Por el Trabajo Espiritual

Uno de los ejercicios que nos acercan más a la esencia de nosotros mismos es la difusión de los frutos del camino. Cada avance que hacemos nos permite vivir la realidad en un punto desde el cuál podemos ayudar a otros.

Decir que el Trabajo Espiritual tiene que ser un estilo de vida no implica dejar nuestro trabajo para hacer de maestro y llevar alumnos.

Pero sí es necesario escuchar la voz interior que nos invita a llevar estas experiencias transformadoras más allá de nosotros mismos.

Uno de los terrores atroces que más me han perseguido en mi vida ha sido uno que creo compartir con millones de personas: hablar en público.
Sudores fríos, sudores calientes, pulso latiendo en la oreja, garganta seca como una alpargata… Momentos previos a la intervención de uno que parecen tan infernales como interminables. Cualquiera diría que estamos en el corredor de la muerte.
El origen de tanta alarma está en que hay alguien que en esos momentos sí que está en el corredor de la muerte: el personaje. Su imagen pública estará  absolutamente en juego en cosa de pocos minutos o segundos. En cuánto me levante de la silla y avance hacia el atril, en cuánto me presenten y me quede sólo delante del público…
¿Sólo ante el peligro…? ¿O TODO YO en una oportunidad maravillosa en la que puedo compartir lo que he vivido con la pasión y la integridad suficiente como para que se refleje en mi voz, en mis gestos o en la mirada?

En los últimos años, debido a mi trabajo de artista, no me ha quedado otro remedio que hacer presentaciones y pequeños discursos para presentar la obra que inauguraba. No estaba obligado a hablar en la inauguración, pero internamente sabía que era una estupidez eludirlo. ¿Por qué? porque nadie ganaba nada si lo eludía, y sin embargo, hablar de la exposición unos pocos minutos refuerza el acto y lo apuntala en las conciencias de los demás y en la mía propia, enfatizando los 3 o 4 aspectos básicos de la obra, y resaltando la importancia de la experiencia interior.

En esta misma dirección, hace año y medio un buen amigo me habló de los clubs de oratoria Toastmasters: una red mundial de clubs en los que personas más experimentadas ayudan a las menos experimentadas a superar el miedo a hablar en público. En el club tienes la oportunidad de hablar en público de lo que te apetezca, y participar en discursos preparados o improvisados, así como evaluar y pulir discursos de tus compañeros… En un ambiente agradable y constructivo se analiza todo con el objetivo de que cada uno se enfrente a una situación inusual en la que pueda mejorar sus habilidades.

Esto me ha hecho posible hablar -tanto a conocidos como a desconocidos- de experiencias personales y temas esenciales en mi vida. Hablar del Trabajo Espiritual y de las transformaciones vividas es algo inmenso. Es algo precioso y transformador. Que llega. Que cala.

De todo corazón os puedo asegurar que poco importa el tiempo que llevéis en el Trabajo, lo único que importa es la realidad de las experiencias que podáis contar, la maravilla de mostrar íntegramente el alma al mundo, tal cuál es.

Y tened muy presente que siempre hay alguien que nos escucha a quien le resuena, aunque  no lo haya experimentado.

Así que os invito a proclamar esta voz interior en lugar de permitir que el personaje la reprima. La vergüenza por el «qué dirán» o por el «no domino lo suficiente» tiene que dar paso a esta certeza, a esta verdad interna que puede y debe llegar a nuevas personas, a gente que siente una demanda interna de plenitud y la busca, igual que nosotros hace un tiempo.

7 comentarios en “Por el Trabajo Espiritual”

  1. Enhorabuena Miquel por el artículo, me quedo con este fragmento en el que dices; “De todo corazón os puedo asegurar que poco importa el tiempo que llevéis en el Trabajo, lo único que importa es la realidad de las experiencias que podáis contar, la maravilla de mostrar íntegramente el alma al mundo, tal cual es”. Excelente, la realidad de las experiencias vividas y expresadas (ex – presar, soltar lo que esta preso) al mundo siempre son maravillosas. Un abrazo y feliz navidad.

  2. Gracias por estas recomendaciones, me ha servido para ver porque cuando me valoraban en mi trabajo profesional mis capacidades me daba terror, no me gustaba. Desde que hablo del trabajo que transforma tu realidad y por tanto ves a los demás desde otra realidad ese terror se fue. Como bien dices hay gente que te escucha y otros me dicen ..» no, tu es que tienes buen carácter» Bon Nadal!!!

  3. Gracias Miquel por esta efusiva muestra de ánimo en compartir estas realidades y me quedo con la copla, de que a partre de la oratoria está la literaria.
    Bon Nadal.

  4. Gracias a vosotros Ma Pilar. Por ofrecer siempre más camino. Imanol, en cuánto a las experiencias vivídas y expresadas, a veces lo que las hace así es justamente el hecho de que sean experiencias que han llevado implícito superar un obstáculo. Uno se siente liberado y con más campo por correr, porque sabe que tras un aprendizaje concreto tiene herramientas para manejar aquello que antes era una pesadilla que intentaba evitar a toda costa. Desde mi punto de vista, todo lo que se hace a conciencia es o acaba siendo una maravilla. Felices Fiestas a todos

  5. Por el Trabajo Espiritual emprendemos tantos proyectos …
    Aunque nos equivoquemos, creo que en el fondo no nos equivocamos porque cada vez lo hacemos menos. ¡Peor es quedarse quieto sin intentar hacer nada!
    Ciertamente es importante reconocer y seguir la voz interior.
    Hay una cita evangélica que me resuena al respecto. Y dice parecido a: «Al Hijo del Hombre, los que tienen la sabiduría de Dios lo han reconocido por su manera de actuar.» Lc 7, 34-35
    Es el coraje de ser auténtico.
    ¡Enhorabuena Sr. Miquel Cazaña!

  6. Me veo muchas veces intentando despertar a otros, me sale espontáneamente. Por ejemplo una compañera me comenta que ha tenido un encontronazo con otra, la otra me cuenta lo mismo…. La una que no va a decirle nada más, la otra….. Yo les digo que no interprete las palabras que tal vez ellas han puesto una intencionalidad que la otra no tenía… Eso me ocurre últimamente. Veo la realidad con más claridad es como si una nueva luz lo impregnara todo de más claridad.
    También con los niños en forma de cuento, me surgió la idea espontáneamente sobre las diferentes semillas que tenemos en nuestro interior: odio, amor, rencor, rabia, ternura…. Depende de nosotros el que estas semillitas se desarrollen o se sequen. Pienso que lo entendieron, tanto los de segundo, primero como los de sexto

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio