Necesitamos un humanismo espiritual

Según decía Blay, “Cuando yo vivo sólo lo externo es cuando vivo lo que me separa totalmente de los demás, pero cuando yo vivo mi conciencia profunda es cuando descubro mi parentesco con los demás. El otro es alguien que resuena como yo. Podríamos decir que descubro que él y yo somos uno; que es lo mismo que descubrir que él y yo somos uno en el Centro Supremo que llamamos Dios”.



