Sobre los miedos (y 2)

     El problema del miedo es el problema de todos. Incluso de los que preguntáis esas cosas tan elevadas.

Es el problema general, el más básico que tiene el ser humano: el miedo, los miedos. De hecho se trata de un solo miedo disfrazado de veinte maneras diferentes y que existe en distintos niveles. Ese problema no se  elimina de veras hasta que se llega a la raíz de lo que uno realmente es en Dios o en la Realidad más allá de todo nombre. Sólo cuando se realiza esto es cuando desaparece completamente el miedo; no por ninguna creencia o por ninguna convicción, sino porque es absolutamente imposible que exista el miedo en lo que realmente Es. El miedo solamente es posible cuando una realidad se ve o se cree amenazada por otra realidad. Y esto desaparece por completo cuando uno vive la realidad central que uno es en Dios y de Dios – o en la Realidad última-; entonces desaparece totalmente, de raíz. Aunque se presenten todos los cataclismos del mundo, todos los problemas que podamos imaginar, no existe el miedo. Esto sería la liberación total. Pero para los que no hemos llegado a ella, a medida que se va avanzando en ese camino, se van produciendo desprendimientos de miedos, uno va soltando capas de miedo; así, poco a poco.

 

     Pensad que el miedo es el obstáculo que nos acompaña hasta el último momento de la última realización.

 

     Pregunta: Hablando de la energía, el amor, la inteligencia, pienso que todo eso es dinámico; en cambio, en cuanto al miedo, siento que tiene un carácter estático, y que en muchas de las cosas que hacemos estamos adheridos a este contenido estático, el cual frena este dinamismo real que está ahí. Me pregunto por qué hacemos eso.

 

     Blay: A ver… ¿por qué estamos frenando lo dinámico en nosotros desde esto estático? Pues porque nosotros nos asociamos a una forma o fórmula determinada. Entonces, nosotros aceptamos toda clase de cambios, menos el de esta fórmula, el de este esquema. «Yo soy así», «yo quiero esto», «yo necesito esto y  lo otro porque me hacen sentir bien»…; de este modo, yo no puedo permitir que las cosas funcionen libremente, yo he de estar constantemente vigilando para proteger esta fórmula, reforzarla y evitar todo lo  que pueda perjudicarla. Y por esto yo me crispo, yo me cierro, porque estoy protegiendo lo que creo mi realidad, que es mi idea de algo, mi fórmula. Éste es el mecanismo.

 

Antonio Blay. “La Realidad. Curso de profundización y diálogos” . Ed Indigo, 1995.

1 comentario en “Sobre los miedos (y 2)”

  1. Yo pienso que los miedos solo tienen un sentido: hacernos conscientes de ellos, saber cuáles son, para que desaparezcan. Y en ese camino, todos sabemos cuál es el miedo fundamental. Para superarlo no sé hacer otra cosa que mirar hacia arriba y hacia dentro. Y abrirme a la vida.

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