Vivir despierto

Si alguien de Barcelona, o de Sevilla, viaja por vez primera a París, pongamos por ejemplo, no se le ocurrirá mandar una postal que diga: “Estamos en una ciudad que no es Barcelona, o Sevilla”. Hablará de donde está, no de dónde estaba antes de moverse.

Sin embargo, cuesta Dios y ayuda, conseguir que dejemos de explicar el despertar comentando que no estamos nerviosos, angustiados y confusos. Hay que insistir mucho para que se acabe escribiendo que experimentamos seguridad, paz y claridad. Y no es porque sí, es porque la gente ha venido al Trabajo para no estar nervioso, angustiado y confuso. Después se han encontrado con la sorpresa de que experimentan seguridad, paz y claridad; pero como esto, inicialmente, no lo pueden mantener, vuelven a caer en la trampa de luchar contra el nerviosismo, la angustia y la confusión.

¿Cómo se puede salir de esta oscilación entre lo que parecen dos estados de ánimo: uno desagradable y otro mejor? Viendo y comprendiendo que el mejor no es lo contrario del desagradable sino que es algo de naturaleza distinta. La confusión es el resultado de comparar lo que sucede con lo que el personaje tenía previsto que sucediera; la claridad es la conciencia de que yo soy capacidad de ver y comprender. La confusión está relacionada con el objeto mientras que la claridad es el propio sujeto.

Si miramos la claridad desde la confusión la interpretaremos como el arte de encontrar una explicación que podamos defender si nos preguntan.  En cambio si miramos la confusión desde la claridad, constataremos que estábamos alucinando. Y cambia mucho, porque la gente considera que la confusión es lo acostumbrado, lo normal, y que al que ve algo con evidencia le dan el premio Nobel.                  

Y así nos encontramos luchando por despertar en vez de luchar por no caer en el sueño. Al principio está muy bien luchar por despertar pero, después de un tiempo, vivir como sonámbulos es algo que ya no debiéramos admitir. Sin embargo, nos resistimos a observarlo con cierto detalle, a mirar cual es la razón por la que algo absorbe nuestra conciencia hasta el punto de hacernos desaparecer de la misma. Como máximo señalamos el asunto, pero no la razón: “estaba distraído pensando en si tenía que comprar garbanzos o lentejas”. Este es el asunto, pero la razón es cómo vas a quedar si no aciertas con la legumbre adecuada. Esto no se mira; y no se mira porque nos pasa totalmente desapercibido: notamos una angustia mientras decidimos qué comprar, pero como ya estamos acostumbrados a andar angustiados todo el día, no le damos importancia. Es más, lo consideramos una muestra de responsabilidad.

Bien, pues dormido la atención está en la legumbre, en lo que van a decir los niños, en el tiempo que hace que comimos legumbres por última vez, en si me podré defender mejor si compro garbanzos o si compro lentejas… y despierto está en que yo soy el que compra y el que decide. 

Así que despertar no es entrar en meditación profunda en la parada del mercado para percibirme a mí mismo en el fondo de mi conciencia; es percibirme decidiendo que compro lentejas; asumiendo que ya soy mayor para tomar esta decisión porque una dieta sana incluye comer lentejas de tanto en cuando. Estar despierto no estar con los ojos muy abiertos mirando las lentejas, es disfrutar de la apuesta que yo estoy haciendo, aquí y ahora, por esta legumbre.

Este es el nivel de conciencia superior inmediato: el estado natural del ser humano. En vez de reaccionar a las circunstancias pensando cómo vas a quedar, asumes que eres capacidad de ver, de interesarte por la realidad y de actuar en ella y ejerces esta capacidad siendo protagonista de tu existencia.   

 

8 comentarios en “Vivir despierto”

  1. Lo has explicado muchas veces pero en este texto me encanta lo sencillo que explicas el despertar. Entiendo porqué me daba miedo expresar que soy amor, inteligencia y energía; porque miraba desde el personaje y no me reconocía en ello. Un saludo.!!!

  2. como comenta Rosalía nos das una explicación sencilla del despertar, nueva en cierto sentido ya que la comprensión va a más y profunda. Llama mi atención cuando dices que señalamos el asunto pero no la razón. Esto es importante. Esta razón que podemos ver, si miramos, entiendo que una vez vista se desmonta la ilusión de querer quedar bien o lo que sea que se pretende en es nivel ordinario. Si no estamos totalmente dormidos se puede observar que está pasando ahí y si estábamos dormidos podremos recapitular para comprender que ocurría, no es así?

  3. Exacto. Cuando decimos que es tan importante despertar como vernos dormidos estamos señalando justo esto. Una de las pesadillas más comunes es soñar que no vamos a poder hacer todo lo que tenemos que hacer; y es muy típico encontrarnos que ha sonado el despertador y no lo hemos percibido porque estábamos pensando que se nos está acabando la leche. Claro, ya se ve que la leche no justifica que pongamos toda la atención en ella hasta el punto de impedirnos tomar conciencia de nuestra presencia. La leche no, pero que alguien pueda quedarse sin leche por nuestra imprevisión, irresponsabilidad y manía de andar perdiendo el tiempo en niveles superiores de conciencia; que a ver de qué te sirve tanta conciencia si no eres capaz de darte cuenta de que se termina la leche…esto sí que lo justifica.
    Repito lo mismo que digo en el artículo en relación a los estados de ánimo; estar dormido no es lo contrario de estar despierto es algo mucho más complicado y mucho más terrible.

  4. Al margen de lo que se dice en estos comentarios sobre la importancia de mirar para ver cuál es el verdadero motivo que nos hace dormirnos en determinadas circunstancias con lo cual estoy de acuerdo, me ha llamado la atención el párrafo donde dices; “Así que despertar no es entrar en meditación profunda en la parada del mercado para percibirme a mí mismo en el fondo de mi conciencia” porque a veces se tiende a creer que esto del despertar es algo difícil y complicado cuando según lo que veo y experimento no es más que un gesto muy sencillo donde uno se contempla y se incluye en su vida cotidiana y lo extremadamente difícil es vivir intentando sostener todo un tinglado montado alrededor de unas ideas preconcebidas basadas en vivir la vida propia a través de los ojos de los demás con los habituales “deberías comportarte así” “que van a pensar si” “si hago esto igual piensan que” creo que como bien dice Jordi esto es lo verdaderamente terrible del asunto.

  5. A mi el ejemplo de las lentejas me parece un ejemplo sencillo y muy concreto pero no me termino de identificar con ello en mis despertares. Conseguir el despertar me parece más complicado porque no sólo están las aprobaciones a los ojos de los demás, sino que tenemos más bloqueos internos y propios que nos impiden llegar a nuestro ‘yo esencial’. Por otro lado, entiendo que el despertar no es estar ‘no angustiado’ ni ‘no nervioso’; pero que el hecho de no estarlo facilita el despertar, porque tus bloqueos no están en ese momento en tu parte alta, dejando llegar al fondo.

  6. Estos bloqueos que dices son un mecanismo interiorizado que te mantiene en constante alerta para tratar de evitar la desaprobación de los demás. Si no has podido despertar no hagas elucubraciones sobre lo que te lo impide, obsérvate durmiendo; no pierdas el tiempo lamentándote de que no has despertado e intenta filmarte dormida. Procura recordar qué estaba absorbiendo tu atención en aquel momento y por qué motivo. Verás que siempre hay un miedo a quedar mal. Y si estás despierta es imposible que te sientas angustiada o nerviosa, precisamente porque no tienes ninguna necesidad de quedar bien.

  7. Quisiera resaltar un punto que Jordi comenta como de pasada hacia el final del artículo y que considero importante, y es el disfrute en la elección, el goce en el ejercitamiento de lo que soy en la decisión que tomo; cuan alejado está este goce vivo y autosuficiente de los cálculos y recálculos que acompañan, antes y después, a la elección de las lentejas.

  8. Bien, lo que observo cuando tomo una decision es que aparecen pensamientos que me alertan de las consecuencias de haber tomado una decision equivocada. Y esta angustia se manifiesta como real y en esos momentos esta por encima de cualquier consideracion

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