No dependamos del exterior

Pero como hasta ahora yo estoy pendiente de las situaciones exteriores, como mi valoración la hago en relación con el mundo, con la gente, con las situaciones, entonces mis emociones dependen del acontecer, de la valoración que yo hago de las situaciones. Así, yo no vivo lo que soy en mí, sino que vivo sólo mi transacción con el mundo; y este modo particular de relación lo vivo como si fuera mi realidad, fuera mi inteligencia, mi felicidad. O sea, que estamos viviendo fuera de nosotros mismos. Estamos viviendo lo que es sólo una expresión nuestra como si fuera nuestra identidad. Y hasta que no descubramos que nuestra identidad está detrás de toda relación, y que ninguna relación puede afectar esencialmente a nuestra identidad -pues desde el principio al fin es siempre la misma-, estaremos pendientes de lo exterior, estaremos sobre un terreno completamente falso.

Sólo cuando llegamos a intuir clara y profundamente, y sacamos las consecuencias prácticas, inevitables, de esta intuición de que el yo profundo es energía, es inteligencia y amor-felicidad, entonces es cuando en nuestra personalidad se irá expresando esto mismo. Al aceptar y afirmar el núcleo, se abre la puerta, y entonces esta energía-inteligencia-felicidad puede exteriorizarse. Y se exterioriza siempre desde el centro, con total independencia de lo que pase, de lo que me ocurra, pues ya no es mi cotización externa la que valoro, ya que he aprendido a centrarme en mi naturaleza profunda, esencial, mía; tan mía que nada ni nadie la puede alterar. Es el centro que es la Fuente de toda mi personalidad. Y este centro es inalterable porque está anclado en la eternidad, está anclado en la naturaleza absoluta del Ser que es Dios. Por lo tanto, al afirmar esto estamos afirmando algo Real; no algo que podría llegar a ser, sino algo que ya Es, lo sepamos o no, lo reconozcamos o no. Pero que al no aceptarlo, al no verlo, y creer que yo no soy eso, sino que soy sólo unas experiencias relativas, pequeñas, contrapuestas, solamente permito que mi realidad profunda se manifieste de un modo relativo, pequeño y contrapuesto, y eso me hace vivir en la incertidumbre.
   

Aquí, pues, tenemos un campo extraordinario de trabajo para la mente, pero en su nivel profundo. No para añadir unas cuantas ideas más a las muchas que ya tenemos; no para aumentar el contenido del campo mental, sino para descubrir, identificar y realizar de un modo real nuestro verdadero núcleo de identidad personal: el Yo Soy. Decir Yo Soy, es decir que soy lo que son atributos básicos del Ser: Energía, Inteligencia y Felicidad. Cuanto más yo pueda ver y aceptar claramente esta afirmación en mi interior, más esta energía encontrará el camino abierto. Pero si yo dudo o niego lo que soy básicamente, cierro el paso, y entonces quedo pendiente del exterior, de cómo me relaciono con el mundo y de cómo el mundo se relaciona conmigo. Dejo de ser yo mismo para convertirme en una relación; una relación siempre variable, incierta y cambiante.
  
Este trabajo, que comporta el cambio desde mi modo de sentirme pendiente de la relación con el mundo (y de valorarme del mismo modo), hacía sentirme directamente a mí mismo y a valorarme por lo que soy, es un trabajo esencialmente de la mente; es el trabajo de Realización central de uno mismo. Porque esto que yo soy he de aprender a serlo conscientemente en todo momento; he de aprender a vivir con este reconocimiento que abre el camino, abre la compuerta, y permite que lo que ya está dentro se manifieste, dentro y fuera de mí. Entonces mis modos de sentirme, de ser y de hacer, no están «colgados» del exterior sino que estaré constantemente autodeterminado; empezaré a ser Yo mismo. Me ajustaré inteligentemente a la situación exterior, me adaptaré a lo que convenga hacer, pero sin dejar de ser en ningún momento esto que soy: este Yo-energía, este Yo-inteligencia, este Yo-amor-felicidad.
  
Práctica
  
Para hacer este trabajo fundamental de realización a través de la mente, es preciso que la persona reflexione profundamente sobre esta intuición que tiene del Ser íntimo de sí mismo, y que dedique todos los días de 15 a 20 minutos a ver esto claro: la naturaleza profunda de uno mismo. Y luego, hacer la afirmación de «Yo soy energía»; y que al decir «yo» se viva la resonancia clara, real, de sí mismo; no una idea teórica, alejada, representativa, sino que «yo» sea una resonancia profunda. La resonancia profunda que siento de mí mismo en los momentos de mayor importancia de mi vida, en los momentos más solemnes, este «yo» (o mí mismo) es lo que debe sentirse; y sintiéndolo, afirmar «Yo soy energía», energía básica que me viene de la Fuente infinita. Y este Yo siempre será energía y nunca podrá dejar de serlo.

Repetimos: no debe confundirse la energía que yo soy con la energía que tengo. La energía que yo tengo en un momento dado puede fallar; en un momento de debilidad orgánica mi energía vital disminuye, pero yo sigo siendo energía. Es importante mantener esta noción clara de «soy energía», y entonces este «ser» se convertirá en «tener». Pero mientras me apoye en el «tener», éste puede vaciarse o alterarse y entonces no encuentro la manera de reponer este tener. Es sólo instaurándose en la Fuente, afirmando la naturaleza en sí de esta Fuente del Yo -Fuente de energía-inteligencia-amor-, como se mantiene la idea abierta, la idea positiva que permite que la energía, la inteligencia y la felicidad interiores se expresen. Entonces podremos vivir todas las situaciones desde esto que somos. No con lo que el exterior nos dé. No tendremos que ir mendigando alabanzas, seguridad y protección del exterior. Entonces podremos dar. Y descubriremos que cuanto más demos y expresemos energía, comprensión-inteligencia y amor-felicidad desde este centro del Yo, más va creciendo y nos va llenando todo esto, y más se convierte en una irradiación efectiva, eficaz, constructiva, en todo el ambiente que nos rodea.
  
   Extracto del libro “Personalidad y niveles superiores de conciencia”

6 comentarios en “No dependamos del exterior”

  1. Como siempre Blay nos acerca a algo mucho más sutil y profundo que está en otra dimensión diferente de la ordinaria o habitual. Solo leer un texto suyo quedas colocado ipso facto en un nivel de conciencia mucho más sutil, un nivel que no podemos dejar que quede absorbido por la mecanicidad de la realidad ordinaria.
    Muchas gracias Imanol por tu elección, pot ayudarnos a tener presente la realidad

  2. Totalmente de acuerdo con Miquel, cuando leo los artículos o reflexiones de compañeros me ayuda y me coloco en un nivel distinto, centrada.
    Normalmente recurro a releer todo el trabajo hecho y en cualquier situación conflictiva o no de mi vida cotidiana recurro a recordar el potencial que soy, así la respuesta es gratificante y la mejor que puedo dar en ese momento.
    Gracias por el artículo!!

  3. Lo que propone Blay es llegar a vivir la libertad total de Ser y sólo de leer éstos fragmentos los pelos a veces se me ponen de punta.
    Muchas veces me he planteado como no es más leído o seguido Blay…quizás sea que es dificil de creer que ésto que propone sea algo realizable. Gracias a todos los que haceis que lo sea.

  4. La vivencia de la realidad que propone Blay sin duda es la única que puede hacernos vivir en plenitud. ¿Cómo podemos dejar para cuando el personaje nos deja tiempo un Trabajo que nos lleva a esta felicidad intrínseca y por tanto única? Si nos paramos a observarlo es incomprensible. En mi caso, al leer a Blay, las ganas de profundizar en esta experiencia de vida crecen por momentos. Me emociona e ilusiona ver el mundo de posibilidades que tengo por delante, así que no quiero perder tiempo en explorarlo. Estoy de acuerdo contigo Laura y he pensado lo mismo muchas veces: ¿cómo es que Blay no tiene más seguidores? Supongo que es porque en general no nos damos cuenta de que vivimos sumidos en un profundo sueño. Yo hace tiempo elegí qué camino quiero tomar; cada día que pasa esta decisión que me hace tan feliz y que es lo que da sentido a todo se reafirma con más fuerza, más si cabe cuando leo estas enseñanzas. Gracias Imanol por acercárnoslas.

  5. Lo que más me llega del artículo es cuando habla de la energía que tenemos y la energía que somos.
    Está muy bien hecha esa distinción, porque, a veces , me encuentro cansado y sin fuerzas. Entonces es conveniente tener clara esa distinción.
    Cuanto más vivo, experimento, esa energía, más me doy cuenta de lo que soy. Y no hacen falta grandes cosas. Sencillamente situarse en el hacer.

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