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  • #1621
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    Aquí podemos pedir aclaraciones o discutir sobre el documento del mismo nombre publicado en Listado de documentos /Otros documentos.

    #1626
    MARIA SAGRARIO
    Participante

    Bien resumidito, pero recuerda que funcionarios había por lo menos desde la cultura egipcia, que se sepa, y por lo tanto no veo que se crearan para comprar el exceso de mercancías existentes, sino para que el Estado pudiera dar un servicio personalizado a un concepto creado como es el de la educación, seguridad, sanidad, justicia, documentación, registro y cantidad de papeleo que se necesita para moverte con seguridad jurídica por esta sociedad, y por lo tanto es como un trabajador por cuenta ajena, ofrece su tiempo y su conocimiento por un salario. En cuanto hacia donde se dirije el sistema económico es muy difícil saberlo porque las variables son múltiples y se disparan en cualquier dirección. Según me parece ahora mismo, si hay mas personas que antes que no perciben ingresos no pueden comprar mercancías y si no se venden mercancías cierran las empresas que las fabrican y van mas empleados a la calle, y vuelve a haber mas personas que no pèrciben ingresos. Pero hay una cosa que me asombra y es que si vas a ver un espectáculo, a un restaurante o haces un viaje, no te encuentras sólo sino que está lleno de gente. ¿Es cierto que hay crisis económica?. Ahora que han empezado las rebajas las tiendas también estan llenas de gente comprando. ¿Es cierto que hay muchas personas en paro?. Desde luego parece que tiene que haber un cambio en el sistema económico y social y espero que no sea el de «soplar y soplar hasta que estalle».

    #1628
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    Sí, funcionarios han habido siempre; pero, en el capitalismo inicial, que como sabes nació con la Revolución Francesa, se consideraba que cuantos menos hubiera mejor, porque costaban un dinero que había que pagar con impuestos. Los únicos imprescindibles eran el ejército, la policía y los jueces; se los consideraba necesarios para mantener el poder, pero se les tenía por improductivos: de aquí viene el tópico de que los funcionarios “no hacen nada”. La gente de la calle consideraba que el carpintero que fabricaba muebles hacía crecer la riqueza del país; pero el funcionario que tramitaba su licencia y el funcionario que le cobraba los impuestos hubiera sido mejor que hicieran algo de provecho, como el carpintero. Claro que hay que pagarles un salario a los funcionarios; pero, desde un punto de vista económico, cuantos menos haya mejor porque no son gente productiva.

    Eso hasta que llegó un día en que todos los ricos ya tenían muebles y al carpintero se le llenó el almacén de muebles porque la gente normal no tenía dinero para comprárselos. Entonces, desde un punto de vista económico, para que la economía siguiera funcionando, no se precisaban más carpinteros que hicieran más muebles sino gente que tuviera dinero para comprarlos. Por ejemplo: los funcionarios. Así , de paso que hacían de maestros y de médicos de la gente humilde, ganaban dinero y le compraban muebles al carpintero. Claro que había que cobrar más impuestos para pagarles el salario a los enseñantes y a los sanitarios, pero todo el mundo prosperaba.

    Hasta ahora. Todavía hay gente en los restaurantes, cierto; quizás funcionarios de carrera que todavía conservan el trabajo. Pero si, al salir, te quedas un rato en la calle, verás por los alrededores un desfile de gente, aparentemente normal y bien vestida, abriendo los contenedores de basura, a ver si pillan algo. Y es que los ricos han decidido no pagar más impuestos.

    #1637
    Anónimo
    Invitado

    Hola Jordi, me ha gustado mucho el planteamiento que haces en este escrito y sobre todo, el resumen de algo tan extenso y tan denso como lo es la historia del sistema económico y social. Una vez dicho esto, creo que la piedra angular o lo que es lo mismo, el gran problema en el que nos encontramos sumidos en estos momentos es precisamente lo que comentas en uno de tus últimos párrafos: “la automatización y la robótica”, sin olvidarnos de la informática como base del nuevo paradigma que se nos presenta y que muy poco podemos hacer si queremos resolverlo con viejas recetas. Está claro que de seguir así, el sistema capitalista se colapsará, porque según parece, no se ve ninguna intención por parte del capital para solucionar el problema. La mayoría de las grandes empresas están utilizando la crisis para despedir a trabajadores y de este modo engordar su cuenta de resultados cada vez más y más (la codicia siempre se queda corta); claro, que con el tiempo puede ser que acaben con la gallina de los huevos de oro y ya se encargará la vida de ponernos a todos en el lugar que nos corresponde, porque si no hay empleo no hay consumo y si no hay consumo ¿donde están las ganancias de las empresas, el trabajo, las pensiones… ? estamos como la sardina que se muerde la cola. Para empezar hay que hacer algo que está muy claro y es que en las formulas por las que se rige actualmente la economía falta un factor que es fundamental para que esto siga funcionando (un factor que redistribuyera los beneficios con mayor generosidad y ecuanimidad). En principio también habría que redefinir el vocabulario empresarial y aclarar que significan las palabras: ganancias, perdidas, objetivos… etc. Imaginemos por ejemplo que una empresa al final del año 2012 su cuenta de resultados refleja unos ingresos netos de 1.000 (cuando digo ingresos netos significa que ya se han descontado todos los gastos incluido impuestos) sigamos suponiendo que al siguiente año la cuenta de resultados refleja unos ingresos de 900 ¿Qué dice la empresa? Pues dice que ha tenido pérdidas ¡hombre NO! Usted ha tenido unos ingresos de 900, usted no ha tenido pérdidas solamente ha ganado un poco menos que el año anterior; pero la empresa no lo interpreta de esa manera y…¿Qué hace la empresa para solucionarlo? Despido de trabajadores. Ahora viene lo mejor, sigamos con la misma empresa y resulta que no, oye que no, que la cuenta de resultados refleja unos ingresos de 1.200 y aquí viene la gracia, resulta que lógicamente como hay que ¿crecer? la empresa había hecho unos objetivos (que hay que cumplir) cuyo beneficio neto tenían que haber sido de 1.300, ¡joder hemos ganado 300! pues no, la empresa dice que no se han alcanzado los objetivos y los contabiliza como una pérdida de 300. Estribillo: ¿Qué hace la empresa para solucionarlo? Despido de trabajadores.
    Está claro que esto así no puede seguir, también está claro que el cambio tiene que ser como ya explicas en tu apartado de “Un futuro posible”, pero claro ¿no te parece un poco utópico? porque el capital no quiere saber nada de lo que aquí se expone y por otra parte esto requiere muchos años, y lo que está claro es que el paro sigue aumentado y todo parece indicar que la cifra de parados seguirá aumentando, por lo tanto: ¿qué hacemos con estas personas, donde los recolocamos hasta que tomen conciencia de lo que dices al comienzo de tu escrito? Dices que “somos una conciencia tribal, no individual”; así lo veo yo, y si ahondamos un poco más, para llegar a comprender en profundidad lo que esto significa, tiene que ser “visto” para darnos cuenta que no estamos separados y que realmente somos la humanidad. Por supuesto que esta crisis tiene solución pero…¿cuales serán los medios para tal fin? Me viene a pelo el recuerdo de una frase que le escuché a Blay que decía más o menos: Lo que no se aprende con conocimiento se aprende con sufrimiento y yo emulando a Blay digo que lo que no se soluciona con conocimiento se soluciona con sufrimiento.
    Esperemos que se solucione con conocimiento.

    #1641
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    Magnífica explicación que pone claramente de manifiesto que la empresa capitalista ha dejado de ser un vehículo útil para el desarrollo y mantenimiento de la sociedad; porque a la vista está que el objetivo del beneficio por encima de cualquier otra consideración entra en colisión con la finalidad última de cualquier sistema económico que es permitir el sustento de toda la población.

    También das en el clavo cuando apuntas que basar una alternativa exclusivamente en el desarrollo de la conciencia individual es algo utópico, porque cualquier sistema económico tiene aspectos técnicos que no se pueden satisfacer mediante el voluntarismo. Así que, si pretendemos prescindir de la empresa capitalista y del sistema de mercado, hemos de proponer una alternativa que permita resolver algo tan indispensable como es la asignación de recursos: qué tenemos qué producir y qué factores vamos a emplear para producirlo. Actualmente esto se hace mediante el sistema de precios de los bienes, del precio de los factores: materia prima, información y mano de obra (salarios); y de rentabilidad del capital (dividendos).

    Pero en vez de fijarnos en estos precios y dividendos, también podemos observar directamente los bienes reales, físicos, que se están manejando. A fin de cuentas, los precios, los salarios y los dividendos no dejan de ser una abstracción contable. Lo cierto es que para producir trigo se necesitan gente y arados. Dada una extensión de tierra, podemos estimar el número de personas y arados necesarios para cultivarla, la cantidad de trigo que van a consumir estas personas y la cantidad que, por tanto, sobrará. Considerando también la cantidad de trigo que consumen los trabajadores que producen el hierro para los arados así como el hierro empleado en sus herramientas, tenemos el problema resuelto.

    Supongamos que constatamos en la práctica los siguientes datos: Los campesinos consumen 280 quintales de trigo y 12 toneladas de hierro (en forma de arado) y consiguen una producción de 400 quintales de trigo. Los operarios de la industria consumen 120 quintales de trigo y 8 toneladas de hierro y consiguen 20 toneladas de hierro:

    280 Qm. de trigo + 12 Tm. de hierro = 400 Qm. de trigo
    120 Qm. de trigo + 8 Tm. de hierro = 20 Tm. de hierro

    En esta economía cerrada en la que solo se produce trigo y hierro podemos tomar como unidad de cuenta cualquiera de los dos productos; supongamos que elegimos el trigo:

    12 Tm de hierro = 400 Qm. de trigo – 280 Qm. de trigo = 120 Qm. de trigo.

    Si 12 Tm de hierro valen 120 Qm. de trigo, el valor del hierro es igual a 10 veces el del trigo. O, si se quiere, el precio del trigo es 1 unidad y el del hierro 10 unidades. David Ricardo escogió el trabajo como unidad de cuenta porque aparecía en la totalidad de los procesos productivos y Marx lo convirtió filosóficamente en fundamento del valor; pero lo cierto es que, como unidad de cuenta, tan correcto es elegir el trabajo como los cerdos. Se trata simplemente de establecer unos valores de intercambio que se correspondan con las proporciones reales en que intervienen en el proceso económico las diferentes mercancías.

    Pero además, estas proporciones sirven para definir técnicamente que cantidad de cada mercancía se necesita para producir otra mercancía. Así podemos ampliar el ejemplo del trigo y el hierro a millones de mercancías, y establecer para cada una de ellas la cantidad física de todas las demás que se precisa para producirla. Podemos representar la producción de la totalidad de bienes del sistema como producto de combinaciones de todos ellos; en las proporciones determinadas por coeficientes técnicos. Simplemente, si algún bien no interviene en la producción de otro, su coeficiente será cero.

    Esto es lo que se conoce actualmente como “Tablas Input-Output”. Si se conoce en profundidad el sistema económico en términos físicos, no se necesita ningún mercado para determinar ni los precios ni los factores de la producción necesarios para producir cada bien. Es más, el mercado lo hace por tanteo y en cambio, de esta manera, se obtienen los datos precisos de una manera inmediata. Para determinar lo que debe producirse sólo hay que decidir si queremos dar preferencia a la producción de trigo o de hierro; sabiendo que para incrementar la producción de cualquiera de las dos cosas debemos incrementar también la de la otra en la proporción que ya conocemos. Por lo tanto, podemos dirigir el proceso de crecimiento en función de objetivos sociales preestablecidos en vez de subordinarlo al beneficio del capital.

    Además, conociendo la proporción de intercambio o valor de los distintos bienes, nada nos impiden alterarla siempre y cuando compensemos la disminución de unos con el crecimiento de otros. De esta manera podemos subvencionar, por ejemplo los libros, a costa del alcohol y dirigir el consumo hacia una dirección determinada, al igual que hacemos con la producción. Sólo hay que definir los objetivos que se quieren conseguir y toda la economía se subordinará a su consecución. ¿Y quién decide lo que hay que producir?: pues lo deciden los ciudadanos democráticamente.

    #1643
    Anónimo
    Invitado

    Por lo tanto, podemos dirigir el proceso de crecimiento en función de objetivos sociales preestablecidos en vez de subordinarlo al beneficio del capital. Aquí es donde está la madre del cordero, es decir el factor que será difícil de cambiar.

    #1644
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    La madre del cordero es que para poder asignar los recursos con un plan determinado hay que tener el dominio de estos recursos. Y claro aquí aparece el problema de la libertad que se supone que el mercado permite.

    Con este planteamiento, todos los parados podrían pasar la semana próxima por la oficina de empleo; no para renovar el paro sino para informarse del trabajo que se les ha asignado. Pero claro, esto seguramente limitaría su libertad.

    #1645
    Isabel
    Participante

    Gracias por vuestros comentarios que nos ayudan a ampliar la visión de la Realidad.
    Ultimamente corren por internet diversos correos que quieren dar una respuesta un tanto indignada a la crisis, donde se denuncia un exceso de derroche por parte de los políticos cuando viajan en clase business, en dietas…y calculan el ahorro que nos supondría obrar de manera más moderada.
    Es cierto que debería mejorarse la gestión en muchos temas y que es positivo que nos involucremos en ello, pero el problema es quedarnos en esta anécdota y no cuestionar más allá. Es quedarnos en desear y exigir que los que nos mandan se aprieten el cinturón como nosotros para sentirnos aliviados y no cuestionar seriamente que agujeros van a ir a tapar los dineros que nos han recortado, en lo que se van a invertir….en definitiva, cuestionarnos los intereses a los que están sirviendo.

    #1649
    Anónimo
    Invitado

    Bueno, para empezar no estaría nada mal.

    #1657
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    ACERCA DE LA CORRUPCIÓN

    En plena ebullición por los casos de corrupción que se están destapando por todas partes, es curioso que nadie critique a los corruptores. Y el hecho es que la iniciativa de la corrupción no la tienen los corrompidos sino los corruptores. Posiblemente existen unos períodos en los que la corrupción se para: cuando cambia el partido que gobierna una determinada administración. Probablemente los que entran a gobernar lo hacen con la intención de ser honestos y respetuosos con la gestión de lo público. Pero las empresas que viven de trabajar para la administración, no tiene más que aguardar un cierto tiempo para convencer a los recién llegados de las ventajas mutuas de todo tipo que pueden obtener saltándose o falseando los mecanismos de subasta y concesión de los contratos públicos.

    Si las susodichas empresas fueran del Estado, esta práctica carecería de sentido porque el propio Estado contaría con los medios necesarios para ejecutar sus decisiones. Pero si la ejecución pasa necesariamente por contratar con la empresa privada, está cantado que esta empresa privada, sobre todo la gran empresa, tendrá como objetivo prioritario apoderarse directamente del gobierno o, por lo menos, influir en su política y en la adjudicación de estos contratos. Así que lo realmente corrupto es el propio sistema.

    En vez de denunciar a los políticos por el famoso 3 por ciento, que es el chocolate del loro, sería mejor analizar las políticas que realizan los gobiernos para ver si se corresponden realmente con las necesidades de la población o están pensadas para dar trabajo a las empresas propiedad de unas clases que dominan tanto lo público como lo privado. Porque promover, por ejemplo, un plan de trasvases entre todos los ríos de la península, que deberá ser realizado por las empresas privadas de las que son accionistas los amigos y familiares del que gobierna, proporciona un beneficio mucho más elevado que el famoso 3 por ciento. Y además de manera prácticamente legal.

    No del todo, porque el concurso lo gana el que presenta una oferta en teoría más favorable para la administración; es decir: el que se compromete a hacerlo más barato; pero después, una vez adjudicado este proyecto a esta empresa tan barata, aparecen los “imprevistos” que exigen un gasto adicional; y para este gasto adicional no se hace ningún concurso público. Esto explica que las obras públicas acaben costando el doble o más de lo que estaba inicialmente presupuestado.

    Y encima aceptamos que se privatice la sanidad porque dicen que así nos vamos a ahorrar costes. Claro, ya no hará falta pagar el 3 por ciento.

    #1665
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    Daniel Gabarró acaba de publicar un libro muy interesante acerca del sistema económico y de qué hacer para cambiarlo. Os lo podéis descargar gratuitamente: en castellano en http://www.sinenemigos.org y en catalán en http://www.senseenemics.org

    #1666
    Rosa
    Participante

    Acerca de la corrupción

    El sistema es corrupto debido a que la ética no es vivida en profundidad por los individuos que lo sustentan. Recordemos que la base del personaje es corrupta. Sostiene una mentira a toda costa para perpetuarse y mantener su aparente dignidad. Por eso es fácil, que en situaciones ordinarias muchos engañen y se aprovechen. Parece natural cuando además lo hace más de uno en mayor o menor escala. Por ejemplo una mayoría de ciudadanos desconfían y desean defraudar a hacienda. Lo justifican pensando que no quieren dar su dinero si no pueden ver que con él, se hace algo válido y necesario para la comunidad. Además sospechan que los que administran pueden esconderlo en cualquier forro y desviarlo en obras innecesarias que solo favorecen a intereses especulativos. Falta claridad y justicia en la gestión de este dinero, y en estos momentos nadie cree a nadie. El vacío legal y la falta de transparencia favorecen que una gran mayoría desconfíe de sus representantes políticos, vistos como impotentes títeres de las más altas instancias. No se puede confiar en los bancos y en los gobiernos que los salvan a costa del dinero de los ciudadanos empobrecidos por los mismos bancos que no les dan créditos para remontarse. Es una gran estafa, una tremenda injusticia. Los que lo solventan de este modo piensan que de no hacerlo, se hundiría su sistema. También podría lograrse que los paraísos fiscales dejaran de serlo y la justicia pudiera embargar las cuentas de estafas millonarias. La regulación y el control deberían ejecutarse a nivel internacional, de lo contrario el dinero se pone donde nadie pide responsabilidades. El sistema es corrupto y tiene tapaderas o salidas que también lo son. Y esto mantiene la rueda bien untada para que se perpetúen las mentiras más gordas. Niegan lo más evidente con la máxima desfachatez y se quedan tan anchos porqué tienen las espaldas bien cubiertas por la justicia que han designado ellos mismos: los que tienen y quieren el poder.

    #1682
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    El sistema es un mecanismo, una estructura integrada por un colectivo de personas que se ven forzadas a relacionarse de determinadas manera para procurarse el sustento. Es un engranaje que no tiene conciencia y por tanto tampoco ética o moral. Es un sistema basado en la compra venta de mercancías, así que cada uno vale lo que tiene. Los que tiene más valen más que los que tiene menos y, por tanto, tienen más peso y más capacidad de decidir. Como el objetivo es crecer, nadie se preocupa por el que no tiene, el que no tiene simplemente desaparece y no cuenta. Los muertos no cuentan; nadie se ha dedicado todavía a mirar las estadísticas de fallecidos como consecuencia de los recortes en sanidad; lo cual permite afirmar que antes malgastábamos el dinero de los contribuyentes. Los parados tampoco cuentan porque el gobierno y las empresas siguen despidiendo gente con el fin de mejorar la economía. ¿Qué es lo que cuenta?: poder pagar los intereses de una deuda pública que cada días es más grande, pero es de los poderosos, de los que más tienen. Para qué arriesgarse a invertir este dinero en empresas pudiéndolo prestar a los gobiernos a un tipo de interés superior al de muchos negocios de los que hay que ocuparse. Sobre todo si la única preocupación de estos gobiernos es pagarles los intereses puntualmente, no sea que decidan no continuar prestando. A mí me parece que ante este mecanismo infernal, hablar de ética es caer en una trampa. Es como hablarle de ética al personaje; el personaje no puede permitirse ninguna ética porque lo único que intenta es subsistir. Y hasta de eso se beneficia el mecanismo que nos exige el dinero para pagar los intereses. El ministro de Hacienda amenaza a los autónomos que facturan en negro; personas que han perdido la esperanza de encontrar un trabajo asalariado y malgastan los pocos recursos familiares que les quedan en pequeños negocios montados en torno a la miseria. Mientras las grandes fortunas siguen tributando el 1 por ciento. Así que no podemos hablar de ética, sólo podemos hablar de conciencia. A ver si despertamos y dejamos de pagar.

    #1683
    Anónimo
    Invitado

    Después de leer este artículo, me ha venido a la memoria el recuerdo de un párrafo del libro “EN BUSCA DEL UNIVERSO INVISIBLE” Autor: Luis Martos Herbás (ediciones letra clara). No pierdo el tiempo en más información pues se puede ver a través de internet.
    Tenemos que entender que esto que transcribo a continuación, es solo un párrafo de un capítulo en el que se está tratando el tema de la Ética y la Moral. El libro es muy denso: Ética, Filosofía Occidental (Parménides, Sócrates, Platón, Plotino, Numenio… etc.) Filosofía Oriental ( Yoga, Budismo Zen, Krishnamurti, Sufismo islámico… etc. Aconsejo su lectura.
    En el capítulo XIII en uno de sus párrafos en el que uno de los tertulianos plantea la pregunta: “¿Y qué opinas del Derecho fiscal? Las normas fiscales ¿obligan en conciencia a los ciudadanos, es decir, pertenecen también a la esfera de la Moral?
    Depende de dos cosas muy importantes: la justicia de sus disposiciones concretas, y el uso que se haga de los fondos recaudados en base a ellas; es decir, que éstos se administren sensatamente, juiciosamente, cuidadosamente, escrupulosamente, y sólo se destinen a cubrir atenciones dirigidas a mantener y perfeccionar la sociedad humana. Si falta uno de estos requisitos, las normas fiscales constituyen únicamente el medio técnico-social de perpetrar una expoliación abusiva.
    “Por ejemplo, no serían verdadero Derecho las normas fiscales de un Estado en el que una casta o secta política, donde un Gobierno corrupto y despótico, quizá pretendidamente democrático, saquease a los ciudadanos sin piedad ni miramientos, para enriquecerse personalmente, colocar “a dedo” a sus amigos y afines en una burocracia cada vez más desmesurada e innecesaria, y en definitiva para expoliar de un modo o de otro a los que, más que ciudadanos, serían súbditos sometidos a una degradante y vejatoria situación de esclavitud…..
    Pero ¿Qué opinas si, de los fondos allegados por un Estado, muchos se destinan al bien particular de los gobernantes o de sus afines y amigos, pero otros, ciertamente la mayor parte de los fondos recaudados, su inmensa mayoría, se destinan al bien común de los ciudadanos?
    Que también entonces las normas fiscales quedan descalificadas en bloque, por razón de la inmoralidad del sujeto que las esgrime. Esa inmoralidad puede dimanar no sólo del desvío de fondos públicos hacia fines de enriquecimiento personal de los gobernantes o de sus parientes, amigos, adictos o afines, sino, en general, del hecho de no aplicarlos eficaz, exacta, y únicamente a satisfacer verdaderas necesidades públicas que sean tan importantes como para justificar el sacrificio económico de los contribuyentes……”
    ¿No tienen estos parrafos un aroma muy familiar, al que ya estamos muy acostumbrados a respirar? (Tengamos presente que la primera edición de éste libro salió en Julio del 2002, es decir, hace doce años y ocho meses)
    ¿Que está pasando con ésta política neoliberal que impera en toda Europa? ¿Se puede uno creer que esto es una democracia o más bien una dictatocracia? ¿Cómo se pueden tratar los problemas de Estado en un consenso general de los diferentes partidos políticos, donde uno de ellos tiene la mayoría absoluta? ¿Estamos bajo la dictadura de un partido, a pesar de que ganó las últimas elecciones? ¿Cómo se podrían cambiar las normas del reparto de votos para evitar esto?

    #1688
    Xavier
    Participante

    Creo que el sistema económico y social funciona porqué se genera miedo a la población, miedo a qué la situación podría ser peor, de manera que muchas personas siguen ejerciendo un poder sobre sus amigos, vecinos, compañeros,… instando a que colaboren con el sistema sin reaccionar, aunque haya una gran crisis.

    El poder sistémico, que solo beneficia a unos pocos, desde una ideología neoliberal, quiere aprovechar la crisis para imponer un modelo social que implica privatitzaciones de servicios públicos, recortes en el Estado del Bienestar, precaritzación laboral, empobrecimiento de la clase media i trabajadora,… El ejemplo de Chipre muestra como los intereses de una poderosa élite, que defiende los intereses de los mercados, el capital financiero y bancos, es indiferente o no le importanta que los ciudadanos pierdan sus ahorros o se genere pobreza.

    También se intenta que la democrácia sea de menos calidad, intentan que el papel de la política sea menor y siempre subordinada a unos determinados y poderosos intereses que van en contra de los de la mayoría de la población.

    Son necesarias políticas alternativas: Economia social del bién común, participación ciutadana i profundización democrática, transparència, igualdad real entre los ciutadanos, justícia social,… Creo que es necesaria una política económica democrática, social i cooperativa para garantizar unos bienes y servicos básicos para toda la población.

    Actualmente la economía capitalista de mercado no garantiza el acceso a bienes y servicios básicos para toda la población. Es evidente que no coinciden los intereses de máxima beneficio económico capitalista con los intereses sociales y ecológicos de la mayoria de la población.

    Democráticamente hace falta actuar para cambiar esta situación. Como dice Jordi Pigem en su libro «La nueva realidad», el pensamiento económico culturalmente dominante muestra claras características de psicopatología de tipo similar al esquizoide, sin empatia y sin conciencia holística, intenta convertir al ser humano en homo consumens, individualista, hedonista y egocéntrico.

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