El objetivo de la especie humana es la toma de conciencia de su realidad espiritual y la expresión de la misma en el plano material, en el plano emocional y en el plano mental. Nosotros, individualmente y como grupo, somos actores especialmente conscientes de este proceso porque nos interesamos por ello de un modo explícito. El problema es que este interés no parece especialmente relevante en la sociedad de la que formamos parte. No es que la sociedad no quiera oír hablar en absoluto de la espiritualidad pero no la considera un factor fundamental en su estadio de desarrollo actual.
Existen algunas instituciones, como los monasterios, que protegen la espiritualidad y albergan a personas que desarrollan su existencia en ellos manteniendo una especie de lucecita encendida en espera de mejores tiempos. Su experiencia personal es completa y plena, pero tiene muy poca repercusión social. En cambio nosotros permanecemos en la vida ordinaria e intentamos que las personas con cierta madurez, compartan algunos de estos ideales espirituales y consideren la posibilidad de dar un cierto toque trascendente a su personalidad.
Porque este es nuestro objetivo confeso: procurar incrementar la conciencia de la humanidad y divulgar un camino que conduce a la autorrealización. Lo es en coherencia con el camino personal en el que estamos y porque hemos fundado una Asociación que tiene por finalidad este objetivo. Y no es algo utópico: la evolución de la humanidad precisa de gente que haya alcanzado un nivel de desarrollo espiritual y sea capaz de comunicar con fuerza lo que su visión intuye, no solo como algo posible, sino como lo genuinamente humano. Así que no tenemos derecho a desfallecer ante las dificultades que se nos presentan pensando que no estamos suficientemente preparados o dudando de nosotros mismos por el hecho de no tener éxito suficiente a nivel colectivo.
Esto es lo más probable: que tengamos poco éxito, porque la espiritualidad se encuentra en un nivel muy incipiente; lo cual hace más necesario nuestro empuje y nuestra decisión. Antes que nosotros han habido grandes hombres que han fracasado en términos sociales; y después de nosotros vendrán muchos más; pero todos los que se han implicado profundamente en esta labor han tenido la oportunidad de vivirse a sí mismos en su dimensión más elevada y lo han experimentado como un éxito personal. También en nuestro caso, esta labor nos puede proporcionar una existencia plena y completa.
Así que no debemos pedirle a Dios una gran repercusión social sino la conciencia necesaria para incorporarnos a este objetivo, perseverar y no desfallecer en nuestra decisión de vivir lo superior y vivir desde lo superior, llevando a la práctica el mandamiento que lo resume todo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu fuerza y con toda tu mente, y al prójimo como a ti mismo.” Lo que podemos pedir es que nos ayude a liberarnos de cuanto nos impide poner en ello este “todo”.
Fijaros que incluso a los que recibimos una educación religiosa se nos escamoteó parte del enunciado; al menos yo lo recuerdo con este otro formato: “amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”; nada de poner en ello todo el corazón, toda la fuerza, todo el alma y toda la mente: había que hacerlo con moderación porque igual era más importante atender otras cosas. Eran y son unos tiempos que nosotros estamos llamados a intentar superar.
En estos momentos estamos preparando el Retiro anual de Oseira y lo tenemos anunciado en Facebook. Si os fijáis, en estos anuncios hay una especie de contador que indica el número de personas que van a participar. Si miráis, por ejemplo, el evento del Retiro de julio, comprobaréis que allí dice que en este Retiro van a participar dos personas. Esto nos puede llevar a preguntarnos si este tipo de publicidad es prudente y conveniente porque la impresión que damos es que no llegamos ni a ser cuatro desgraciados: solo somos dos desgraciados. Lo cual no es cierto porque somos 26 los que vamos a asistir, todos socios de ADCA y del grupo de Facebook. Pero nadie se molesta en decir que va a participar.
Esto me recuerda los tiempos de la dictadura; en concreto las pintadas que hacíamos por la noche; jugándonos el tipo, con el temor a que nos pillara la policía y acabáramos recibiendo una soberana paliza, o algo peor; escribíamos: “Libertad para fulano o para zutano”; y al día siguiente pasábamos por allí, satisfechos de nuestra heroica actuación, para contemplar la pintada. Lo cierto es que a menudo teníamos la impresión de que la habíamos hecho sólo para nuestros ojos, porque el resto de transeúntes parecían no prestarle la más mínima atención, es decir: daba la impresión que no servía para nada. Puede que sea esto lo que piense la persona de la Junta encargada de colgar los eventos en Facebook
Y no es verdad, como se ha podido constatar, sí que sirvió. A veces tenemos la impresión de que para contribuir al avance de la humanidad estamos obligados a promover y participar en una revolución. Y no; basta con poner un pequeño grano de arena en un proyecto que haga algo con esta finalidad. ADCA es uno de estos proyectos y tenemos la suerte de poder participar en él; aprovechémosla y nos sentiremos más plenos y más satisfechos de nosotros mismos.
Gracias Jordi.
En este camino de autorrealización, de búsqueda de uno mismo se acaba convirtiendo en un encuentro con Dios, no buscas éxito, y te encuentras con el mayor tesoro, si asi se le puede llamar, jamas hayado. También cuando encuentras a Dios en ti y en todo, terminas de ser mas consciente de la labor que otros hacen y de la que tu también participas estando ahí, con tu presencia. Es un descubrimiento de los muchos que nos quedan por descubrir.
Gracias Jordi, por ayudarnos a descubrir lo que somos y por este articulo
Gracias Jordi. Muy bien explicado y con ejemplos concretos y sencillos que nos pueden ayudar a expandir el Trabajo solamente prestándole un poco más de atención
Totalmente de acuerdo, Jordi. A veces el yo ideal nos engaña diciéndonos que tenemos que hacer cosas extraordinarias y sobre todo que sea vean para contribuir al desarrollo del colectivo. De lo que se trata sin embargo es de poner la luz, amor y energía que somos en las situaciones que se nos van presentando. Y por supuesto de expandir la buena nueva del Trabajo para que no se quede en una actividad enfocada al beneficio personal, sino que tratemos de hacerla llegar a cuanta más gente mejor. Esto es expandir la conciencia de Dios en la vida cotidiana.
Muchas gracias por el articulo Jordi, cada vez tengo más presente que nadie se puede realizar personalmente sin llevar consigo a toda la humanidad.
Desde que he regresado de Oseira, le pido a Dios fuerza para mantenerme en el nivel de conciencia en que me sé responsable de, como tú dices, «vivir lo Superior y vivir desde lo Superior».
He comprendido que se trata de mantenerme ahí, por más que suponga esfuerzo, sin desanimarme y sin ceder a la inercia.
Dios es lo Primero. Y, si es lo primero, tengo que ser coherente y amarlo con todo: mi corazón, mi mente, mi alma, toda mi fuerza, mi aguante y mis capacidades… Y a los demás que me rodean, cercanos o lejanos, TAMBIÉN.
Gracias Jordi. Me ayuda mucho ver que coincido contigo en que la clave está en LIBERARME de todo aquello que me impide poner todo en ese objetivo.
Gracias también a todos los que estamos aquí, asomados a esta ventana que entre todos hemos de mantener abierta para que el Espíritu sople sobre el mundo.