Mi reino no es de este mundo.

Recién llegados del Retiro de Oseira, una de las cosas que se hacen más evidentes son las palabras de Jesucristo: mi reino no es de este mundo. Más bien parece que el mundo esté marchando en una dirección opuesta a la conciencia y la libertad que el ser humanos tiene derecho a vivir. Y por eso a menudo caemos en la trampa de pensar que no solo nuestro reino no es de este mundo sino que, además, no tenemos nada que ver con él. Y esto es una trampa que hay que evitar porque por algo estamos aquí. 

Imaginaros que nos han pagado un viaje para desplazarnos a un lugar remoto en el que hay un problema grave, para ver si podemos ayudar de alguna manera. Y volvemos del viaje indignados, alegando que ahí es imposible vivir porque hay un problema insoportable.

Si abrimos los periódicos contemplamos como en África se muere la gente a patadas porque todavía no es negocio desarrollar una vacuna contra el ébola; como en EEUU la gente vota contra Obama porque no fomenta las guerras de costumbre y quiere dar cobertura sanitaria a los pobres; como aquí el gobierno salta de alegría porque la economía va mejor mientras se sigue desahuciando cada día a montones de familias; como los grandes empresarios se ofrecen a disminuir el paro si aceptamos un trato laboral cercano a la esclavitud; etc. etc. 

Y en nuestra propia casa, nuestros hijos se nos plantan diciendo que para qué demonios tienen que estudiar. Porque el rollo de que han de ser personas de provecho que encontrarán un trabajo y se ganarán la vida, y podrán hacer que sus hijos estudien parra ser personas de provecho y ganarse la vida para que sus hijos… ya no cuela. Gracias a Dios. Porque, ¿qué significa ser personas de provecho?, ¿de provecho para quién?  

Nosotros ya no necesitamos sacar provecho de nada, porque somos conscientes de ser; y lo que somos no precisa mejora; lo que precisa es ser manifestado. Y recordad que, inicialmente, todos hemos vivido esta demanda de ser como un déficit en nuestras vidas. Así que, si a nivel social, el déficit se hace tan manifiesto que aparece en las noticias, es señal de que la humanidad está despertando.

Pero somos muy pocos, diréis. Bueno, nuestra personalidad se parece también a una multitud de tendencias que luchan cada una por sus intereses; y solo hay una que aspira a lo Superior. Esta parte busca conseguir la hegemonía y el resto la contemplan como un incordio pero, contando con la ayuda de Dios, resulta especialmente potente. No porque haga mucho ruido sino porque persiste en buscar la verdad y la realidad. 

También el personaje tiene problemas; y, ¿cómo los resolvemos?: los resolvemos jubilando la descripción del mundo que hace y el modelo que promueve. Así que también tenemos que jubilar este sistema social y las normas que lo rigen; y sustituirlas por otras basadas en el amor, en la solidaridad, en la lucidez y en el respeto y aprovechamiento consciente de la vida que somos. 

Y en la medida en que las leyes apoyan y refuerzan este modelo nefasto, lo correcto es desobedecerlas. Prepararos porque esto se va a empezar a producir y nos colocará en un terreno inestable para la personalidad. En cambio, será una ocasión para gritar en voz alta: mi reino no es de este mundo; soy un ser consciente que rechaza considerar normal lo que sucede y no estoy dispuesto a seguir apoyando y financiando este estado de cosas.

 

4 comentarios en “Mi reino no es de este mundo.”

  1. Desde mi punto de vista me pregunto, medio en serio medio en broma, si tal vez el Reino de los Cielos es el único lugar donde puede existir un Estado plurinacional.
    El único lugar donde al no haber contiendas, ni envidias, ni disputas y vivir todos en caridad suprema, es posible la convivencia fraterna y solidaria entre los pueblos.
    Como cuenta el artículo, podemos descubrir en nuestro globo terráqueo muchas contradicciones y sin sentidos que tienen como trasfondo el egoísmo humano.
    En fin que cada uno obre en conciencia, haga lo que vea claro y pueda.

  2. Imagina
    Imagina que no hay paraíso,
    Es fácil si lo intentas,
    Ningún infierno debajo de nosotros,
    Arriba de nosotros, solamente cielo,
    Imagina a toda la gente
    Viviendo al día…

    Imagina que no hay países,
    No es difícil hacerlo,
    Nada por lo que matar o morir,
    Ni religiones tampoco,
    Imagina a toda la gente
    Viviendo la pida en paz

    Imagina que no hay posesiones,
    Me pregunto si puedes,
    Ninguna necesidad de codicia o hambre,
    Una hermandad del hombre,
    Imagina a toda la gente
    Compartiendo todo el mundo…

    Tu puedes decir que soy un soñador,
    Pero no soy el único,
    Espero que algún día te nos unas,
    Y el mundo vivirá como uno solo.

  3. Gracias por darnos la clave: lo que somos no necesita de mejora, precisa de manifestación. ¿De qué nos sirve un trabajo espiritual si no es para transformar nuestra existencia y por ende la de los que nos rodean? No creo que al entrar en otra dimensión o nivel de conciencia te vayan a pedir el certificado pero seguro que nos daremos cuenta de qué hicimos después de descubrir lo que somos, cómo transformó este descubrimiento nuestra vida, cómo respondimos a la demanda de justicia, amor, lucidez, que nos exigía el mundo desde nuestra realidad social. Sin duda vivimos tiempos de acción, de compromiso y de lucha…y lo mejor de todo es la certeza de tener a lo Superior a nuestro lado en la batalla.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio