El camino de vuelta a casa

Siempre he sabido que había algo más. Algo que no era capaz de captar a través de los sentidos pero que estaba ahí y era el origen de todo, era sobre lo que se asentaba lo demás y lo que daba sentido a la existencia. La intuición me decía que las cosas no podían acabar en el plano físico, sabía que había una realidad superior que lo abarcaba todo. Esta certeza iba acompañada de un sentimiento de soledad, de vacío, ya que no encontraba mi lugar en el mundo; no acababa de ver cuál era el sentido de mi vida. No me llenaban las cosas que se suponía me tenían que llenar, pues sabía que el sentido de la existencia era otro. Recuerdo que con nueve años me miraba al espejo y me preguntaba quién era y porqué estaba yo aquí y no otra persona, porqué Dios me quería aquí. Buscaba respuestas; me buscaba a mí misma.

En este camino de búsqueda de mi naturaleza esencial, me convertí en una ávida lectora de libros cuyos ejercicios iba practicando pero que no lograban calmar mi sed interior. Así que continué buscando hasta que a los quince años encontré el yoga y, he de decir, que durante diez años esta milenaria técnica ha sido, en mi caso, una fabulosa herramienta de autoconocimiento personal.

Más tarde, Jordi Sapés, Pilar de Moreta y Jordi Calm vinieron a Pamplona para impartir un seminario de introducción al Trabajo de Antonio Blay y en ese momento supe que había encontrado algo muy valioso.

Todo lo que allí se explicaba resonaba con fuerza en mi interior. Por fin empecé a entender el porqué de esa sensación de que me faltaba algo que siempre me había acompañado. Claro, me faltaba yo misma. Me había olvidado de mí, de mi naturaleza esencial. 

Comencé el Trabajo con muchísimas ganas, fuerza, ilusión y expectativas. Siempre he sido muy disciplinada y rigurosa y he procurado comprender las cosas profundizando al máximo en ellas, yendo hasta el origen de las mismas. Como no podía ser de otra manera, al principio Pilar con cariño y firmeza, me quitó muchos pájaros de la cabeza y me hizo bajar a la realidad, poner los pies en el suelo para empezar a bregar con las situaciones del día a día, pues yo le hacía mil preguntas y lo quería comprender todo intelectualmente. Recuerdo que al leer algunos diarios me enfadaba tanto que apagaba el ordenador y me marchaba indignada. Sin embargo, en el fondo sabía que el camino que se me estaba mostrando era honesto y verdadero, que contactaba con la parte real de mí misma que siempre había ansiado descubrir.


El Trabajo me ha hecho encontrar el sentido vital que antes no hallaba. Ahora, el despertar es algo que está integrado en el día a día, es el estado de conciencia habitual, lo que da un matiz completamente diferente a la existencia. Yo lo vivo como algo sutil, sencillo, pero de una naturaleza única y vívida. Cada vez me apetece más y me cuesta menos hablarles espontáneamente a los demás de lo que hago. Creo que si lo cuentas con naturalidad y sin ninguna pretensión, así es como lo captan ellos. Cuando me he dormido, he sido consciente de la diferencia abismal entre vivir en un estado u otro de conciencia; ahora encuentro el sueño insoportable.

Nadie dice que despertar signifique no tener problemas, al contrario. Lo que ocurre es que no puedes pasar por alto cosas que antes pasabas y puesto que tu nivel de implicación crece, aumentan también las dificultades. En mi caso ha habido lágrimas, momentos duros y mucho trabajo durante estos tres años y medio que hace desde que empecé. Sin embargo, las dificultades se nos ponen delante porque tenemos la capacidad de gestionarlas. En este tiempo he podido comprobar que lo Superior nos hace enfrentarnos a situaciones que de otra manera no trabajaríamos por nosotros mismos, con lo cual no podemos sino agradecerle que nos obligue a actualizar el potencial por medio de las circunstancias que nos presenta.

Mi experiencia me dice que la clave del Trabajo es la disciplina y la constancia; es la gota que va empapando poco a poco el terreno. Muchas veces me empeño en solucionar los problemas cuando no tienen solución y lo único que puedo hacer en esos momentos es abrirme a lo Superior y actualizar el yo experiencia dando lo mejor de mí en cada situación.

A pesar de que hay momentos difíciles, existe una luz interior que nunca se apaga y es esa luz la que te hace continuar porque sabes que no hay otra alternativa. Sé que una vez iniciada esta andadura ya no hay otra forma posible de vida, pues me estaría traicionando a mí misma y no podría vivir con ello. Éste es un camino que como quien dice no hemos hecho más que comenzar a recorrer; ahora se abre ante nosotros un universo de posibilidades. Para mí, es un viaje apasionante que me ayuda a ir cada día iluminando un trocito más amplio de la conciencia, con lo que cada vez vivo con mayor claridad y realidad. Por ello, estoy realmente agradecida de estar recorriendo el camino de vuelta a casa.

12 comentarios en “El camino de vuelta a casa”

  1. Buen jueves Leyre: Gracias por tus sabias y preciosas reflexiones. Muy hermosa y sugerente la imagen que lo acompaña.
    Comparto tu pensamiento: Lo más importante es descubrir quienes somos y como dice Joan Garriga: «Amar lo que es, amar lo que somos y amar a los que son».
    Gracias por compartir, vamos juntos de vuelta a casa.

  2. Me encanta leer tu experiencia Leyre, esa intuición que comentas es cierto que por poco que miramos, siempre está ahí llamando para que prestemos atención. Que precoz en preguntarte ¿ quien eras y porqué estabas aqui y no otra persona ?. Me siento identificada cuando te enfadabas al leer el diario y que cierto es que despertar no significa no tener problemas. Comparto contigo que una vez iniciada ésta andadura no hay otra forma posible de vida.

  3. Gracias Leyre. Es un artículo que anima mucho y que muestra el Trabajo como algo tan sencillo y real como necesario. Bienaventuradas estas experiencias de extrañeza y de vacío, puesto que prácticamente nada de lo que nos ofrece el exterior desde las premisas del personaje colman la demanda de lo esencial que sólo con verdadera motivación y con las personas adecuadas vamos encontrando.

  4. Leire, todavía recuerdo la primera vez que te vi en la escuela con tu familia casi al completo… yo me preguntaba con extrañeza: ¿y estos de donde han salido? Parecía que habíais surgido de la nada, y ya ves hasta aquí hemos llegado y lo que nos queda todavía. Motiva mucho leer tus palabras y contagia ánimo para seguir hacia adelante con paso firme, muchas gracias.

  5. Me encanta Leire la sinceridad de cuando comentas cómo al principio se intentan entender muchas cosas a nivel intelectual pero que comprendes que ciertas cosas a cierto nivel el intelecto se queda corto para abarcar la gran experiencia que es encontrarse con Dios en la intimidad. Y me ha encantado también la imagen que todos hemos vivido de cabrearnos con algún diario de vuelta y apagar el ordenador, jeje, eso también lo he hecho yo. Gracias cariño por compartir un camino por el que vamos toda la familia.

  6. Gracias Leyre por compartir tu experiencia de una manera clara y sencilla. Además mencionas las dos cosas que a mí también me parecen claves cuando adquieres este compromiso, como son la disciplina y la constancia, porque si no van de la mano, es fácil que se vaya perdiendo por el camino todo aquello que se ha ido conquistando. Me ha parecido un artículo muy hermoso.

  7. Aunque estemos lejos físicamente todos compartimos la misma búsqueda; esto me hace sentirme muy cerca vuestra y percibiros como mi familia espiritual. La verdad es que te alienta y te hace sentir muy acompañada el calor que se desprende de la comunidad que formamos quienes transitamos este mismo camino. Me parecen muy importantes e interesantes estos intercambios que hacemos, pues ayudan a afianzar el sentimiento de unidad que ya existe entre nosotros. Voy viendo personas que cada vez tienen más integrado el Trabajo y que por tanto vibran en una frecuencia superior, lo cual me emociona y me alegra enormemente. Gracias a todos vosotros por hacerme llegar vuestro cariño y presencia.

  8. Hola Leire. Al leer tu artículo me he emocionado con tus palabras, vivencias y reflexiones sobre el Trabajo. Recuerdo que cuando lo comenzamos los 3, nos ayudábamos y motivábamos mutuamente cuando decaía nuestro ánimo o dejábamos el trabajo aparcado para hacer otras cosas. Como bien dices, tú siempre has sido más disciplinada y constante que yo. Siempre estás ahí estimulándome y orientándome cuando te pregunto algo sobre el Trabajo, por eso me siento muy reflejado en todo lo que dices.
    El trabajo hace que desarrollemos cada día un poco más la energía el amor y la inteligencia que somos, y esto ha permitido un avance en nuestra relación, que estemos más cercanos el uno del otro. Aunque ahora no estés en casa, estamos juntos, unidos, andando el mismo camino que nos lleva hacia lo Superior. Gracias cariño por ayudarme a despertar.

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