Sobre los miedos (1)

  Los miedos suelen ser, todos ellos, un apego, una adhesión a creencias de peligro que en su día fueron o parecieron ser, y que perviven ahora dentro de mí porque yo las enterré, no quise saber nada. Entonces, cuando se actualiza, se toma conciencia, se ve a la vez el miedo que hay y a la vez lo infantil, lo irrazonable del mismo. Y esto hace que de por sí se suelten. En general, puede haber otros factores.

 

      P.: Hay veces que el miedo es mucho más fuerte y domina más.

 

     R.: Eso te dominará más en la medida en que tengas menos interés por descubrir tu verdad y ser auténtica. Todo el autodescubrimiento es una especie de purga o, si queréis, de purgatorio (que es lo mismo), por el cual todo lo que hay encubierto ha de ser descubierto. Es un poner a la luz para que todo se ilumine, para que todo sea luz. Mientras haya en nosotros zonas oscuras que no queremos saber, esas zonas oscuras serán nuestro purgatorio y, a veces nuestro infierno. Y esto depende de un problema de presión: uno puede tener mucho miedo al dolor que produce el dentista, pero cuando el dolor llega a ser tan intenso, te vas corriendo disparado al primer dentista que encuentras.

 

     Análogamente, uno puede vivir más o menos compensado con los miedos ocultos dentro, con los cuales no quiere saber nada. Pero cuando llega un momento en que te encuentras tan mal, tan mal, o llega un momento en que ves tan claro, tan claro, que estás viviendo en un error completo, que, entonces, esto tiene más fuerza que el miedo a pasarlo mal.

 

     P.: O sea que depende de la necesidad interior.

 

     R.: Eso es, de la necesidad interior o del discernimiento claro que hay. De hecho hay un dicho que dice: todo aquello que no aprendemos por discernimiento lo hemos de aprender por sufrimiento…

 

     …P.: ¿Cómo se pueden remover las emociones negativas?

 

     R.: Si tú te observas, verás que cuando de dentro surge miedo, por ejemplo, puedes hacer dos cosas: aceptar y seguir sintiendo y mirando ese miedo, o contraerte, rechazando el vivir o el sentir ese miedo; son dos posturas. Aquí de lo que se trata es de que yo aprenda a mirar lo que hay, aceptar que eso está ahí y, porque está ahí, atreverme a sentirlo. Ahora, una cosa es sentirlo y otra cosa es exteriorizarlo, son dos cosas distintas. Es interiormente como yo he de aceptar lo que hay, pero esto no quiere decir que esto justifique el que yo haga exteriormente disparates para dar salida a mi agresividad o a mi miedo o a mi protesta. Exteriormente yo tengo la responsabilidad de controlar mi comportamiento. Pero interiormente yo puedo vivir lo que hay, sin engañarme, sin huir de ello, sin taparlo con otras cosas.

 

     Es porque tenemos miedo de lo desagradable por lo que reprimimos, y reprimir no sólo de cara al exterior, sino de cara a no querer sentir interiormente lo desagradable. Entonces hemos de aprender a aceptar que si lo desagradable está ahí, pues lo correcto es que yo lo viva. No que lo busque, pero que no lo rechace. Ya sé que esto cuesta, pero ya iremos hablando de todo el proceso de trabajo, y veremos cómo esto se puede ir haciendo.

 

     Cada persona puede ir aceptando lo desagradable justo en la medida en que se va sintiendo más fuerte interiormente. Y, a la vez que va aceptando lo desagradable, esto le va fortaleciendo más interiormente; está ejercitando su energía, energía de resistencia en este caso, de aguante.

Antonio Blay Fontcuberta. Transcripción de las cintas del “Curso de psiciología de la autorrealización”. San Cugat del Vallés, agosto 1982.

2 comentarios en “Sobre los miedos (1)”

  1. Hola amigos. Hemos batido todos los récords: “0” comentarios.
    Se ve que nos ha dado miedo decir algo.

    Animaos, que si no comentáis nada me siento muy solo.

  2. Maria Angeles Batanero

    Pues a mí me ha venido de maravilla leer este artículo. Ultimamente me debatía mentalmente sobre lo adecuado o no de expresar protesta ante el miedo que sentía ante ciertas actitudes de mis vecinos o sentir el miedo internamente, aceptándolo, pero no exteriorizarlo.
    Se me ha aclarado.
    Gracias Carlos!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio