El Potencial que somos, la capacidad de ver amar y hacer que somos, se actualiza en respuesta a los estímulos que nos llegan del exterior. Estamos en continuo movimiento de intercambio con este exterior que a la vez nos sirve de estimulo. Necesitamos sostener nuestro cuerpo para, a continuación, ponernos a entender, integrar y trasformar las circunstancias que se nos presentan y en el seno de las cuales existimos. Es un intercambio que redunda en un crecimiento mutuo: yo me desarrollo en el mundo y el mundo evoluciona gracias a mí.
Nuestra existencia requiere no solo los alimentos que necesitamos para mantener nuestro organismo, sino también las dificultades que tenemos que vencer, las injusticias que tenemos que remediar y los aspectos de la realidad que tenemos que comprender. La idea de que somos algo independiente de todo esto es una fantasía carente de sentido. Sin alimentos podemos durar unos pocos días, sin aire, que es nuestro espacio colectivo, unos pocos minutos; y sin impresiones de la mente, que es la realidad en la que existimos, ni un segundo.
Pero además, en nuestro camino hacia la autorrealización, necesitamos atravesar y resolver determinadas circunstancias; y estas circunstancias son justo las que la existencia nos presenta. Cada día vivimos infinitas percepciones de la realidad, pero sólo prestamos atención a aquellas que no sabemos manejar porque destacan como algo extraordinario y ajeno a nuestras previsiones; situaciones imprevistas, buenas o malas. Lo que para otros es irrelevante para nosotros resulta importante; y somos nosotros quienes le atribuimos importancia. No hay existencia más triste que la de aquel que no tiene nada que destacar en su jornada. Y sin embargo, a veces nos instalamos en el deseo de que “no pase nada”.
Por suerte no dejan de pasarnos cosas, es un cable que nos echa lo Superior. Porque nosotros nunca hubiéramos solicitado las experiencias que nos han causado dolor pero nos han obligado a crecer. Y nunca hubiéramos descubierto que el hecho de crecer es lo que consigue que los problemas desaparezcan.
Si miramos con un poco de objetividad veremos que nuestra aportación al mundo difícilmente compensa todo lo que recibimos de él. Hemos recibido el regalo inmenso de existir, un regalo que desde nuestra limitada forma personal nunca podremos pagar; pero tenemos el vicio de considerarnos el centro del mundo y de juzgar la realidad en función de si se pone o no al servicio de nuestros intereses personales. Así que no solo no agradecemos lo que recibimos sino que encima pedimos algo diferente.
Este sinsentido desaparece a medida que ampliamos nuestra noción de existir; no se trata de ser humildes y ponernos a un lado sino de tomar conciencia de todo lo que incorpora nuestro yo experiencia individual: el cuerpo físico, nuestras sensaciones, sentimientos, conocimientos, relaciones y habilidades. Después podemos observar también nuestro yo experiencia social, nuestra participación en diferentes colectivos: desde la familia, la empresa, el pueblo, el estado hasta la propia humanidad; con toda su historia, su desarrollo filosófico, científico, moral, político y espiritual.
Todo esto está a nuestra disposición por el solo hecho de haber nacido; otra cosa es que lo aprovechemos o no, que lo hagamos nuestro y enriquezca nuestra personalidad. Porque puede que lo consideremos de poco interés al lado del feo que nos hicieron la semana pasada en una reunión familiar o de lo difícil que nos está resultando conseguir un crédito para cambiar el coche.
Como dice el Padrenuestro: danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. El pan de cada día son las dificultades que tenemos que resolver y la injusticia desaparece en el momento en que dejamos de ser mezquinos y nos abrimos a la realidad que somos.
Enriquecer el yo experiencia desde la toma de conciencia(auto observación)para ampliar nuestra noción de la existencia. Gracias por estos textos.
A mí que se me atraganta el pan cada dos por tres, me da miedo rezar el padre nuestro cuando llega a este trozo porque la realidad es que instalarse en la rutina y en el que «no pase nada extraordinario» es tentador. Pero la realidad que comenta Jordi de que las dificultades, las situaciones de dolor, o de incomprensión son los terrenos abonados que pone la existencia para el crecimiento…creo que todos lo hemos vivido, y de echo muchos de nosotros llegamos al Trabajo gracias a estas dificultades.
Si consigues instalarte en esa rutina y que no pase nada extraordinario explícanos cómo lo has hecho que lo probaremos. Pero en la práctica es más aconsejable llegar a un acuerdo con Dios respecto de la dieta.
¡¡¡¡¡¡ Menuda verdad ¡!!!!!!!!!!!! Gracias Jordi, por refrescarnos la memoria y la vida.
Cuantas veces? estando bien dormiditos y no en la cama, sino en el sueño de otra realidad, nos parecía que este mundo es muy cruel con nosotros, que incluso está en nuestra contra para fastidiarnos, que nos pasa lo peor, lo que no ocurre a nadie………., eso de, ¡!!!!!! que he hecho yo, para merecer esto!!!!!!!!!!!!…….., y cuando vivimos conscientes, cuando estamos en la calma, en la Realidad con mayúsculas, en la Verdad más profunda de todo; es decir sin vivir las pesadillas de ese sueño que nos hace vivir la vida en la queja y el sueño profundo de las ideas y las ilusiones, cada inspiración es una gozada constante, cada mirada al exterior, solo vemos motivos para el agradecimiento, todo, todo es una danza de belleza, armonía y de regalos que nos vienen porque sí.
Toda la felicidad nos viene cuando vivimos despiertos y somos conscientes de algo más que las dificultades, con las que nos peleamos y de las que nadie quiere saber nada, pero cuando miras atrás y ves el antes y el después de una grave situación, que nos ha regalado la vida, es decir (Dios) vemos como hemos aprendido, hemos visto los errores, hemos salido como renacidos a una conciencia superior y es para agradecer de nuevo, ya no somos esos niños insoportables, que se quejan de todo y solo exigen a sus padres sus caprichitos, momentáneos y absurdos, con llantinas, gritos y enfados. Menos mal que dicen que lo Dios es inmutable, sino nos hubiera aplastado como una mosca pesada o mosquito de los que pican y pican y se hinchan de nuestra sangre, que no nos deja vivir tranquilos.
Gracias a Dios la Realidad no tiene nada que ver con lo que nos parece real a nosotros casi la mayor parte de nuestra vida.
A mí lo que me sugiere todo este trabajo es como dos fases diferenciadas aunque intuyo que en el fondo es un proceso natural sin separación posible; una donde parece inevitable el prestar toda la atención al descubrimiento del propio funcionamiento interno para constatar por donde sopla el aire y otra donde descubierto esto y ampliada la consciencia de uno mismo se hace inevitable el volcar la atención hacia ese Yo social y ver qué es lo que puede aportar uno en el mundo. Sospecho que aquí está el verdadero peligro de quedarse estancado regodeándose en el propio proceso evolutivo personal sin devolver a la existencia eso que con tanto amor a depositado sobre uno y de esta forma mantenerse al margen o no participar de la recreación de la existencia.
Sí, en verdad es un proceso natural con un peligro latente de acomodamiento, que a veces deriva hacia un yo:si, y los demás: no, más o menos inconsciente. Un bastón en el que apoyarnos para transitar por este terreno es ser consecuente con esta ampliación de consciencia personal, porque entonces desoir las necesidades que vemos en el entorno es como tener un ataque de apendicitis y quedarse en casa viendo la tele.
Hace tiempo vi.claro que.gracias a una.determinada situaciom vivida la cual no entraba en mis planes desarrolle habilidades que no sabia que tenia,habia algo en mi que me empujaba y deseaba constatar que podia hacer algo. Entonces entendi » el que busca encuentra ‘ Fue empezar a caminar y darme cuenta que la.vida me daba todo lo que estuviera dispuesta a vivir.
También, a mi entender, puedo rezarle a la Madre Divina, en estos tiempos de Acuario o de las energías femeninas.
Os entrego dos pinceladas de mi historia:
Ya había hecho la primera comunión, y en el bachillerato buscaba más a Dios en las maravillas de la física, la química y las matemáticas, que en la propia religión.
No era una lumbrera y sí una persona voluntariosa, y tanto mentalismo me sofocó. Así que pasé, para poder respirar, a la experiencia y a la celebración.
La celebración en el canto, el baile, la vida comunitaria y los sacramentos.
Finalmente, accedí a los vastos reinos de la Conciencia.
Y así fue como descubrí mi vocación; por supuesto, sin dejar de admirar las ciencias naturales.
Por último os quiero decir que, como todos, he pasado por etapas de desorientación y de dificultades.
Creo que si vamos despertando, ir hacia Dios se nos vuelve una Hermosa Búsqueda; porque Le vamos encontrando y nos vamos encontrando.
Bendito sea el Padre y Madre del Cielo y de la Tierra, amén.
Muchas gracias por vuestra atención.
Gracias a ti Ricard y bienvenido. Tienes razón, el pan está hecho de trigo y el trigo nos lo da la Madre Tierra.