Quien no se conoce no sabe de su verdad. Y quien no es consciente de su verdad, tampoco es capaz de percibir su verdadero valor y belleza. No es extraño que Teresa de Jesús se entristeciera al constatar que eran pocos los que eran conscientes de su interioridad.
Y es que, cuando decidimos entrar en el castillo, y vamos abriendo las puertas que nos llevan de una morada a otra, el grado de sorpresa cada vez es mayor: las hermosuras que vamos encontrando y descubriendo en nuestro propio interior resultan cada vez más inesperadas, y por ello más sorprendentes todavía. Hasta tal punto que uno no dejaría de maravillarse cada día, si se animase a emprender este camino.
Son las “joyas” con las que Dios ha ennoblecido al ser humano y que constituyen nuestro verdadero patrimonio. Tristemente tan poco conocido y reconocido por sus legítimos propietarios.
Desapercibidos de aquello que constituye la verdad más profunda del ser humano, fácilmente estamos expuestos a dejarnos condicionar por las verdades manipuladas. Y ello ha adquirido hoy en día unas grandes dimensiones, capaces de crear nuevos vocablos para designar lo que ya no queremos definir como mentira. Un nuevo vocablo, más oscuro que certero, y que en el ámbito político se repite constantemente, la posverdad. Vocablo que será incluido en el Diccionario de la RAE a finales de este año.
Ya el vocablo en sí mismo es todo un disfraz de apariencia, y donde la verdad queda relegada a mera opinión. El intento de manipulación de las personas es un hecho constatable a lo largo de toda la historia. Lo preocupante es que ahora se pretende legitimizar, convirtiendo al ser humano en cifra maleable para tratar de transformar en verdad lo que en su objetividad es mentira.
¿Cómo podemos defendernos de caer en la trampa? ¿Cómo no sucumbir cuando se juega con las emociones, los deseos o creencias? Difícil posición en la que nos encontramos y, que, sin duda, puede favorecer el fácil adoctrinamiento de las mentes más jóvenes y menos preparadas. Un arma que la publicidad y el marketing viene usando desde hace mucho tiempo para seducir al consumo. Pero llevado al ámbito político e ideológico se convierte en un atentado contra la libertad y la conciencia.
Teresa de Jesús hace cinco siglos constató lo fácilmente manipulables que podemos ser los seres humanos, sobre todo si no estamos anclados en nuestro verdadero centro interior. Porque estaremos buscando el sentido de la vida fuera de nosotros mismos, en ideologías, acontecimientos, juicios, etc…
Sólo dejándonos sorprender por nosotros mismos, por la belleza interior que somos, seremos capaces de permanecer firmes frente a la posverdad; ésta busca alterar, ya no sólo lo que vivimos y cómo percibimos la realidad, sino que puede alejarnos de lo que da valor a lo que somos.
Javier Sancho intervendrá como ponente en el Congreso Autoconicimiento y Espiritualidad en el siglo XXI: Práctica de la obra de Antonio Blay.
Más información: congresoantonioblay.com
Javier reflexiona sobre la posverdad y el descubrimiento de la interioridad. Me trae a la mente una reflexión sobre el despertar: todo es uno y, despiertos, todo el mundo dice lo mismo, ve lo mismo. Blay: Ser cada vez más uno mismo, para ello entre otras cosas descubrir el personaje que nos ha hecho poner la mirada al exterior, y volverla hacia dentro. Teresa de Jesús el castillo interior y sus moradas. Desde el mundo oriental la no dualidad.
!Que encuentro tan enriquecedor va a ser este Congreso!
Cuando decidimos entrar en el castillo y emprender el camino de conocer la verdad de la vida és la decisión mas importante que se puede emprender, a pesar que todas las decisiones y vivencias hasta ese momento te llevan hasta ahí. Es un camino difícil, sobretodo al principio para no caer en las ideas de buscar el poder y sí buscar la verdad!! hay una fuerza que te guia y te lleva hacia esa verdad.
Gracias!!!
Como me ha gustado el artículo! Se me queda muy buena sensación con esta explicación que une el viaje al interior con lo social, con la actualidad y con el dia a dia que cada uno lleva a su manera.
Unir la claridad, el amor y la fortaleza que da el conocimiento profundo de uno mismo e integrarlo en lo diario son el fundamento para no caer en la manipulación y vivir con esa libertad que es capaz de traspasar cualquier barrera.