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  • #2415
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    [font=Arial][size=100]Este es un artículo cuya finalidad es incrementar la conciencia delo que está sucediendo.  En estos momentos el sistema sanitario ya está saturado y el personal agotado. No hay oxígeno para todos los pacientes que lo necesitan. Es urgente aislarse en casa para reducir la propagación de la infección tanto como sea posible, no para eliminarla porque todavía no hay medicamentos para eso, solo para posponer el contagio de manera que la sanidad no se vea desbordada. Esto solo se puede hacer de una manera, con aislamiento social: que la gente se quede en sus casas tanto como sea posible, durante el máximo tiempo posible hasta que esto retroceda.

    [/size][/font][font=Arial][size=100]Hay varias etapas para el control de una epidemia, empezando con anticipación y terminando con la erradicación. Pero ya es demasiado tarde para la mayoría de las opciones. Con este nivel de casos, las dos únicas opciones que los políticos tienen en frente son la contención y la mitigación.
    [/size][/font][font=Arial][size=100]
    La siguiente imagen muestra los datos de Cataluña desde el 25 de febrero hasta anteayer, como podéis ver la epidemia se expande de manera que cada persona infectada se lo transmite a otros cuatro, así que hoy debemos estar en los 2036 infectados. Y eso que la Generalitat ha cerrado un foco importante de manera que nadie puede entrar o salir de Igualada y cuatro pueblos cercanos.

                                                                             
    [/size][/font][font=Arial][size=100]
    La actuación de las autoridades chinas ha sido radical, por eso lo han podido contener. Para evitar el colapso de los hospitales hay que disminuir esta tasa de contagio. Y esto solo se puede con medidas de contención. En Wuhan la gente ha estado confinada en casa y se les ha suministrado el alimento en casa.

    [/size][/font][font=Arial][size=100]En la gráfica siguiente se puede observar lo que sucederá si no lo conseguimos: habrá un pico de enfermos que el sistema sanitario será incapaz de absorber. Si de media tenemos ahora entre diez o veinte contactos cada día con otras personas deberíamos conseguir tener menos de tres o cuatro. Y con las medidas que propone el gobierno esto no se va a conseguir, tienen que ser mucho más radicales.

                                                                              

    [/size][/font][font=Arial][size=100]En estos momentos tenemos una tasa de transmisión de la enfermedad de 4 y hemos de conseguir bajarla hasta 2 para controlar la epidemia y a menos de 1 para superarla. Y no lo estamos haciendo, en primer lugar porque el Gobierno no pone las medidas adecuadas y en segundo lugar porque la población no las toma en serio.

    [/size][/font][font=Arial][size=100]En la gráfica siguiente podemos ver cómo está evolucionando esta tasa en diferentes países que han empezado antes que nosotros y podrían servir de ejemplo de cómo hemos de actuar. Y es evidente que no lo estamos haciendo: en Italia están alcanzando el 1,5, en Francia el 2 y nosotros seguimos en el 4 sin cambiar nada. Lo mismo que en EE. UU. que también van a tener un problema brutal.

                                                                             

    [/size][/font][font=Arial][size=100]Para que la tasa se rebaje, además de las escuelas, los bares restaurantes y cines es necesario cerrar las empresas, las tiendas, y el transporte público. Y las peluquerías. Sólo las farmacias y las tiendas de alimentación pueden permanecer abiertas. Y la población ha de permanecer confinada y precisar de autorización para desplazarse.

    [/size][/font][font=Arial][size=100]Cuanto peores la situación, más estricto debe ser el distanciamiento. Porque cuando el virus está fuera de control, la única medida que funciona es que todas las zonas infectadas dejen de propagarlo a la vez. Esta estrategia de ir incrementando las medidas gradualmente le da al virus un tiempo precioso para continuar expandiéndose. Si queremos estar seguros hemos de emplear el estilo de Wuhan.

    [/size][/font] [font=Arial][size=100]Y otra cuestión a tener prevista son las consecuencias económicas que se derivan de estos cierres. En estos momentos los comercios, bares y restaurantes que han tenido que bajar las puertas por la situación sanitaria se verán abocados a cerrar definitivamente si han de seguir pagando los salarios de los empleados, los alquileres, los mínimos de luz, agua y gas y los autónomos.

    [/size][/font][font=Arial][size=100]Son negocios que están constantemente en el límite porque tienen una baja rentabilidad. Decirles que podrán aplazar el pago de los autónomos hasta 6 meses es una broma porque no van a poder subsistir 6 meses. Y decirles que puede pedir un crédito porque el Estado ha abierto una línea a través del Instituto de Crédito Oficial es una burla, porque ya os podéis imaginar al señor del bar de la esquina rellenado los impresos y presentando los balances que le pedirá el Instituto de Crédito Oficial solo para comunicarle al cabo de un tiempo que se lo deniega.

    [/size][/font][font=Arial][size=100]En resumen,solo podemos hablar de estupefacción ante las medidas que ha presentad el gobierno. Como decía un chascarrillo publicado en el WhatsApp de la Junta: para evitar el contagio podemos ir a trabajar, después ir al banco, luego a comprar pan, sacar el perro, comprar unos cigarrillos en el estanco y hacer cola en la carnicería, la frutería, la pescadería y el súper. Y además nos podemos graduar la vista en la óptica, recoger el edredón de la tintorería, cortarnos el pelo y coger el coche para poner gasolina.

    [/size][/font][font=Arial][size=100]Eso sí, con mucha unidad, y advertidos de que nos pueden sacar el ejército si no cumplimos las instrucciones. Por desgracia, aquí lo único que podrá remediar este desaguisado será la responsabilidad personal de cada uno. A no ser que formemos parte del sector sanitario, que ya lleva días sacrificándose por la población desde todos los puntos de vista, lo que debemos hacer es exigir que podamos trabajar desde casa y también que se tomen medidas reales para conseguir que esta situación sea lo más corta posible.

    [/size][/font][font=Arial][size=100]Y que, de la misma manera que nos gastamos 60.000 millones para salvar a la banca, se arbitren las medidas necesarias para sostener a las familias que se encontrarán con una nueva recesión económica que hace días que se espera y que ahora será un hecho. A ver si somos capaces de inventar un sistema económico que no dependa de la Bolsa.

    Un abrazo.[/size][/font]

    #2416
    Marga
    Superadministrador

    Gracias Jordi por la información. Con lo que nos has contado nos podemos hacer a la idea del problema tan terrible al que nos estamos enfrentando y lo imprescindible que es, estar todos a una y poner todo nuestro potencial de inteligencia, amor y energía para que, el virus, no se propague tan rápido y así no tener que lamentarnos por no hacer lo que como seres humanos es necesario y urgente en estos momentos, es decir, aislarnos por nosotros y por los demás… 

    #2417
    Cruz
    Superadministrador

    Gracias Jordi, por esta publicación que explica muy claramente el problema que estamos viviendo. Una epidemia que si no nos la tomamos en serio, no parará de expandirse.
    La epidemia nos concierne a todos, y para luchar con ella hay que aislarse y disminuir el contacto con otras personas. Y aunque eso tiene que ser así las medidas tomadas por el gobierno, son tibias al permitir que sigamos con nuestra vida, salvo las relaciones sociales. 
    Yo trabajo en la administración central, y el viernes lo único que hicieron es pedirnos nuestros datos personales de contacto. Sin dar más respuesta al hecho de que nos tengamos que juntar muchas personas en un edificio, donde además se atiende al publico. Como medidas, para que parezca que se hace algo, han puesto carteles para que la gente se separe del mostrador y bandas en los bancos para que nadie se siente. Dado su silencio, en base a las especiales circunstancias, les he solicitado me faciliten el teletrabajo, y así poder hacer mi trabajo desde el ordenador aislada en casa. Hay que tomarse el aislamiento muy en serio, por eso creo que aunque nos pongan pegas en el trabajo, debemos exigir que nos faciliten el teletrabajo, o cualquier medida, que reduzcan los paseos, recorridos y posibles encuentros con otras personas que puedan transmitir la enfermedad.
    Aunque ya llevamos más de un mes con infectados en España, creo que la población no era muy consciente del problema. Para muchos el problema estaba en Madrid, y no en mi comunidad donde casi no había llegado. Se seguía con una vida de múltiples encuentros con otras personas, salvo si eras madrileño, o estornudabas …, que te miraban con recelo. Hasta el viernes «la vida seguía igual». Desde entonces estoy aislada, y mi intención es seguir así. Aunque me gustaría que sea poco tiempo, será lo necesario hasta que se reduzca el porcentaje de propagación. 

    #2418
    Mónica
    Participante

    Gracias Jordi por el artículo, en nosotros está la responsabilidad de tomar conciencia y tratar este tema con total seriedad y mantenernos en nuestras casas aislados  para que el virus no se siga expandiendo más. Sin caer en el miedo. Estoy de acuerdo con Marga, esto nos lleva a poner todo nuestro potencial de inteligencia, amor y energía.
    Las medidas que se han tomado son insuficientes y han llegado tarde, creo que tienen que ser mucho más contundentes y efectivas.

    Un beso para todos.
     

    #2419
    Javi
    Participante

    [font=Arial][size=100]Gracias Jordi. No deja de parecerme algo paradójico que el aislamiento sea la mejor forma de contribuir a lo colectivo. Os dejo lo mejor que he encontrado sobre cómo afecta aislamiento en la curva de contagios. En inglés, pero merece la pena:

    Crecimiento exponencial del virus y como aplanar la curva. (https://www.washingtonpost.com/graphics/2020/world/corona-simulator/).

    [/size][/font]

    #2420
    David
    Participante

    Hola a todos, 

    Me ha parecido interesante el siguiente articulo que insiste en la necesidad del confinamiento. Un ejemplo de lo que podria ser una mala gestión es el dato que proporciona para la ciudad de Paris

    [url=https://medium.com/tomas-pueyo/coronavirus-por-qu%C3%A9-debemos-actuar-ya-93079c61e200]https://medium.com/tomas-pueyo/coronavirus-por-qu%C3%A9-debemos-actuar-ya-93079c61e200

    [/url]El viernes la horquilla estimada para Paris era entre 24.000 y 140.000 y hoy (16/3) ya es de 50.000 a 300.000

    Y este también creo que resume la situación actual desde una perspectiva bastante amplia

    https://xavierferras.com/2020/03/coronavirus-la-naturaleza-no-negocia/

    Animos

    #2421
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    El modelo que aporta Javi es clárisimo. Y también lo es que hay que inmovilizar a 7 octavas partes de la población, cosa que es muy diferente de impedir que toda la población se mueva por 7 octavas partes del territorio que es lo que promueven las medidas del gobierno. Y puesto que el virus no tiene fronteras, igual va siendo hora de que nos gobiernen desde la ONU.

    #2422
    Joaquín Alberto
    Participante

    Gracias Jordi. Desde el primer momento se ha actuado mal empezando por la celebración del  8M  pasando por la celebración del acto de Vox  y rematando el asunto aparece  Pablo Iglesias en la reunión del Estado de Alarma estando de cuarentena. Pedro Sánchez  actuó a remolque de lo que hacían cada una de las distintas autonomías. Mostrando un poder de decisión y liderazgo  bastante bajo. Las medidas se debían haber tomado antes y sobre todo viendo lo que sucedía en Italia. Viendo el ejemplo de nuestra casta  político y la picaresca española así avanza el corona virus.

    #2423
    Imanol Cueto Mendo
    Superadministrador

    Muchas gracias Jordi por abrirnos los ojos a la realidad como siempre acostumbras hacer. Últimamente escucho una frase recurrente que se
    repite como un mantra en diferentes medios de comunicación: “el virus no atiende
    a fronteras”, y a mí esto me lleva a una reflexión.

    Pareciera que el único ser que actúa con normalidad en estos momentos es el virus ya que se dedica a lo suyo, a contagiar e infectar todo lo que se encuentra a su paso. Y curiosamente los hombres somos incapaces de ponerle fronteras porque nos comportamos de manera “anormal” desde el mismo instante que perdemos de vista lo que demanda la situación: un conjunto de personas conscientes de participar en un colectivo cuyo fin es fomentar la solidaridad entre sus miembros y la protección de aquellos que lo precisan; ya tengan 20 años, 40 años o 90 años con patologías previas.

    #2424
    ESTER
    Participante

    Buenas tardes,

    esta situción viene a ser como una colleja, una señora colleja!!!!

    Pero no nos damos por aludidos. A lo mejor tiene que ser más fuerte o a lo mejor es que nos gustan….

    Un abrazo virtual, que es el único que se permite!

    #2425
    Javi
    Participante

    Con tanta información, y aunque las matemáticas no engañan, uno no sabe si el pesimismo y la decepción están teniendo un protagonismo excesivo. De la misma forma que las situaciones límite nos obligan a despertar en el plano individual, ahora se presenta un cambio en el que la sociedad y el planeta entero debe responder como un solo cuerpo. Creo que Blay decía que se realizaba el planeta como sistema. La conciencia abierta y expandida incluye y amplía, así que no debemos perder de vista el trabajo incansable de muchas personas y de otras tantas que están ofreciendo ayuda. Seguramente la mayor parte de población está actuando adecuadamente fluyendo entre el miedo y la conciencia, y los políticos hacen lo que pueden, lo que no debe impedir denunciar las decisiones que uno cree mal tomadas. Esto también pasara, y quedará algo mejor.

    #2426
    Carlos
    Superadministrador

    Por añadir algún dato más.:
    Ahora mismo la estrategia a seguir es el confinamiento.  Hay países que han hecho otras cosas (Corea del Sur confinando sólo a los infectados y haciendo para ello  masivamente test de coronavirus en las calles, con buen resultado) pero no es nuestro caso. 
    A efectos prácticos hay que entender que cualquier persona con la que nos crucemos por la calle, e incluso nosotros mismos, podemos estar infectados y contagiar. Esto es debido a que el periodo de incubación es de 2-14 días y, aunque no se sabe bien  es posible que durante ese tiempo  o en parte, se pueda contagiar. Por lo que las medidas de protección deben ser universales. La OMS no recomienda la mascarilla por miedo a un desabastecimiento mundial y que no haya disponibles para los sanitarios. Yo sí la recomiendo: hacéos una casera, un pañuelo en la boca y nariz  al estilo de los cow boys cuando asaltan bancos es mejor que nada. 
    No es como una gripe porque su mortalidad es mayor. La gripe produjo en  España una mortalidad   en la temporada  pasada de un 0,02% , esta pandemia 3,3%. 
    Aunque parezca lo contrario este virus produce una enfermedad leve en un 81% de los casos. En otro 15% es necesario ingreso hospitalario que se resuelve bien en unas semanas con terapia de apoyo, normalmente con oxígeno es suficiente. El otro 5% necesita ingreso en UCI para tratarle con un respirador  (respiración asistida) y en estos es en los que se acumula la mortalidad. 
    El problema es que se están saturando los servicios sanitarios y se puede llegar al colapso si no se aplana la curva de  la epidemia. Esto quiere decir que los casos no se deben producirse en pocos días, porque los pacientes que precisen hospitalización o UCI serían tantos que no podrían ser tratados. Hay que intentar que los infectados lo hagan en un periodo más alargado  de tiempo,  y no en pocos días. Para ello, tal y como dice Jordi, hay que conseguir que la tasa de infectabilidad sea mucho más baja   (1 o 2: una persona tan solo se lo transmita a otra), y eso solo lo podemos conseguir con el aislamiento más estricto, el confinamiento domiciliario.
    Los efectos sobre la economía mundial serán terribles. La mortalidad que la pobreza pueda provocar la desconocemos pero ya hay voces que aseguran que será mucho mayor que la de la epidemia. Algo tendrá que cambiar después de todo esto. Y a lo mejor hacernos menos egoístas dándonos cuenta de que algunos podemos vivir con menos para que todos vivan con más. El mundo financiero me parece más difícil que cambie.

    POR CIERTO, QUE NO SE ME OLVIDE. HAY QUE FORTALECER EL SISTEMA INMUNITARIO. Uno de sus mayores enemigos es el miedo. Me viene a la mente la canción de  Rosana: Vivir sin miedo

    https://www.youtube.com/watch?v=-itbA8sE18o

    Un abrazo a todos

    #2427
    Rosa
    Participante

    Connuestra  acción invasiva y disruptora  infectamos la lógica de la naturaleza,  alterando su equilibrio y provocando lareacción que ahora padecemos entre otras, como incendios, huracanes y lluvias
    torrenciales, más el sufrimiento de todas las criaturas afectadas. Sobre este vapuleo
    que nos presiona para salir de la inercia que nos impone el modelo, sigue en
    cadena el hundimiento económico por errores de injusticia y desigualdad en la
    gestión de los recursos globales.Plantearlocomo un reto y actuar para que la globalidad no sea propiedad de unos pocos que
    la manejan a su antojo, según le conviene a los intereses creados por el poder
    inmediato y determinante del dios dinero.

    #2428
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    [size=100]Dice el filósofo existencialista Karl Jaspers que tomamos conciencia del ser cuando todos nuestros conocimientos, nuestras relaciones y
    técnicas no pueden evitar que algo suceda. Normalmente estas situaciones son personales: un accidente, una enfermedad mortal…, en algunos casos afectan a una determinada colectividad: un terremoto, una epidemia localizada… pero en estos momentos estamos enfrentando una situación que implica a toda la humanidad. Y parece que lo único eficaz que podemos hacer para resistir es quedarnos en casa.

    Es como un macro ejercicio de despertar a nivel mundial: deja de prestar atención a lo que tienes y a lo que haces y ocúpate de ti. Y es
    curioso porque da la impresión de que muchos prefieren correr el riesgo de morir antes que romper su rutina.

    No sabemos cuántos días va a durar esta pandemia, ni tampoco cuantos vamos a sobrevivir a la misma. Lo que está claro es que, una vez
    superada, las empresas, las instalaciones, la maquinaria, los vehículos y las materias primas seguirán estando ahí. De hecho, lo único que habría que
    procurar es que la gente siguiera recibiendo en sus casas los alimentos, los fármacos y los suministros de electricidad, agua y gas.

    ¿Cuánto cuesta la alimentación y los suministros de todos los ciudadanos del Estado durante un mes? Seguro que mucho menos de 200
    millones de euros. Pero claro, si hay que parar la producción pero hay que seguir pagando los salarios de los trabajadores… para que ellos puedan seguir
    pagando las hipotecas y alquileres a los bancos y a los propietarios… para que las empresas no tengan pérdidas aunque estén paradas… y puedan seguir pagando los impuestos y las cotizaciones de la seguridad social… a fin de que el Estado pueda financiar este esfuerzo fiscal que hará para impedir la crisis, entonces igual 200 millones de euros es poco. De hecho ya se verá a quién alcanza, porque cuando dicen que se aplicará a los más necesitados inmediatamente imaginas que a ti no te va a llegar.

    ¿Y si nos tomamos todos un mes de vacaciones pagadas y los bancos y los propietarios renuncian a cobrar los alquileres y las hipotecas
    durante este mes? Si la producción se detiene, ¿en qué se va a gastar este dinero que pretendemos que todo el mundo siga cobrando como si no pasara nada?

    No sé si habéis leído el artículo que colgó Javier y mostraba diferentes proyecciones de la epidemia en función de la gente que se
    permite circular: con siete octavas partes de la población inmovilizada la enfermedad remite por sí sola; y una octava parte de la población basta para
    atender estas necesidades básicas y asegurar que lleguen al resto.  Como esto no se ha hecho desde buen principioahora va a costar más, pero si se sigue difiriendo, vamos a llenar los cementerios de gente con la pensión asegurada.

    A ver si podemos hablar de lo esencial antes de morir y volver al Ser.   
    [/size]

    #2429
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    En estos últimos tiempos he experimentado un impulso a hablar de lo colectivo, hasta el punto de que mis textos podían recordar más a la política que a la espiritualidad. El caso es que en otros tiempos, las iglesias estarían repletas de devotos haciendo rogativas a Dios y a la Virgen para que se detuviera esta pandemia pero, en estos momentos, incluso los funerales están prohibidos. Solo se escuchan vanas proclamas de tipo patriótico, llamando a la unidad, para disimular la incompetencia de unos poderes públicos que llevan años al servicio del capital financiero mientras que han desatendido a la población. Tanto desarrollo económico para que nos tengamos que encontrar con un total desabastecimiento en los hospitales, sabiendo que si nos agrede la enfermedad y tenemos cierta edad podemos ser abandonados en un rincón.

    Sin embargo, en estos mismos hospitales, los trabajadores de la sanidad están teniendo un comportamiento heroico, algunos están entregando su propia vida. Y lo hacen porque están viviendo su humanidad a fondo, porque son conscientes de su capacidad de hacer, no porque tengan determinada ideología o sean muy espirituales. También un gran número de personas se ofrece a atender a aquellos que están confinados en sus casas por razón de su edad o de su estado delicado. Y los empleados de las tiendas de alimentación, de las panaderías o de las farmacias, siguen en sus puestos, enfrentando el peligro que supone el contacto con el público. Esto demuestra que el ser humano es capaz de vivir en otra dimensión muy superior a la que acostumbra y que si no lo hace es porque las estructuras sociales que nos rigen ahogan el espíritu.

    La emergencia actual es impactante porque ha desbordado el sistema, pero será positiva si consigue sacarnos de la pasividad con la que llevamos tiempo contemplando situaciones inadmisibles porque no nos afectan directamente. Cuestiones como el cambio climático, la polución atmosférica, los desahucios, los refugiados o la gente que no tiene papeles son tan inaceptables como estas muertes que se están produciendo en el seno de una sociedad que derrocha sin sentido en baratijas de lujo.

    Debemos reaccionar ante la idea de que todo esto es inevitable. La factura económica que se nos va a presentar en cuanto salgamos de la pandemia nos ayudará a hacerlo porque, si todo sigue igual, se intentará que la paguen los de costumbre y veremos cómo se repiten, a peor, estos años de crisis que justo empezábamos a remontar. Además, ahora que hacemos tanto caso a los científicos, es momento de recordar las catástrofes que llevan tiempo anunciando si no se actúa para detener el cambio climático.

    Estas decisiones no las puede tomar una economía basada en el mercado y en el beneficio a corto plazo. Si la sociedad continua dependiendo de que alguien haga negocio vamos a terminar viviendo en una distopía tipo “Elysium”, con una reducida minoría a salvo en una reserva, amurallada o en órbita, y la mayor parte de la población viviendo en condiciones infrahumanas. Esto será irremediable en el momento en que la administración renuncie a cualquier tipo de redistribución a través de la fiscalidad y se limite a realizar funciones de policía. Y hacia esto conducen las políticas que van en contra de los impuestos para “salvar los puestos de trabajo”.

    Cada ser humano con una mente bien formada y un par de manos es un puesto de trabajo.  Se trata de que una sociedad consciente y bien estructurada asigne a cada uno unas funciones a desempeñar y le asegure el sustento y las necesidades básicas. A partir de aquí, la creatividad científica, tecnológica o estética se producirá como una manifestación libre y gozosa del ser humano, en vez de constituir un modo de acaparar riqueza y privilegios sobre los demás. Cuando se nos permite ejercitar esta humanidad somos capaces de trabajar sin recompensas económicas, incluso arriesgando nuestra propia vida. No necesitamos más privilegio que el de poder participar en una mejora del colectivo, entendiendo por colectivo la humanidad en su conjunto.

    Porque los problemas que nos afectan en estos momentos sólo tienen solución en base a una organización social y un gobierno de ámbito mundial, que administre utilizando el principio de subsidiariedad.  El principio de subsidiariedad plantea que cada asunto debe ser resuelto por la autoridad más próxima al mismo; y es  evidente que los estados tradicionales solo establecen barreras que impiden tomar decisiones eficaces; tanto a nivel superior, en nuestro caso Europa, como a nivel inferior, en nuestro caso las comunidades autónomas y los ayuntamientos.

    El problema no son los políticos sino el sistema en el que se basan para gobernar y los objetivos que se consideran obligados a conseguir. Pero esto no solo incumbe a los políticos, nos incumbe a todos porque afecta a la humanidad como especie. No puede ser que si se toma una medida fiscal o medioambiental para proteger el planeta, las empresas afectadas se desplacen a otro estado que no las haya implantado. Urge una disminución radical en la utilización de los combustibles fósiles y esto solo se puede resolver a nivel planetario, no se puede diferir con la excusa de que se van a perder puestos de trabajo. En tres semanas de confinamiento la atmósfera del planeta se está limpiando y esto nos indica claramente cual es el camino, esperar que el mercado y las multinacionales lo sigan es de una irresponsabilidad total.

    Las empresas habrán de continuar funcionando pero, en muchos casos, para producir cosas distintas y con criterios de respeto por el planeta y los trabajadores. No es necesario socializarlo todo, el sector público y el sector privado pueden seguir coexistiendo y colaborando, pero hay que invertir la dirección que ha tomado esta colaboración en los últimos años. En vez de privatizar la gestión de lo público lo adecuado será ahora intervenir en la gestión de lo privado para asegurar de que se atienden las necesidades reales de la población y se revierten los beneficios en la colectividad. Habrá que hacer de verdad lo que se supone que hace la administración cuando contrata servicios públicos a empresas privadas. Y si resulta que esta exigencia no le resulta rentable al capital porque reduce su tasa de beneficio, habrá que recuperar la gestión pública y en paz. Para eso se inventó la intervención del estado en la economía, para satisfacer aquellas necesidades que no eran rentables para el capital. Lógicamente esto implica un grado de imposición fiscal muy elevado que, al mismo tiempo, evitará el atesoramiento improductivo.

    Y el punto de referencia de esta política económica no puede ser el crecimiento de la riqueza sino la atención a las personas. La humanidad en conjunto no necesita más riqueza, lo que necesita es gestionarla mejor y hacerla útil para todos. Esto no significa repartirla, significa que el que la tiene no puede ignorar al que se está muriendo de hambre o carece de recursos para enfrentarse a la enfermedad; así que deberá invertir en resolver estos problemas con financiación y personal adecuado. No se puede echar a la calle a los inmigrantes sin papeles y prohibirles trabajar, al que ha redactado estas leyes debería caérsele la cara de vergüenza. No se puede exigir a la gente que vaya a trabajar en medio de la epidemia y darles a escoger entre enfermar por el virus y transmitirlo a sus familiares o dejarlos sin comer o sin vivienda. Al empresario que carece de la sensibilidad necesaria para entenderlo se le ha de inhabilitar para ejercer la industria o el comercio. Y al gobierno que no haga lo necesario para impedir que esto suceda se le ha de destituir por incapaz. Esperemos que democráticamente porque, últimamente, cuando se trata de asegurar lo esencial, los votantes no parecen estar muy inspirados.

    Y cuando hablamos de lo esencial no nos referimos solamente a las necesidades económicas; nos referimos sobre todo a la conciencia. Esperemos que esta situación que estamos atravesando ilumine un poco el ámbito de la espiritualidad y la rescate de las prédicas vacías pronunciadas en tono melifluo mientras se lanzan admoniciones sobre la unidad con la intención de denunciar como malos a los que protestan. No es hora de discursos de autoayuda realizados desde los púlpitos gubernamentales sino de aunar esfuerzos con estos que protestan desde el esfuerzo que están realizando, para escuchar lo que dicen. Es hora de renunciar a restablecer una supuesta normalidad que hace tiempo que ha desaparecido.

    Nosotros sabemos que lo Superior nos está facilitando a travésde estos acontecimientos un estímulo adicional para que actualicemos el potencial que somos:  nuestra capacidad de ver, de amar y de hacer. De hecho hace tiempo que vemos que las cosas pueden ser distintas y hace tiempo que lo deseamos, así que ha llegado el momento de llevarlo a la práctica. Si con esto no reaccionamos igual es que como especie no tenemos futuro. Esperemos que sea suficiente para generar una movilización global e iniciar una nueva etapa más humana y consciente.

    La figura del Papa Francisco, solo en la inmensidad de una plaza de San Pedro vacía, refleja perfectamente la impotencia del hombre que se cree Dios y la fuerza de Dios que se puede expresar a través del hombre.

    Vale la pena reproducir sus palabras hablando de la gente:

    “[i]Es la vida del Espíritu capaz de rescatar, valorar y mostrar como nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes, corrientemente olvidadas, que no aparecen en portadas de diarios y revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia: médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos pero tantos
    otros que comprendieron que nadie se salva solo[/i]”  

    Y hablando de Dios:

    Desde esta columnata que abraza a Roma y al mundo,descienda sobre vosotros, como un abrazo consolador, al bendición de Dios. Señor, bendice el mundo, da salud a los cuerpos y consuela los corazones. Nos pides que no sintamos temor pero nuestra fe es débil y tenemos miedo. Más tú, Señor, no nos abandones a merced de la tormenta”.

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