La doctora María Isabel Rodríguez Fernández ha sido invitada a participar como ponente en el congreso de ADCA que está previsto celebrar en octubre del 2018. Es doctora en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Madrid, médico Psiquiatra y Master en Psicoterapia por la Universidad Autónoma de Madrid.
Además de realizar labores docentes en otras instituciones (Universidad Pontificia de Comillas, etc.), me llamó la atención saber que coordina la Cátedra Edith Stein: Antropología, psicología y espiritualidad de la Universidad de la Mística (Ávila). La finalidad de esta cátedra es dar a conocer las diferentes perspectivas antropológicas, dentro de la psicología, que superan visiones reduccionistas e integran la dimensión espiritual.
Podéis imaginar que tuve curiosidad por saber quién era Edith Stein, así que me fui a la web a buscar información sobre ella. Os cuento.
Edith Stein (Breslau 1891-Auschwitz 1942) es una filósofa y religiosa alemana de origen judío que fue víctima del holocausto nazi, tras producir importantes obras teológicas. Perteneciente a una familia judía, se convirtió al catolicismo y descubrió a Tomás de Aquino, Duns Escoto y San Juan de la Cruz. Su obra filosófica constituye un nexo fundamental entre el cristianismo y la fenomenología de Husserl, de quien fue discípula. Su tesis “El ser finito y el ser eterno”, escrita en 1933, no fue publicada hasta 1950.
Hija de una familia hebrea practicante, fue educada según las tradiciones de su pueblo y su religión. No obstante, pronto perdió la fe de sus antepasados a pesar de lo cual conservó un ideal moral intenso. Sedienta de verdad, se dedicó todavía muy joven a los estudios filosóficos frecuentando la Universidad de su ciudad natal y las de Gotinga y Friburgo de Brisgovia. En esta última fue discípula del filósofo Edmund Husserl y, después de haberse graduado en filosofía (1916), fue auxiliar del mismo durante breve tiempo.
Tras la muerte de un colega suyo, Adolf Reinach, vivió en casa de su viuda y se encargó de la ordenación de los textos del difunto. Allí se relacionó por vez primera con un cristianismo vivo, en el seno de una familia duramente probada por el dolor. El contacto con Max Scheler y, finalmente, la lectura de la Vida de Santa Teresa de Ávila la ayudaron a convertirse al catolicismo y en 1922 recibió el bautismo.
Entre 1923 y 1931 enseñó en el Instituto de Santa Magdalena de Speyer, perteneciente a la orden dominica y vivió junto a las monjas como una de ellas. En 1932 fue llamada al Instituto Germánico de Pedagogía Científica de Münster. Su actividad pública, sin embargo, se vio bruscamente interrumpida por el principio de la persecución contra los judíos, circunstancia que ella consideró propicia para realizar un sueño acariciado hacía largo tiempo y ofrecerse a Dios por la salvación de su pueblo. Así que solicitó ser admitida en el convento de carmelitas de Köln-Lidenthal. En el acto de la toma de hábito (1934) le fue impuesto el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz.
Durante el período 1930-1933 había escrito sobre temas de pedagogía y formación femenina. Los textos de estos años fueron reunidos en el volumen Formación y vocación de la mujer (1949). En el curso del primer año de vida carmelita escribió La oración de la Iglesia y El misterio de Navidad, dos interesantes opúsculos llenos de profundo y genuino sentimiento religioso. Luego, por consejo de sus superioras, compuso la monumental obra El ser finito y el ser eterno (1950), en la que examina todo lo creado e increado para llevar a cabo una síntesis entre Santo Tomás de Aquino y la filosofía moderna; en cuanto a esta última dio una preferencia singular a la ideología de la escuela fenomenológica de Husserl.
Cuando observó el recrudecimiento de la persecución contra los hebreos y advirtió el peligro que entrañaba su presencia para el convento, pidió ser trasladada al extranjero y en 1938 cruzó la frontera con Holanda siendo acogida en el convento de Echt. Allí escribió su última y segunda gran obra: La ciencia de la Cruz (1950), interpretación de la mística de San Juan de la Cruz a la luz del método fenomenológico.
Pero antes de dar fin al manuscrito fue detenida en agosto de 1942 por la policía alemana (Holanda había sido, mientras tanto, invadida y ocupada) y obligada por la fuerza a salir de Echt. Llevada primeramente al campo de concentración de Amerfoort y luego al de Westerbork, fue vista por última vez en la estación de Schifferstadt, en un vagón precintado, por una de sus alumnas, a la que dijo: «Saluda en mi nombre a las hermanas de Speyer y diles que me llevan hacia el Este…«. El viaje terminó en el campo de Auschwitz y en la cámara de gas.
En 1950 los editores Herder (Alemania) y Nauwelaerts (Bélgica) iniciaron conjuntamente la publicación, en cinco tomos, de las principales obras de la autora. Una interesante antología de las mismas vio la luz en Londres en una traducción inglesa de H. Graef (1956). Edith Stein fue beatificada en 1987 y canonizada en 1998 por Juan Pablo II.
Fuente: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/stein_edith.htm
Será todo un privilegio escuchar la voz y la experiencia de Maribel Rodriguez de cara al congreso sobre la figura de Antonio Blay. Aunque, como todavía quedan unos meses, mientras vale la pena adentrarse en la obra de Edith Stein.
Muchas gracias Pilar por tu investigación
Bien importante ha sido en mi vida poder observar y tener en cuenta el ejemplo de escritores, filósofos, místicos…tantas personas que a lo largo de la historia nos han dejado el camino un poco más claro, más fácil….con su ejemplo dicen que se puede romper esa inercia que muchas veces nos impide mostrar grandeza. Gracias Pilar
Gracias Pilar. Es muy interesante conocer un poco más a personas que se dedicaron en vida y alma a la filosofía y la espiritualidad. Nos abren caminos para poder leer, y comprender, para así ir ampliando puntos de vista.
Si os interesa profundizar en esta autora hay un libro publicado por la Editorial Trotta que trata justamente de la empatía. La referencia es:
Edith Stein. Sobre el problema de la empatía. Editorisl Trotta.
Me llama la atención que siendo judía se convirtiera al catolicismo, porque eso está «muy mal visto» entre los judíos. No sabemos qué pudo pasar.
Es de resaltar la fortaleza que supone un cambio de estas dimensiones, aunque no sepamos sus causas, posiblemente tenga que ver su honestidad en la búsqueda de la verdad.
Muy interesante la vida y obra de Edith Stein, al leerlo uno cae en la cuenta que siempre ha habido, hay y habrá personas que dedican su vida a desentrañar los misterios de la vida, pero sobre todo, como es el caso, a romper muros que a primera vista parecen infranqueables, actuando de esta forma, en una realidad que nos comprende y contribuyendo a la evolución del ser humano como colectivo. Gracias Pilar.
Muchas gracias Pilar por acercarnos a la figura de esta valiente, luchadora y entrañable mujer. Sin duda una experiencia de vida muy interesante que nos puede servir para darnos cuenta del potencial ilimitado que somos. Con su ejemplo vemos que cuando se actúa desde el Fondo no existe nada que nos impida vivir en base a lo que somos por muy complicadas que sean las circunstancias externas.