Mi experiencia en el Trabajo

Siempre he tratado de hacer las cosas bien, procurando seguir las normas, ser buena estudiante, buena maestra, buena esposa, buena madre, en definitiva, buena persona. Entonces ¿por qué no era plenamente feliz? ¿Por qué las dificultades de la vida me parecían enormes cargas? ¿Por qué esa angustia, ese miedo? Pero en vez conformarme y tirar la toalla, había algo en mí, un no sé qué, que no se conformaba y me incitaba a buscar algo más. Algo que no sabía bien qué era.

El día en que asistí al Seminario de iniciación al Trabajo de Autorrealización, me di cuenta enseguida que eso era lo que estaba buscando, la respuesta a mis demandas. Esto es algo que se nota enseguida. No se trataba de recetas, de cambiar de manera de pensar, era algo mucho más profundo: averiguar de forma experimental, por mí misma, lo que realmente soy y vivirlo en cada momento de mi vida.

Al principio, al tomar conciencia de mí misma, de la energía, amor e inteligencia que soy, lo que llamamos despertar, requería atención por mi parte y me parecía que me impedía atender a todo lo demás. Pero conforme lo iba ejercitando, me iba dando cuenta de que no sólo podía hacerlo, sino que era el verdadero modo de ocuparme de las cosas y de las personas, siendo consciente en cada detalle, en los trabajos de casa, en el colegio, en las relaciones…todo cobraba sentido, porque yo me sentía plena, libre y creativa.

Los que primero notaron esta transformación fueron los más próximos, mi familia y amigos. Observaron cambios en mi relación con ellos y en la perspectiva que tenía de la existencia. Pero además, en el colegio tuve ocasión de trabajar los conflictos entre el alumnado desde esta perspectiva: hice que los niños se sintieran protagonistas, conectando con sus sentimientos y expresándolos libremente, conscientes al mismo tiempo de sí mismos y del otro. Fue una experiencia muy bien acogida también por los padres.

Ahora, ya jubilada, colaboro como voluntaria en Cáritas, coordinando grupos de refuerzo escolar para menores de familias acompañadas. Es una manera de poder dar a los demás un poco de lo que la Vida me ha regalado. Pero al mismo tiempo veo que el regalo es para mí. La relación con los otros, te hace de espejo y te señala lo que tienes que limpiar dentro de ti. Esto me ayuda a vivir un poco más despierta, a ser más verdadera. En las dificultades que surgen, al abordarlas despierta, viviéndolas desde el fondo, desaparecen los juicios y percibes la realidad tal como es, aportando soluciones y aprendiendo de los errores propios y del colectivo.

Esta actividad me permite actualizar todos los potenciales. Vivo intensamente el amor en la atención, el cuidado, la comprensión y el compartir; la inteligencia para coordinar y planificar las tareas y la energía en la acción, trabajando por la justicia social y la vida digna de todas las personas. Así vivo la espiritualidad en la vida diaria, me siento unida a todos y enormemente privilegiada.

Doy gracias a Dios por mi existencia y por poder colaborar con Él en hacer un mundo mejor, con humildad, dando lo que tengo y lo que soy. Y al hacerlo, descubro que soy yo la ayudada.

6 comentarios en “Mi experiencia en el Trabajo”

  1. El sentido del que habla Cointa, es la profundidad reflejada en los quehaceres de la vida cotidiana. También se advierte, que está determinadamente despierta en la experiencia de llevar las capacidades de identidad a la vida de relación. Ve el Yo en el tú, y lo invita a emerger, confiando en la conexión del fondo con la forma en un concierto de amor. ¡Hermoso artículo!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio