoy me parece un antídoto efectivo para erradicar ese virus llamado egocentrismo espiritual algo que, bajo mi opinión, considero imprescindible vencer para darle sentido a la libertad antes mencionada y sobre todo para el desarrollo y evolución del ser humano como especie.
Bueno… yo también estoy decepcionada con el panorama político y sobre todo porque no entiendo los resultados de las elecciones, ya que desde nuestro voto podemos hacer que empiecen a funcionar otras formas de gobernar más solidarias, pero si en lugar de apoyar a esos partidos, encima dejamos que sigan los mismos, mal vamos; por eso, viendo como está la situación actual, y ante la falta de conciencia social de las personas, yo creo que, como bien dices, Jordi, tenemos que asumir nuestra responsabilidad en la educación de nuestros hijos, contándoles lo que hacemos en el Trabajo y viviendo desde ahí; por eso es necesario e imprescindible estar despiertos en su educación, ya que ellos son el futuro, y en sus manos estará el que se vaya dando la transformación de la sociedad, del modo de vivir, de la escala de valores… Y en relación a esto, me alegra enormemente, que el Papa haya pedido a los jóvenes, en “La jornada mundial de la juventud”, que crean en un «nuevo mundo sin odios o fronteras como barreras», y les animó a defender una nueva Humanidad, que no acepte el odio entre los pueblos, ni cree fronteras entre los países; eso es lo que debemos sembrar en nuestros hijos, ya que como dijo algún sabio: “La acción más pequeña es mejor que la intención más grande”.