Los niveles superiores hacen su acto de presencia en nosotros mediante una inquietud, mediante una demanda. Cuando nosotros encontramos el modo de vivir elemental de la vida cotidiana estrecho, insuficiente, cuando hay en nosotros una demanda de una visión más universal de las cosas, de un sentimiento más incluyente, de una búsqueda de aquella verdad que lo explique todo, de una felicidad que no dependa de ningún factor exterior; esta demanda es el signo de la presencia y de la actividad de los niveles superiores en nosotros. Cuando la vida, aun vivida bien, aun vivida con éxito, nos viene estrecha, es señal de que algo mayor está empujando para expresarse.
Problemas que no eran solubles, que no tenían solución a un nivel mental o a un nivel personal, son solucionables desde un nivel superior. Pero, durante un tiempo, cuando hay en nosotros esta demanda de lo superior, pero nuestra vida sigue siendo inferior – al decir inferior nos referimos a lo habitual, a lo normal, no en un sentido peyorativo, sino más bien a lo elemental de la vida cotidiana – cuando hay esta aspiración, por un lado, y, por otro, seguimos sólo nuestro vivir cotidiano, entonces se produce un desequilibrio interior, a la persona le cuesta vivir su vida habitual, no le satisfacen las cosas que les satisface a las demás personas, no le gusta hablar de lo que hablan los demás, se encuentra fuera, inadaptado y esto crea una tensión, un malestar, puede crear incluso una verdadera angustia interior. Uno se ve imposibilitado para alcanzar esta verdad, sobre todo, al no conocer todavía su estructura; cree que es algo en lo que no puede encontrar nunca ninguna satisfacción, pues comprueba que las demás personas no tienen estas preocupaciones y que, si alguna vez les habla de ellas, le dicen que no se preocupe, que eso se cura con el tiempo, que se distraiga, que se divierta, que se tome unas vacaciones o se corra una juerga. Y, por esto, la persona llega a pensar que esta demanda interior no va a encontrar solución, lo cual le provoca un estado de angustia interior. Por lo tanto, lo espiritual es también generador, durante un tiempo, de angustia, de conflicto, de tensión. Mas hemos de decir: «dichoso el que tiene esa crisis, ese desajuste, esa angustia, porque esto es señal de que se encuentra en vísperas de un crecimiento». En cambio, la persona que vive perfectamente ajustada al standard de vida en general existente, o bien es una persona superrealizada, que ya no busca nada, porque ha encontrado la quinta esencia de lo más elevado, o es una persona limitada, como el mismo nivel en el que se está desenvolviendo. Sepamos que es inevitable pasar esta fase de desajuste, de crisis, esta fase de conflicto, pero es una fase para pasarla, no para quedarse en ella, es una fase que requiere buscar soluciones, no pasarse la vida con lamentaciones, solamente criticando, renegando del mundo, de la gente, de las costumbres, de las cosas. Es algo que requiere una visión y una acción positiva.
Extracto del libro Tensión, miedo y liberación interior. Editorial ÍNDIGO, 1972.
En mi caso la demanda fué que no podia solo ser eso la vida, me faltaba algo, y ese algo era fundamental, así empezó la busqueda. Tambien observo que voy por etapas, hay un ritmo que me va marcando el camino. Es coger fuerzas para recorrer otro tramo y seguir descubriendo , quien soy? que soy?. Gracias Miquel por el artículo, como siempre es iluminador. Un abrazo!!
Cada vez encuentro más normal que la gente sienta ésta demanda. No sé si ésta percepción ha cambiado a la par que voy haciendo el Trabajo y debido a ello, pero tengo la sensación de que la gente pide de algún modo aclarar y dar salida a éste aspecto que se les presenta. Aunque es verdad que en ese punto dar con un cauce que sea realista es un poco complicado en éstos tiempos.
Esa crisis como dices la vives y la expresas con los de tu alrededor para encontrar si hay alguien con esta misma inquietud. Con el tiempo te vas dando cuenta con quien puedes hablar de este tema que se resume en el Trabajo. Despues encontrar a mas gente con esta misma inquietud te da esperanza para seguir adelante con ello y no ser engullida por decir por el resto.
Y la ultima frase de que se requiere una vision y accion positiva me parece fundamental.
Hasta pronto
Creo que desde que tengo uso de razón he sentido esa inquietud espiritual que en una primera fase, como bien dice el artículo, te hace percibirte como un bicho raro, pero casi siempre encuentra uno a personas con esa misma demanda con la cual compartir experiencias e ideas y cada vez vamos siendo más… ya no resulta tan extraño hablar de la trascendencia o de la espiritualidad, aunque quizá ahora el peligro este en que se haya convertido en una moda más, en un ideal más del personaje. Gracias por el articulo Miquel.