Conciencia individual y conciencia colectiva

Estar despierto es ser consciente del potencial y actualizarlo en respuesta a los estímulos que nos ofrece nuestro entorno. Protagonizar la existencia es tomar conciencia de que esta es nuestra misión en este plano, así que no hace falta esperar que el exterior llame nuestra atención con sucesos especialmente notorios porque nosotros nos sentimos en todo momento participes y corresponsables de este entorno. De hecho en nuestra conciencia desaparece esta falsa distinción entre exterior e interior. 

Pero entonces se nos plantea el problema de los distintos ritmos con los que evolucionan el individuo y la sociedad; individualmente podemos progresar mucho más rápidamente que el colectivo y hay que procurar no olvidarlo si no queremos caer en el desánimo. Máxime cuando este colectivo se encuentra a todas luces paralizado, presa de un sistema económico y político que ha dejado de funcionar pero que todavía no cuenta con una clara alternativa y sigue moviéndose por pura inercia. 

En estos momentos asistimos a una pelea por las migajas: la inversión se retrae porque si antes el capital se llevaba 6 unidades de cada 10 producidas, ahora exige llevarse 8 y si no, no se arriesga. Se retrae porque antes, de las 6 que se llevaba, aceptaba devolver 2 a la colectividad en forma de impuestos y ahora no está dispuesto ni a devolver 1; y además exige que esta 1 se aplique al pago de la deuda que hemos contraído con él. ¿Cómo no vamos a contraer deudas con esta distribución del valor que producimos? ¿Cuántos años llevamos viviendo del préstamo porque es la única manera de fomentar el consumo y conseguir que el sistema siga funcionado? 

En los periodos de transición de un sistema a otro, la sociedad camina a un ritmo mucho más rápido al habitual, los líderes y los gobiernos actúan como una luz que despierta a los ciudadanos  y los anima a desarrollarse personalmente subiendo al carro del progreso social. Pero en estos momentos sucede todo lo contrario: los gobernantes preguntan a los ciudadanos lo que opinan mediante encuestas y defienden la opinión mayoritaria para que esta mayoría les vote de nuevo. Así que el mensaje que se difunde es un mensaje de sálvese quien pueda, el más retrógrado posible, aquel que presenta como enemigos de este reparto de migajas a los que el sistema ya ha marginado pero se resisten a desaparecer. 

Y todo está supuestamente amparado por la ley, como si las dictaduras no promulgaran leyes. Y se nos dice que son leyes democráticas, como si el nazismo no hubiera llegado al poder en Alemania por medio de elecciones democráticas. Aparte de que hay un poder que nadie ha votado y que se coloca por encima de cualquier gobierno elegido: la Comisión Europea. 

Este es el panorama que tenemos a nivel colectivo; un panorama oscuro en medio del cual la luz puede brillar especialmente. Y esta luz es la reivindicación de la dignidad del ser humano, en primer lugar de forma individual, en cada ser humano concreto y especialmente en todos aquellos que el sistema ha marginado. Los marginados son los que están desempeñando el papel más complicado en este llamamiento a la Humanidad para que recupere la conciencia de sí misma. Ellos nos dicen que toda ley que no contemple sus derechos es una ley injusta que debe ser denunciada.

Así que en las elecciones que se avecinan no penséis que vayáis a poder modificar nada a corto plazo con vuestro voto, pero procurad dar voz a lo que, por lo menos, intentan defender una sociedad verdaderamente humana en la que la existencia sea un derecho y el egoísmo una vergüenza. 

 

3 comentarios en “Conciencia individual y conciencia colectiva”

  1. Personalmente me parece que estamos en una vivencia de esclavitud social soterrada entre otras cosas por el mecanismo de consumo y por el manejo del ser humano a través de la apariencia y la confusión. Lo que tendría que ser el impulso del ser humano se ha convertido en un mecanismo de bloqueo de ese potencial.
    Esto obliga a que cada uno de manera personal busque esa otra dimensión desde donde se pueda llevar a cabo ese crecimiento. Creo que es lo que plantea éste momento y la única manera en que intuyo que tendría sentido tal situación.

  2. Muchas gracias por el artículo, Jordi. Desde luego es realmente necesario hacer estas reflexiones al ver el panorama que estamos viviendo y que a veces parece que asumamos como normal bien por resignación o por adormecimiento colectivo. Por eso se hace indispensable estar despiertos y aplicar el Trabajo a la realidad cotidiana; de hecho es nuestra responsabilidad en tanto que somos personas conscientes de la situación. La manera en la que podemos ayudar a evolucionar al colectivo es estando despiertos, ya que todos hemos experimentado que cuando despertamos los demás lo hacen con nosotros. Sin duda se trata de ejercitar el yo experiencia y vivir la realidad de manera cada vez más auténtica y comprometida. No cabe esperar grandes resultados, pero el hecho de que denunciemos la situación en la medida de lo posible y que hablemos de ella, seguro que aportará un rayo de luz y contribuirá, aunque sea a pequeña escala, a mejorarla.

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